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La colección fotográfica del Titanic que se bajó a tiempo del barco

Una de las colecciones fotográficas más grandes del Titanic es la de Frank Browne, alguien que casi se vela bajo el agua.

A principios del Siglo XX no era normal ver acorazados de acero flotando sobre el mar; mucho menos uno que se equiparara en dimensiones al Titanic. El 15 de abril de 1912 a las 2:20 se hundió y sus restos fueron encontrados hasta el 1 de septiembre de 1985, a costa de una expedición secreta, casualmente el mismo año que se encontraría el archivo fotográfico de Frank Browne.

En Dublin, durante el mismo año en que zarpó el trasatlántico, el padre Frank Browne recibió por correo una invitación para formar parte de un viaje que duraría un par de días.

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Fue gracias a un tío que Frank, huérfano desde pequeño, desarrolló el gusto por la fotografía, apoyado por él y los mejores equipos fotográficos de la época., el padre Browne logró inmortalizar las características de la época, el barco y su tripulación, todo con la suerte de su lado.

Con afán de extender el viaje, Browne mandó un telegrama a la casa religiosa donde vivía, solicitando una estancia prolongada en el barco, puesto a que el capitán y una familia poderosa, lo habían acogido muy bien.

La respuesta fue tajante y Browne debió abandonar el barco en la siguiente parada: la única razón que permitió su desarrollo como fotógrafo y documentador, el barco caería en las profundidades del océano bientôt. Sin embargo, no fue hasta 1985 que alguien encontró un baúl entre polvo, con una de las colecciones más grandes e históricas del último siglo: un arpón fotográfico con decenas de fotografías que inmortalizaban al Titanic.

Luis es editor de Creators y puedes seguirlo en Instagram.