¿Qué pueden esperar las mujeres colombianas en 2017?

En 2016, el concepto de "género" se usó, reutilizó, reinterpretó y pregonó hasta el cansancio. Un cómic belga que hicieron pasar por cartillas de colegio, una ministra de educación, un fallo de la Corte contra la no discriminación en los colegios y, claro, el proceso de paz terminaron pagando las consecuencias del odio, la confusión y la desinformación de los que se oponían a algo que llamaron "ideología de género". Una supuesta corriente que, básicamente, buscaba que la gente se volviera gay. Lo que ––decían los que usaban el término–– destruiría las bases de la familia y la sociedad.

Por ridícula que sonara la "ideología de género" o por más estrategias que buscaran explicar que se trataba de una tergiversación conservadora y radical de estrategias para erradicar la discriminación contra mujeres y comunidad lgbti, la idea caló en la cabeza de una buena parte del país el año pasado: fue protagonista en iglesias, urnas, declaraciones políticas y hasta en el Congreso.

"Yo sé que había varios proyectos de ley en curso que fueron retirados, un poco por el contexto de la justicia transicional pero también por el escándalo y la tergiversación que hubo alrededor de lo de la ideología de género", me dijo Maria Alejandra Cárdenas, directora legal regional de Women's Link, una organización internacional dedicada a defender los derechos de mujeres y niñas desde un marco legal. Según ella, una de las propuestas que se cayó era un proyecto de ley sobre salud sexual y reproductiva, propuesto por la congresista Angélica Lozano, que proponía una atención y visión integral de la salud, consultada con varias organizaciones, y que beneficiaría a muchas mujeres.

El retroceso de varios de esos proyectos que prometían mejoras para las mujeres en el país también lo evidenció Sisma Mujer, una organización nacional orientada a erradicar las violencias y la discriminación contra las mujeres. Así me lo contó Claudia Mejía, directora de esa organización. Claudia, además, me aseguró que el impacto del debate sobre género en 2016 lo han sentido también los proyectos y las acciones que venían adelantando instituciones gubernamentales en temas de género y que desde el surgimiento de la "ideología de genero" se han frenado por ocuparse de un asunto que ahora es objeto de polémica.

Pero el golpe que han recibido las organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres, y por supuesto las mujeres, no ha sido un asunto puramente local. El ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos también augura desastres para el avance y la protección de los derechos de las mujeres en todo el mundo. Ya incluso se empiezan a ver los retrocesos en temas que se creían conquistados. El pasado martes 24 de enero Trump firmó una acción que prohíbe que las organizaciones no gubermentales que promueven o realizan abortos reciban dinero del gobierno estadounidense. La medida, que había sido instaurada en los ochentas durante la administración de Ronald Reagan, fue revivida por Trump después de que el expresidente Barack Obama la hubiera tumbado en 2009.

Y si bien las reacciones a las posiciones del nuevo presidente estadounidense no se han hecho esperar —como fue evidente con la marcha de las mujeres en Washington y en todo el mundo el pasado 21 de enero— es claro que el 2017 va a ser un año duro para los temas de género.

Para saber qué podemos esperar al respecto durante este año en Colombia, le pregunté a María Alejandra Cárdenas, de Women's Link, y a Claudia Mejía, de Sisma Mujer, cuáles son los temas número uno en sus agendas de trabajo y cuáles los que creen se van a discutir más en el país durante los próximos 11 meses. Estas son las discusiones que, según ella, van a protagonizar las mujeres colombianas en 2017. (Más una ñapa de cuál sera el ambiente en general cuando se vuelva a usar, reutilizar, reinterpretar y pregonar el concepto de género):

Si bien los acuerdos de paz son hoy una realidad, a pesar del resultado del plebiscito, para Claudia Mejía y para Maria Alejandra Cárdenas la implementación de los acuerdos va a recibir el impacto de la discusión sobre el enfoque de género que generó tanta discusión en 2016.

"Muchas de las medidas concretas, que serán materia de políticas públicas y que tienen que ver con el enfoque de género del acuerdo de paz, van a tener alguna resistencia en cuanto a su implementación", me dijo Claudia Mejía, quien me aseguró que es posible que quienes le hicieron oposición al enfoque de género de los acuerdos, y que tienen representantes en el Congreso, vuelvan a poner el tema de la "ideología de género" sobre la mesa.

Así también lo piensa María Alejandra Cárdenas, quien me aseguró que las organizaciones dedicadas a las mujeres y los temas de género van a tener un trabajo duro de vigilancia para que se cumplan las garantías que los acuerdos le prometen a las mujeres involucradas en el conflicto armado. "Nosotras en particular vamos a estar trabajando para documentar y llevar a la jurisdicción para la paz casos de acoso sexual perpetrada por el ejército y la guerrilla". Además, me aseguró, el proceso de la implementación de los acuerdos tiene que ir revelando la violencia intrafilas contra las mujeres, como en los casos de abortos forzados que, según me contó, Women's link ha denunciado como un crimen de guerra y una grave violación de los derechos humanos. "Va a ser un trabajo muy duro porque la experiencia ha demostrado que es más fácil que se reconozca y se determine la responsabilidad por una masacre que por un acto de violencia sexual", agregó.

