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Música

Probé los límites de mi cordura al irme de fiesta por 33 horas con zombies del techno

Estoy fuera para probar la escena en Brookly, con los recuerdos de la represión que el alcalde Guiliani tuvo contra los clubes desvaneciendose más rápido que un desmayo inducido por Molly.
All photos by Kip Davis

Todas las fotos son de Kip Davis

Soy un fiestero. Es algo raro de admitir, pero si el zapato te calza usalo hasta que te duela el pie y este cubierto de estiércol de la pista de baile. Trabajo de noche como director de arte y diseñador de luces y he observado el surgir de muchas fiestas—legales e ilegales—por todo Brooklyn. Estamos en una clase de renacimiento de la vida nocturna, con los recuerdos de la represión que el alcalde Guiliani tuvo contra los clubes desvaneciendose más rápido que un desmayo inducido por Molly.

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Pero las fiestas realmente buenas no están sucediendo en los brillantes clubes nuevos en Williamsburg. Por favor. Las están metiendo en las apestosas bodegas y en lofts semi legales donde los DJs duran tanto que les llega la hora del lunch (aunque no ves a alguien comiendo).

Para probar que Brooklyn se ha convertido en el paraíso de las fiestas DIY donde nunca tienes que ir a casa, decidí probar si podía reventarme todo el fin de semana, sin detenerme, dormir o caer en un cálido coma. Aquí están los DJs, los adorables locos y los zombies techno que conocí en el camino.

Soy yo

Hora 1, 10 PM: Mientras me embarco en mi Kipchella 2015, empacó una mochila con lo necesario: cuaderno, botella de agua, potenciadores de fiesta y dos botellas de Club-Mate—una bebida sobrevaluada de Berlin con la que está obsesionada la comunidad techno de Brooklyn— que he estado guardando para esta clase de momentos. Me dirijo al club Bossa Nova Civic, un bar en Bushwick que pone mi tipo favorito de techno. Lauren Flax y Gavin Russom tienen su residencia ahí y el lugar no está atascado aún. Medito y me preparo para la locura que está por venir.

Aurora Halal

Hora 2, 11 PM:

Espero un taxi y me dirijo a la fiesta de Aurora Halal. Es un conocido lugar para las afterhours en un ortodoxo pueblo judío. De acuerdo a un rumor/leyenda, este sitio sólo hace fiestas en viernes por la noche, para que los vecinos, que tienen prohibido usar sus teléfonos en el Sabbath, no puedan llamar a la policía. Pura y genial maldad.

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Hora 3, 12 AM: El baño tiene una entrada secreta y el chico detrás de mi en la fila era un cretino, así que dejé la entrada principal cerrada y me escabullí por otra puerta hacía un closet. Al estilo R. Kelly.

Hora 6, 3 AM: Drexciya, el colaborador de DJ Stringray, está aquí desde Detroit, y la pista sin ventana se esta llenando. Me desgarro la camisa porque estoy convirtiendo este fin de semana en mi festival personal, incluso podría irme por completo hacia el EDM.

Hora 7, 4 AM: Me dirijo hacia la azotea. Las cosas comienzan a ponerse raras. Mi amigo Clay está patinando en una media pipa que alguien instaló. Tiene un cigarrillo en una mano y una figurilla iluminada en la otra. (Casual.) Una chica llamada Galadriel, de Berlín, comienza a hablarme sobre la vida y bebidas con cafeína. Ella se sorprende cuando produzco un mate de mi mochila. Quizá son las drogas o la luna llena, pero esto es lo más emocional que he experimentado toda la semana.

Galadriel

Hora 9, 6 AM: La multitud comienza a disiparse e irse a casa, pero yo se que mi odisea apenas comienza. El sol está comenzando a salir y yo comienzo a sentir las miradas furtivas, así que me pongo mis lentes para el sol, agarro a Galadriel y me dirijo a Bushwick A/V, una afterparty tan explosiva que sucede tanto los sábados como domingos por la mañana. La seguridad me hace tirar mi agua y mis plátanos, probablemente porque hay de ambos adentro. Básicamente aquí es como en los Cinemas Regal.

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Incluso hay una persona solitaria bailando en la obscuridad.

Afuera, la azotea tiene tantas tiendas para acampar que parece más un mercado de comida hippy que una alocada fiesta.

Doc Midi

Pero cualquier confusión se disipa cuando un bro llega hasta nosotros bailando, retorciéndose como si le estuvieran dando un masaje invisible en la espalda. Él niega haber consumido Molly, después nos propone un trio. Amablemente declinamos la invitación.

