Podrías pensar que la cerveza es perfecta. Seguro has leído esa cita que dice que la cerveza es prueba de que dios nos ama y quiere que seamos felices; tal vez un joven Arnold Schwarzenegger lo dijo mejor en Pumping Iron: "La leche es para bebés. Cuando crezcas, tendrás que beber cerveza".¿Cómo, te preguntarás, se puede jugar con la perfección?Bueno, ni Arnold ni dios son infalibles (no estamos seguros de eso último) y el reino de la cerveza abarca todo el espectro desde increíblemente buenas hasta las peores.
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Pero esas últimas cervezas —ya conoces el tipo— son más que un pase directo a una borrachera sin retorno. Son lienzos en blanco para preparar cócteles que transformarán basura en dulzura.Aquí tienes un par de improvisaciones rápidas, en formatos grupales e individuales, para cuando beber cerveza barata no es suficiente.
¿Solo tienes cerveza de maíz de esas que promocionan en los juegos de futbol? Lo mejor que puedes hacer es preparar la adorada "lunchbox", por lo regular requiere shots de amaretto, cerveza y jugo de naranja. Pero en esta ocasión lo adaptamos para hacer un ponche encantador, cortesía de Stephanie Izard de The Girl and the Goat. Consigue tu recipiente más lujoso.
RECETA: Lunchbox (coctel)
¿Tienes un six de lagers malas? La respuesta natural es que mezcles la mitad de las chelas con una clásica margarita —535 ml de tequila, obviamente—, llena una pecera de hielo triturado y voltea rápido las otras tres botellas dentro. Salud, borrachos.
RECETA: Beer-garita
Si quieres encontrar el punto medio entre un ponche sencillo y un cóctel especial a lo David Wondrich, no hay nada mejor que hacer este cóctel en lata adornado con flores y menta. El bar Mother of Pearl en Brooklyn nos ofreció una receta deliciosa para la cual solo necesitas sidra de piña y absenta, así que la parrillada de este año puede tener un ambiente como de bar popular, solo ten cuidado de no quemar el pollo.
RECETA: Cóctel de sidra