Ese momento en el que decides hacerte una cirugía plástica

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Ese momento en el que decides hacerte una cirugía plástica

Hemos hablado con personas que se han hecho aumentos de pecho, trasplantes capilares, cambios de sexo y otoplastias.

Hemos entrevistado a varias personas que se han sometido a una operación de cirugía estética para saber por qué decidieron hacerlo. En concreto, el momento exacto en el que pensaron "me opero".

Sheriffa Owusu, 25, @talldark_mya

VICE: ¿De qué te has operado?
Sheriffa: Me he hecho un aumento de pecho, aunque mucha gente dirá simplemente que me he operado las tetas.

¿Puedes describir el momento en que decidiste operarte?
Siempre he odiado ser plana. En mis primeros años de adolescencia, creía que iba a poder esperar a que mi cuerpo se desarrollara, pero con 21 años me interesé por el aumento de pecho y con 25 me lo empecé a plantear seriamente. Siempre había hecho bromas y dicho de todo sobre mi pecho, ya que me parecía realmente divertido, hasta el día en que un chico dijo medio en broma que tenía más pecho que yo. A pesar de que siempre me he considerado un nueve sobre diez, esta fue la gota que colmó el vaso, porque mi pecho representaba ese punto que me faltaba para llegar al diez, por lo que pensé, ¿Y por qué no?

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Empecé a investigar y decidí contactar con una amiga mía que se había hecho un aumento de pecho en una clínica. Primero, intenté probarlo con varios cirujanos, pero ninguno de ellos me dio mucha confianza, hasta que visité este centro, que me dio buenas vibraciones desde el principio y, aunque pueda sonar algo cursi, me hizo sentir que formaba parte de algo. Al fin, me sentía apoyada y todos mis prejuicios acerca de la cirugía plástica desaparecieron en una sola consulta.

"Siempre me había considerado un nuevo sobre diez, los pechos eran ese punto que me faltaba para considerarme el diez"

Después de la operación, estaba un poco en estado de shock, ya que siempre había tenido una opinión negativa de la cirugía plástica, de las personas que se operaban y de las razones por las que lo hacían. Por ello, estar en la cama con un vendaje y pensar en lo que acababa de hacer me resultaba impactante. Me dolían los brazos porque los músculos estaban cicatrizando y estaba muy incómoda.

En un momento dado, recuerdo haber pensado, ¿Pero qué he hecho? Sin embargo, como no había vuelta atrás, quería ver cómo había quedado y rezaba porque todo hubiera salido bien. Aunque no podía dejar de pensar en ello, estaba muy animada porque lo peor ya había pasado. Además, lo mejor está todavía por llegar, ya que el resultado final se nota entre los seis y los doce meses posteriores y todavía estoy en el quinto.

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¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?
Es increíble lo segura de mí misma que me siento. Conocí a mi novio un mes después de la operación y, al principio, pensaba que me iba a juzgar por ello, ya que temía que tuviera prejuicios con las mujeres operadas, pero no fue así. Me encanta la sensación de poder aceptarme a mí misma y, a la vez, estar con alguien que me acepte igualmente y no vea la operación como un problema.

Esto me ha ayudado a darme cuenta de que no tiene tanta importancia. Mi madre me apoyó muchísimo y no me soltó la mano durante todo el proceso, y mi tía favorita sigue valorando mucho que me atreviera a dar el paso, pero mi padre y mi hermano todavía no lo saben. Si en algún momento se enteraran, no tendría ningún problema en hablar del tema, pero tampoco voy a decirle de primeras: “Hola, papá. ¿A que no sabes lo que he hecho?”.

Tengo 25 años, pero me siento como una adolescente, ya que ahora puedo ponerme un vestido y sentirme como la mujer que siempre he querido ser.

