FYI.

This story is over 5 years old.

maraton de boston

Kathrine Switzer corrió otra vez el Maratón de Boston, a 50 años de que intentaran sacarla por ser la primera mujer

Esta vez sí la esperaron. Boston se volvió nuevamente el escenario memorable donde Kathrine Switzer, con el 261 en el pecho y a la edad de 70 años, desafió otra vez a la historia.

Esta vez sí la esperaron. Boston se volvió nuevamente el escenario memorable donde Kathrine Switzer, con el 261 en el pecho y a la edad de 70 años, desafió otra vez a la historia. Con el mismo número, pero a sus tempranos 20 años, Switzer se convirtió en la primera mujer en inscribirse y terminar de manera oficial el Maratón de Boston en 1967 -a pesar de haber sido humillada y jaloneada por el oficial Jock Semple, quien intentaba sacarla de la carrera-. 50 años después, Kathrine Switzer tuvo el honor de dar el disparo de salida para las corredoras elite. Fotógrafos, periodistas, aficionados a su trayectoria y oficiales de la carrera, aguardaron en la meta para otorgarle el merecido reconocimiento: flashes, flores amarillas, una medalla, aplausos y, sobre todo, la noticia de que el icónico número 261 sería retirado del maratón. Boston sabe cómo pagar.

Publicidad

La actitud de indignación que hace cinco décadas mostraron los reporteros por tener que esperar a la única mujer que se atrevió a colarse en un evento 'exclusivo' para hombres, desapareció.

Quizás otra vez existían las dudas de si terminaría o no el maratón, el número nueve que Kathrine corre en esa ciudad, pues no lo hacía desde 1976 , cuando registró 4h20. Su mejor marca había sido ahí mismo, en la edición de 1975, cuando quedó en segundo sitio con 2:51:33. Previo a ese podio, ganó un primer lugar –en Nueva York 1974- con el crono de 3:07:29 y, a pesar de tener 39 maratones en su cuenta, no corría uno desde el 2011 a la edad de 63.

El cielo despejado ayudó a disipar los cuestionamientos: Kathrine no solo acabó el maratón en 4:44:31, lo hizo de pie y no de manos y rodillas, como llegó a contemplar terminar la competencia hace 50 años con tal de no dejar ganar ni al machismo ni a los estereotipos. "Solo espero que mi buen tiempo no se deba solo al viento", dijo la corredora al Boston Globe que en su categoría de 70-74 años, quedó en el octavo sitio. Pero hay veces que el tiempo, oro molido, puede ser lo de menos.

Precisamente, Kathrine se dio su tiempo. "Después de todos los maratones que he corrido, esto puede ser el más importante de todos", dijo en su página de Facebook previo al evento. Luego posó para la foto para anunciar que estaba "lista para comenzar", pero ella siempre lo ha estado, hace 50 años el mundo aún no, mucho menos el oficial Jock Semple quien a pesar de hacer las paces años después con Kathrine, inevitablemente se le recuerda como el malo de la foto. Y es que la foto se quedó grabada en la historia: Semple intenta jalonear a Switzer para sacarla de la competencia, por el solo hecho de ser mujer, y de ser la primera corriendo las calles de Boston.

Publicidad

Hace 50 años, Kathrine corrió acompañada por Arnie Briggs, Tom Miller y John Leonard, su entrenador, novio y amigo. Ayer lo hizo escoltada entre 125 maratonistas de la fundación que lidera, la 261 Fearless, y quienes la han apoyado a donar y recaudar fondos para la causa de más mujeres que intentan romper barreras.

"De pronto todo vuelve (a su memoria)", dijo y se dio el lujo de reservar energía para mostrar y explicar –mediante un video en vivo que publicó también en su página de Facebook- dónde se encontraba el lugar donde vivió el ya legendario incidente cuando Semple la empujó y le gritó: "Maldita sea, salte de mi carrera y dame esos números". Kathrine señaló el punto exacto. Recuerda el clima, las piedras, la hora. "Diviértete, no tengas miedo", termina Switzer su video durante la carrera.

"Lo que sucedió en las calles de Boston hace 50 años cambió completamente mi vida y la de otras personas… La carrera de hoy fue una celebración de los últimos 50 años, imaginen cómo serán los próximos 50", dijo la corredora al final.

Para Kathrine, terminar la carrera una vez más no fue su preocupación, sino acabar de una vez por todas con los estereotipos de género. Si su nombre ya estaba escrito en el Salón de la Fama, con esta hazaña, Kathrine Switzer lo sella con letras de oro. Del número 261, no se hable más, no está disponible.