Hora 10, 7 AM: El DJ toca "Root 88" de Jay Lumen y mi cerebro se auto lobotomiza. Se me ocurre que las afterparties son la mercantilización de las vibras.

Hora 13, 10 AM: El tiempo comienza a detenerse, mis pies a arrastrarse y recuerdo que estoy tomando antibióticos para una infección. Pero continúo, sabiendo que estoy haciendo esto por… ¿Por qué lo estoy haciendo?

Ana Lola Roman

Hora 15, 12 PM: Mi compatriota, Ana Lola Roma, llega para un set, mezclando sus vocales con ondulante y movido techno. Estoy placenteramente sorprendido de que casi no puedo mover mi cuerpo.

Hora 18, 3 PM: Un intenso deseo de responder emails me invade, así que me dirijo a casa a hacer una breve parada. Trato de tomar una siesta pero termino jadeando en el baño por una hora. Termino pasando dos horas peleando con mis demonios personales, algunos emocionales, pero la mayoría gástricos.

Hora 19, 5 PM: Me dirijo a Bushwick A/V, pero estoy bloqueado. Me entra el pánico por mi gran fallo, pero recuerdo que mi amigo Dance Bitch me dijo sobre otra fiesta cerca llamada Aphotic donde estaría tocando Terrance Dixon.

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Hora 20, 6 PM: Doc Midi, amante techno del ghetto, está tocando un set hibrido con un teclado, entregando acción húmeda y candente. Me hago de una margarita y no le doy a nadie. También aprovecho la oportunidad para limpiar mis dientes.

Hora 21, 7 PM: Llego con M, el propietario de Bushwick A/V. Él me dice: "En esta escena encontrarás algunos de los pensadores más trascendentes y lo más cool es que ellos ni siquiera lo saben. Todo lo que saben es que están siguiendo el beat." Una ola de PLUR me invade y me dan ganas de llorar.

Hora 23, 9 PM: Llega mi amiga Seashell. Seguro la conoces por el video "Cerebral" de Boys Noize. De algún modo me da un segundo aire. Ahora tengo la energía de un fanboy y logró que Terrance Dixon me firme un disco. Junto al agente de Terrance, me voy a la fiesta de apertura de Halcyon, una tienda legendaria que se acaba de mover a Williamsburg. Aún están acomodando la tienda así que husmeamos un poco.

Hora 25, 11 PM: Estoy radiante y lleno de esperanza sobre lo que vendrá para esta noche. A este punto, me vale un carajo que tan pegajosa se siente mi piel, o el hecho de que mi sistema nervioso se este apagando. Terrance Dixon firmó mi disco. Soy trascendental.

Hora 28, 2 AM: Me dirijo a Palisades, un club donde el fundador del sello White Material, DJ Richard, está tocando con los chicos locales, Wrecked y Fatherhood. Describo los tracks como "disculpe oficial, vroom vroom".

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Volvox

Hour 30, 4 AM: Nos dirigimos a UNTER, mi afterparty favorita. Mi mejor amiga, DJ Volvox, está mezclando. Se me ocurre que he comenzado este fin de semana con amigos cercanos, me he aventurado en territorios bizarros y he terminado de nuevo con amigos. Además, finalmente soy libre de terminar todo jodido.

Hour 31, 5 AM: Soy la muerte, destructor de las pistas de baile.

Hora 31, 5:15AM: Estoy llorando en las escaleras y teniendo un pequeño ataque de nervios por el cansancio.

Hora 31, 5:30 AM: Escucho un remix techno de "Blade Runner Blues", así que me limpio las lagrimas y bajo las escaleras para ir a bailar.

Hora 33, 7 AM: La maquina de humo ha cubierto todo de hedor en mi cuerpo. Siento como si estuviera viviendo dentro de un cigarrillo electrónico. El tiempo y el espacio han perdido significado en este punto. Me encuentro pensando en lo fascinante de la raza humana. He conocido y recolectado números de gente los últimos tres días. Las afterparties en Brooklyn son menos de las que pensaba. Es un circulo vicioso; he aprendido que mientras más te sumerges más te das cuenta de lo que te estás perdiendo.

Mi experimento de 33 horas me ha llenado de suprema felicidad, profundo conocimiento y la clase de catarsis que sólo he encontrado a la mitad de un inducido bajeo. Pero he alcanzado el final de mi viaje techno y decidido que es hora de llamar a mi gato e ir a casa. ¡Mierda! Se me olvidó que tenía un gato.

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