LGBTQ

El drag arrasa en todo el mundo y la televisión española no se entera

Estaría bien apostar por nuevos contenidos en vez de hacer otra edición VIP del típico programa sobreexplotado.
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Montaje por Daniel Romero

Hace cuatro meses estaba a punto de terminar mis estudios de máster en programas de televisión de entretenimiento. La idea de estudiar sobre televisión, saber cómo se trabaja en este medio y quizá en un futuro poder dedicarme a ello me emocionaba.

Ahora que ha pasado un tiempo, me da un poco igual. Supongo que durante el proceso me di cuenta de que, como todo en la vida, la televisión no siempre es lo que te esperas. Igual que nos sangrarán una cantidad indecente de dinero y ver como casi todos mis compañeros están en el paro o currando de cualquier cosa menos de tele también tiene algo que ver con mi desencanto.

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Pero bueno, a lo que iba. Como en cualquier otro máster, para poder acabar mis estudios me pedían presentar un trabajo final. En mi caso, tenía que crear un programa de televisión desde cero: desarrollar la idea y el contenido teniendo en cuenta aspectos técnicos, creativos y de producción. Todo esto para, los últimos días, poder exponer tu proyecto delante de cuatro directivos de diferentes productoras de televisión.



Mi compañero César Estévez y yo desarrollamos ¡Eres Tan Travesti!, un docureality que sigue la vida de cuatro drag queens españolas que buscan lograr una serie de metas personales y artísticas durante el transcurso del programa. A nosotros, por supuesto, nos encantaba. A ellos parece que no tanto, porque nuestra idea se quedó solamente en eso: una idea.

Y no, no estoy escribiendo este artículo para criticar su decisión. No estoy diciendo que nuestro proyecto no tirase para adelante por factores ajenos a la calidad del mismo. Pero si que hay algo que me parece raro y que meses después sigo sin entender: todavía no se ha estrenado ningún programa en la televisión española donde las drag sean protagonistas.

"Todavía no se ha estrenado ningún programa en la televisión española donde las drag sean protagonistas"

Es raro porque hace ya tiempo que se está viendo como el drag se ha convertido en una tendencia televisiva a nivel mundial. El ejemplo más claro es el de RuPaul’s Drag Race: en menos de 10 años el programa de drag queens más popular que existe ha grabado 11 temporadas regulares, 4 All Stars y la compra de los derechos del concurso en Tailandia, Reino Unido, Australia y Canadá. La fórmula televisiva que ha llevado al programa de RuPaul Charles al estrellato no ha cambiado (casi) nada. Y no me extraña, porque esa fórmula ha conseguido lo que para muchos era impensable: ha convertido el transformismo en un fenómeno de masas, en parte importante de la cultura mainstream a nivel mundial.

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Y esto solo si hablamos del programa de RuPaul, porque el fenómeno se ha extendido más todavía. Existen ya infinidad de películas, docu series, documentales y libros que tratan el drag desde diferentes perspectivas y puntos de vista. Además, el éxito que supone Drag Race en España es evidente: queda reflejado con las giras mundiales que hacen sus concursantes, que cuando pasan por nuestro país consiguen aforo completo llenando salas, discotecas y teatros.

Por eso no entiendo porque este fenómeno todavía no ha llegado a la televisión en nuestro país. ¿Cuál es el problema? ¿Joder, no se supone que España es un país abierto que ha demostrado una y otra vez que estamos a la cabeza de Europa en cuanto a diversidad se refiere?

Sinceramente, no creo que el problema sea de la gente que consume televisión. No todos somos como Devermut. Llevamos viendo drag queens en la tele desde hace mucho tiempo. Sin ir más lejos el último programa de Got Talent tuvo un contraste precioso donde aparecían Xayo, una drag queen de la época del franquismo y Peter Princesa Arcoíris, el niño drag más joven de España.

“Los que mandan son los anunciantes. Cuando se den cuenta de que el target comercial de este género es buenísimo, lo convertirán en mainstream y pedirán contenidos drag”

Quizá entonces el problema es solo de la gente que trabaja en televisión. Bueno, no de todos claro, me refiero a los peces gordos de la tele que parece que todavía tienen un conflicto interno con este tema. Puede que el problema sea ese: que la tele todavía la manejan aquellos que dicen travestí (sí, con acento) y que creen que los estereotipos acerca de la comunidad LGBT son ciertos.

