Foto: Mexsport
Hace 12 años y medio, José Saturnino Cardozo culminó la jugada más colectiva del futbol mexicano. Ocho toques hipnotizantes de un Toluca autoritariamente asociado, desbarataron 6-0 al América.Cada vez que juegan las Águilas contra los Diablos, se reaviva aquel recuerdo inmaculado de una anotación de laberinto con una salida improbable hacia el gol.La red sigue conmovida desde ese 1 de noviembre de 2003, cuando recibió entre sus costuras una pelota de miel, que aún cuelga del deber de la memoria.
Cardozo dominó al mundo de la pelota. Fue refuerzo de Cruz Azul en la Copa Libertadores de 2001, pero nunca se planteó jugar con el América."Nunca soñé con eso. Siempre estuve donde quise estar", confiesa, enfundado en la sudadera roja con el escudo de los Diablos pegadito al corazón.
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La pelota nunca ha rodado tan educada, durante tanto tiempo y tantos metros. A aquella conjunción sólo puede medírsele a través del tiempo y del espacio, en 19 segundos y 90 metros."Entre Hassan y Vicente Sánchez le quitan la pelota a Castro; Cardozo hace la finta y escapa. Luego viene Rojas y se lo quita, y sigue Cardozo, toca para Sinha, no hay fuera de lugar, Cardozo la tiene, toque para Sinha, Rafa, tiro de Cardozo, ¡golazo!, ¡golazo!, ¡golazo del Toluca!. ¡Qué golazo, señores! ¡Qué manera de tocar la pelota!", relataba en la transmisión de lo impredecible un deslumbrado Raúl Pérez."Me parece a mi que es uno de los mejores goles en la historia del futbol mexicano, fue un sueño para un delantero", cuenta francamente Cardozo, en entrevista.
Aquella comunión de cuero tuvo escalas."Fue uno de los mejores goles que vi en mi vida". Y lo pintó él, con el conjunto como lienzo y el instinto de '9' puntual como brocha."Esto es lo que es jugar en equipo", concluía después de ver la repetición una y otra vez un atónito Alberto García Aspe, desde el micrófono."Me la dieron a mí para que la empujara, para asegurar, con el que sabía", relata Cardozo, entre risas.
El sábado se reedita una rivalidad que reaviva aquel furioso del gol más asociado que recuerde nuestro futbol."Nunca tuve esas ganas de decir: Quiero jugar en el América, me sentía muy bien acá en Toluca, donde la gente me quiere y yo quiero a la camiseta".