Edward Lemont, 33, @discerningman

¿De qué te has operado?
Edward: Me he hecho un trasplante capilar mediante la técnica FUE (extracción de unidades foliculares), una operación que dura dos días. En general, los pelos son más gruesos en la zona posterior que en la zonal frontal porque se tocan menos durante el día. Por lo tanto, la zona posterior actúa como la zona donante. Básicamente, lo que hicieron fue mover 2.000 pelos o mechones de la zona posterior a la zona frontal. Estuvimos cuatro horas sacándolos uno por uno y, después de un descanso, otras cuatro horas colocándolos de nuevo. Es increíble que se puedan mover pelos de una zona a otra para “rediseñar” las entradas.

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¿En qué momento decidiste hacerlo?
Se me cayó el pelo muy pronto. Durante años, estuve perfectamente y tenía algunas zonas algo menos pobladas, pero después empecé a perder un montón de pelo y la zona frontal iba teniendo forma de herradura, con una mata de pelo difícil de disimular. Llegó un punto en que me sentí un poco acomplejado, especialmente con mi faceta de bloguero.

Todo comenzó seis meses después de que empezara a bloguear, ya que me di cuenta de que tenía que ponerme delante de una cámara para que mis seguidores se identificaran más conmigo. Empecé a introducirme en el mundo de la fotografía callejera con algunos amigos y otros blogueros, y después me horrorizaba ver mi pelo en las fotos.

No había forma de ocultarlo, así que, inmediatamente, se me ocurrió el trasplante como solución y, de repente, un día me empezó a seguir en Twitter la clínica Harley Street Hair. Les pregunté si trabajaban con blogueros y, afortunadamente, acababan de trabajar con uno, por lo que empezaron a hacerme un plan personalizado.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?
Diría que ha mejorado mi autoestima. Soy capaz de peinarme como siempre he querido, ya no soy tan inseguro, no edito tanto las fotos en las que aparezco y me acepto tanto personal como físicamente. Lo que no me esperaba que sucediera es la cantidad de mensajes y correos que recibo al día.

Por primera vez, la gente que busca tratamientos en Google no va a ver solamente fotos manipuladas de cómo podría quedar, sino también mi experiencia y la de otras personas. ¡No sabía que me iba a convertir casi en el embajador de los trasplantes capilares! Pero soy muy feliz de ostentar ese título.

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Jodie Tuck, 27, @j4y_uk

¿De qué te has operado?
Jodie: Me he hecho un aumento de pecho, algo muy común en la actualidad.

¿Me puedes hablar del momento en que decidiste operarte?
Lo he tenido siempre en mente, ya que durante unos años me preocupaba constantemente y me producía inseguridades. Tengo dos hijos: una niña de seis años y un niño de dos años. Les he dado el pecho a ambos, pero lo que nadie me había dicho era que esto pudiera provocar que se redujera el tamaño de mis tetas. Por lo tanto, decidí hacerlo justo después de dar el pecho a mi hijo.

¿Cómo era tu vida antes de la operación?
No creo que fuera muy diferente. He cambiado mi carrera profesional y ahora estoy en el mundo de las modelos, por lo que se podría decir que he incrementado mis opciones. Además, tengo mucha más confianza en mí misma.

Sarah Addison, 32

¿De qué te has operado?
Sarah: Me he hecho una reducción de pecho. He pasado de una copa G a una copa D.

¿Puedes hablarme del momento en que decidiste operarte?
Me pasé años queriendo hacerlo. Muchos años. El problema era que no tenía dinero, pero luego mi marido y yo tuvimos que rehipotecar la casa y me preguntó si quería hacerlo. Llevaba tanto tiempo esperándolo que ni siquiera me lo pensé. Había sufrido mucho. La gente no se da cuenta de lo duro que es tener el pecho grande: surgen problemas de espalda, de cuello, de miliaria y de falta de autoestima. A mí me pasó todo eso, hasta el punto de vestir prendas con tallas mucho más grandes que la mía que me hacían parecer enorme. Era muy incómodo.

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¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?
Ahora tengo más confianza en mí misma y dejo que mi marido me mire (lo diré de esta forma). Antes se lo ocultaba porque era muy desagradable. Me operé con 30 años, una edad a la que tener un pecho tan grande es horrible, porque parecía una abuela. Además, he estado perdiendo peso desde el día en que me operé, por lo que ahora me compro ropa de mi talla que me queda bien y con la que me siento aún mejor: no me queda nada colgando ni parezco un monstruo. Ahora me gusta salir a la calle y me parece increíble cómo ha cambiado mi forma de vestir.