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Según Gloria Galiano, productora ejecutiva y directora de programas de televisión, “los que mandan son los anunciantes. Cuando se den cuenta de que el target comercial de este género es buenísimo, lo convertirán en mainstream y pedirán contenidos drag”.

Puede ser entonces que muchos de estos anunciantes estén llenos de prejuicios que les cueste admitir, hasta el punto que la palabra travesti les da una reacción alérgica que se convierte en una sensación de vergüenza ajena. Pero los prejuicios no son más que ideas preconcebidas generalmente negativas de algo o de alguien. Vamos, que algo no te guste aunque no tengas ni puta idea de lo que se trata.

Tal vez si dejásemos esos prejuicios atrás podríamos darnos cuenta del talento que hay en nuestro país y de los programas que se podrían hacer. Galiano hace hincapié en que “justo ahora empezamos a incluir tramas y personajes LGBTQ en las series y en el entretenimiento” y que por tanto “habrá que esperar a que alguna productora genere algún contenido drag que convenza a los distribuidores para que se arriesguen”.

Hablé también con David Cano, transformista que da vida a Brigitta Lamoure, para intentar entender por qué todavía no existen programas con esta temática. Cano resalta que “España tradicionalmente con el mundo del transformismo viene arrastrando la clandestinidad y la opresión del régimen franquista” y que, por tanto, la historia tiene mucho que ver con la imagen que tenemos del mundo drag en nuestra cultura. Destaca que “en la cultura americana/inglesa el mundo drag es otro movimiento cultural que aquí todavía no ha llegado y no hay histórico ni precedentes. Alguna drag hay pero no como para conseguir el resultado y calidad de los programas extranjeros. Falta mucho por hacer”.

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"Socialmente siempre ha estado más aceptado ver a un hombre imitar a una folclórica famosa que representar cualquier otro tipo de feminidad que fuese diferente"

Cano tiene razón en algo: no podemos comparar la evolución del transformismo español con el movimiento cultural y mediático estadounidense. Pero eso no significa que el drag en nuestro país no tenga un recorrido histórico.

Por supuesto que hay precedentes en nuestro país que marcaron la evolución del transformismo: el drag se lleva ejerciendo en España desde finales del siglo XIX, donde ya aparecían transformistas en espectáculos de variedades y cabarets. Pero, como bien dice Cano, con la llegada del franquismo todas estas actividades fueron vetadas y castigadas ya que se consideraban inmorales de acuerdo con las normas de convivencia de la dictadura.

Al final, el tipo de “drag español” que ha perdurado en el tiempo es el que viene derivado de la copla. Es por un motivo simplemente cultural, pero socialmente siempre ha estado más aceptado ver a un hombre imitar a una folclórica famosa que representar cualquier otro tipo de feminidad que fuese diferente.

Es verdad, igual no hay figuras como la de RuPaul en España, pero ha habido reinas que han luchado por ejercer su pasión durante décadas, personas que han vivido la exclusión social en sus carnes por el simple hecho de querer expresarse artísticamente.

¿Además, quién dice que tengamos que basarnos en el movimiento cultural americano? ¿Podemos crear programas que no tienen por qué seguir la fórmula de grandes concursos como el de RuPaul, no? Quizá la televisión española todavía no esté preparada para crear una competición de talentos. Pero existen muchos otros géneros televisivos que podrían incluir una temática drag que represente nuestra cultura y que además funcionase en la pequeña pantalla.

No sé, lo que realmente quiero decir es que estaría bien apostar por nuevos contenidos, sean de la temática que sea, en vez de hacer otra edición VIP del típico programa sobreexplotado que ya no sorprende y que la gente tiene trillado hasta la saciedad.

Eso sí, si al final deciden lanzarse y hacer un programa de drag queens, seguramente no esté exento de polémica. ¿Pero no lo convierte eso en una idea más interesante todavía? Al fin y al cabo, si no luchamos por conseguir el hueco que nos corresponde lo único que hacemos es dar vía libre a pensamientos y actitudes antiguas que (por desgracia) hoy en día están en auge. Y como dijo Libertad Montero en una entrevista para Shangay, ya puedo imaginarme a “cuatro fachorros de mierda que nos ven para ponernos verdes y reírse del mariconeo”.

Sigue a Miguel en @miguelretegui.

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