Este año, las mujeres colombianas embarazadas recibieron una buena noticia: se aprobó un proyecto de ley que extendió la licencia de maternidad de 14 a 18 semanas. La ley, además, contempla otros beneficios y compromisos: prohíbe que las mujeres sean despedidas de su trabajo por su embarazo o por lactancia, autoriza un descanso preparto en situaciones especiales y reglamenta que las madres reciban el salario que reciban en el momento de iniciar su licencia, por ejemplo.

Y aunque la ley representa un avance en la garantía de seguridad y protección de derechos de las mujeres madres y embarazadas en Colombia, sigue habiendo un tema descuidado que afecta a miles de mujeres en Colombia que dan a luz: la violencia obstétrica.

En artículos pasados, VICE ha dado cuenta de la pesadilla que significa parir en un hospital público en Colombia: maltratos, insultos, procedimientos no autorizados, falta de atención al dolor, humillaciones, descuidos, etcétera, una situación que poco se reconoce en el país y que ha quedado más o menos olvidado entre todos los problemas que a diario se denuncian sobre el servicio de salud en el país.

"En este país se habla mucho de que la maternidad es algo sagrado pero la realidad es otra, la realidad es que para las mujeres esa es una decisión que se castiga con mucho maltrato", me dijo Maria Alejandra Cárdenas, quien además me reveló que este año Women's Link lanzará el resultado de una investigación que da cuenta de las duras situaciones a las que se enfrentan las mujeres embarazadas en Colombia, y con la que esperan se empiecen a desarrollar proyectos en el país que resuelvan el problema.

Para Claudia Mejía, lo sensible y popular que fue el tema de género en 2016 definitivamente va a modelar las discusiones que se tendrán durante este año entre los candidatos que se lancen a la Presidencia y que busquen simpatizantes para las elecciones de 2018. El ejemplo de Estados Unidos, de las personas que simpatizaron con Trump por sus visiones sobre el aborto, por ejemplo, pueden dar una imagen de la influencia, y el poder de convocatoria, que pueden tener los temas de género en una campaña presidencial.

"Ya amplios sectores políticos hoy tienen claro que el debate relacionado con los asuntos de género da tremendos réditos políticos. Es un tema taquillero electoralmente en este momento. Es un tema que el otro año va a arrastrar voluntad popular porque es un tema que le llega al corazón de la gente y que logra invadir de pánico y miedo cuando se afirma que el tema de género destruye la familia y la sociedad", me aseguró Claudia Mejía.

Según ella, a medida que avancen las precandidaturas va a ser cuestión de tiempo para que los temas de género gobiernen las discusiones. Primero de forma tímida, asegura, pero luego de manera agresiva, sobre todo de parte de los sectores políticos que se opusieron al enfoque de género de los acuerdos de paz en 2016. "Será un tema taquillero para quienes representan el sector más conservador, y que pondrán en términos de defensa de la familia, de la sociedad y de la educación", agregó.

La trata de personas es otro de los temas que Women's Link busca que se discutan este año en la agenda política colombiana y que, según Maria Alejandra Cárdenas, los entes de control aún fallan en reconocer.

"La trata tiene rostro de mujer. Más de la mitad de las víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual, y la mayoría de esas víctimas son mujeres". Según ella, quien además me contó que este es el tema de otro de los informes de la organización en 2017, hay un fuerte vínculo entre la trata de personas y la minería en Colombia y en varios países de Latinoamérica. La investigación que han adelantado desde esa organización, me contó, ha dado cuenta de que en las regiones donde hay explotación minera se desarrollan redes de trata alrededor de esta actividad económica. Una situación frente a la que las autoridades han incluso empeorado el problema.

"Hay tanto desconocimiento por parte de las autoridades sobre qué es la trata que terminan desviando el problema como un asunto migratorio cuando es transnacional. O lo ven como otras formas de violencia. Cuando eso pasa no se le dan a la víctima las protecciones que necesita y eso agudiza el ciclo en que niñas y mujeres vuelven a ser tratadas nuevamente. Las redes quedan intactas".

Tanto Claudia Mejía, como Maria Alejandra Cárdenas, aseguran que el debate de 2016, y la infame "ideología de género", le hizo un gran daño a todos los temas sobre los que trabajan sus organizaciones. Desde Sisma Mujer y desde Women's Link la actitud es de prepararse y armarse para el difícil trecho que será seguir hablando de mujeres en un país que se siente cansado de un concepto que, además, muchas veces falla en entender.

Y si bien para Claudia Mejía el 2017 definitivamente será un año difícil y frenado en temas de género, Maria Alejandra Cárdenas mantiene una actitud más optimista. Ella espera que el debate de 2016 se convierta en una oportunidad de pedagogía para que los temas de género y mujeres se entiendan tal cual son: como temas en los que siguen primando desigualdades e injusticias que afectan más a unos que a otros por razón de su género.

"Yo espero que esto lo transformemos en una oportunidad. Si no entendemos que es necesario pensar en el enfoque de género, no vamos a poder entender por qué es que siguen habiendo feminicidos o por qué las mujeres seguimos siendo abusadas sexualmente. Para eso hay que entender que todo parte de una serie de asignaciones de roles de género que hacen que los hombres terminen viendo a las mujeres como un objeto del que pueden disponer y no como un ser humano".