Fox Fisher

¿De qué te has operado?
Fox: Me he hecho un cambio de sexo mediante la técnica de doble incisión con injertos de pezón gratuitos. Eliminaron todos los tejidos de mi pecho y modificaron tanto el tamaño como la posición de mis pezones. Al final, me han quedado dos cicatrices grandes horizontales en la zona pectoral y me he hecho algún tatuaje para cubrir parte de ellas.

Me operé hace unos cinco años, pero sabía que me quería cambiar de sexo mucho antes. He tenido dudas acerca de mi género durante gran parte de mi vida y ese sentimiento de estar en el cuerpo equivocado, a pesar de estar años buscando la respuesta en el alma, era cada vez más intenso. Empecé a explorar mi identidad de género a través del movimiento de los drag kings.

Me ponía un calcetín o un pene de mentira en la entrepierna, me vendaba el pecho y me cortaba el pelo de manera que pareciera barba incipiente para pegármelo en la cara con pegamento. Iba a eventos como Fox L’amore y luego no quería quitarme el disfraz.

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Empecé a sufrir ataques de pánico y supe que tenía que reunir el valor de decírselo a alguien. Alguien tenía que escuchar que yo era una persona transexual. Al hacerlo público, me sentí como si estuviera traicionando mi feminidad. He tenido, y todavía tengo, ciertos problemas con la masculinidad tóxica que predomina y la forma en que los hombres tratan a las mujeres, por lo que me resultó complicado avanzar hacia la masculinidad completa.

Sin embargo, me iba haciendo mayor y una de mis mayores preocupaciones era que pudiera estar perdiendo ese tren. Era ahora o nunca. Además, también me preocupaba que, después de hacer el esfuerzo de cambiarme el nombre, tomar hormonas y someterme a diferentes operaciones, siguiera sin sentirme cómodo conmigo mismo.

Como el tiempo de espera en el Servicio Nacional de Salud es demasiado largo y no siempre te dan la oportunidad de operarte, busqué una clínica privada, porque haber esperado mucho más habría afectado a mi salud mental. Esto fue justo después de que apareciera en el documental My Transsexual Summer (Mi verano transexual).

Durante cuatro años, llevé todos los días un vendaje que me limitaba mucho y era incomodísimo. Me oprimía todo el tiempo, sudaba demasiado y me dolía la espalda. Sin embargo, la alternativa era todavía peor, por lo que estaba entre la espada y la pared. Esto fue lo que me hizo darme cuenta de que quería operarme.

Mi madre no había comprendido mi transición hasta ese momento, pero finalmente terminó apoyándome. La operación costó unos 7.000 euros y la llevó a cabo el doctor Garramone, en Florida, un profesional que consigue grandes resultados, especialmente con los pechos. Pensé que, ya que me ponía a ello, podría hacerme un pecho de diseño.

Cuando me recuperé, me sentí como si hubiera vuelto a nacer. Me sentía genial solamente con poder ponerme una camiseta todos los días. Sé que es algo habitual para la mayoría de la gente, pero a mí me encanta el hecho de no tener que ponerme un vendaje nunca más. Aunque tenía unos pechos preciosos y perfectos, no eran míos y me hacían sentir disforia de género y estaba mal conmigo mismo.

Pasar por el quirófano no es algo fácil, pero nunca me he arrepentido de hacerlo porque me ha hecho sentir quien soy realmente. Cuando me miro en el espejo, puedo reconocerme y no tengo que estar pensando en cómo cubrir mi pecho para imaginar cómo quedaría sin él. Me ha cambiado la vida y ahora tengo muchas razones por las que disfrutarla a diario. He aprendido a convivir con mis cicatrices y, aunque sé que mi cuerpo nunca entrará dentro de los estándares de la sociedad, ya no me importa. Estoy feliz y me siento cómodo por primera vez en la vida.

@CBethell_photo

This article originally appeared on VICE UK.