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La aviación rusa está usando bombas de racimo en la actual ofensiva para cercar Alepo

Las bombas de racimo esparcen una serie de pequeñas bombas que impactan indiscriminadamente. Una convención de la ONU en 2008 prohibió este tipo de armas, pero no fue ratificada por Rusia, EEUU, ni Siria.
Imagen por Mohammed Badra/EPA
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En la última ofensiva llevada a cabo por las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad — apoyadas por Rusia — en la provincia de Alepo y en otras partes del país, que comenzó hace dos semanas, fueron utilizadas bombas de racimo, prohibidas por Naciones Unidas, según informó Human Rights Watch.

Los investigadores confirmaron el uso de este tipo de arma en al menos 14 ataques en Alepo, Damasco, Idlib, Homs, Hama y otras gobernaciones desde el 26 de enero. Al menos 37 civiles, entre ellos seis mujeres y nueve niños, fueron asesinados en estos ataques, según Human Rights Watch, pero el grupo agregó que tanto el número de ataques como el número de muertos sea probablemente mayor.

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Las bombas de racimo o fragmentación son consideradas especialmente peligrosas para la población civil, ya que dispersan una serie de pequeñas bombas más pequeñas que se esparcen en un amplia área e impactan indiscriminadamente. Estas bombas también tienen una alta tasa de error, y no extraño que dejen rastros explosivos que pueden matar o mutilar en explosiones tardías a quienes se encuentren alrededor. Este tipo de armas fueron prohibidas en virtud de una convención de Naciones Unidas en 2008, aunque ésta no ha sido ratificada por Rusia, Estados Unidos, ni Siria.

Al menos la mitad de los ataques a los que hace referencia Human Rights Watch se produjeron durante las breves y finalmente fallidas conversaciones de paz patrocinadas por la ONU en Ginebra, que finalmente fueron suspendidas el 3 de febrero. Desde entonces, los representantes de la oposición y sus aliados occidentales han criticado a Moscú por el apoyo vital que ha proporcionado a las ofensivas del gobierno — la más crítica en la provincia de Alepo, donde la ciudad está rodeada casi completamente por las fuerzas del régimen y las milicias aliadas, incluyendo combatientes de Hezbollah, y donde las líneas de suministro a Turquía por la provincia de Alepo han sido cortadas.

¿Por qué se han suspendido las conversaciones de paz sobre Siria antes de arrancar? Leer más aquí.

Stephen O'Brien, coordinador humanitario de la ONU, estimó el lunes que el 80 por ciento de las 30.000 personas que han huido de la ciudad de Alepo en la última semana son mujeres y niños.

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Los catorce incidentes descritos por Human Rights Watch el lunes representan el último episodio tras otros 20 ataques con bombas de racimo reportados por el grupo desde que se inició la campaña aérea de Rusia en Siria, el 30 de septiembre pasado.

El 23 de diciembre, un portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia negó que Moscú estuviera utilizando bombas de fragmentación en Siria, y criticó un informe sobre su uso realizado por Amnistía Internacional, al que describió como lleno de "falsedades y clichés".

"La aviación rusa no las utiliza", insistió el general ruso Igor Konashenkov sobre este tipo de armamento. "No hay ese tipo de armas en la base aérea rusa de Siria".

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Pero Human Rights Watch informó que los propios medios de comunicación de Rusia y el Ministerio de Defensa han difundido imágenes que parecen evidenciar la utilización de bombas de racimo, ya sea en la base aérea rusa de Hmeymim o cargadas en los aviones. El grupo de defensa de los derechos humanos dijo que pudo corroborar el uso de municiones de racimo desde el 26 de enero tras hablar con testigos locales y a través de la revisión de imágenes de vídeo tomadas en el lugar de los supuestos ataques. Otros grupos, incluyendo el sitio de investigación periodista ciudadana Bellingcat, han encontrado en Siria municiones coincidentes con las que aparecen en los informes del Ministerio de Defensa y los medios de comunicación rusos.

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El lunes, los investigadores dijeron que habían documentado el despliegue de cuatro tipos de municiones de racimo: dos que fueron lanzadas desde el aire y dos lanzadas desde tierra. Human Rights Watch expresó que no podía determinar si eran las fuerzas armadas rusas o sirios — o ambos — las responsables de su uso. Sin embargo, el reciente aumento de municiones de racimo en informes coincide con el comienzo de la campaña aérea de Rusia en Siria.

"Independientemente de si Rusia utilizó estas bombas de fragmentación, al estar operando de manera conjunta con el Gobierno sirio, tiene la responsabilidad de garantizar que las operaciones entre Rusia y Siria no incluyan la utilización de armas indiscriminadas", dijo Nadim Houry, director de Human Rights Watch en Oriente Medio. "Rusia debe garantizar inmediatamente que las municiones de racimo nunca volverán a utilizarse en Siria, ya sea por su parte o por las fuerzas de Siria".

Human Rights Watch instó al Grupo Internacional de apoyo a Siria (ISSG, por sus siglas en inglés), que incluye a Rusia, así como también a Irán, EEUU y Arabia Saudí, a proteger a los civiles y a cesar los ataques indiscriminados, incluidos aquellos con bombas de racimo, lo que será una prioridad clave cuando el ISSG se reúna en Munich el 11 de febrero.

Mientras que EEUU se ha enfrentado al papel de Rusia en Siria este año — el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo recientemente que Moscú estaba matando "a mujeres y niños" — la discusión por las bombas de racimo en concreto podría resultar incómoda para Washington. En los últimos meses, varios grupos, incluyendo Human Rights Watch, también han documentado el uso de armas de fabricación estadounidense por parte de las fuerzas de la coalición liderada por los saudíes en Yemen.

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