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Cultură

¿La masturbación cuenta como meditación?

Exploramos el tao del sexo en solitario.

Este artículo fue publicado originalmente en Tonic, nuestra vertical dedicada a la salud.

Seguramente has escuchado (e ignorado) el consejo: Para sobrevivir el caos que provocan los compañeros basura, las alertas de apps y los compradores navideños en tu cerebro ya sobrecargado, lo que necesitas es meditación profunda. Así limpias tu cagada sicológica y recuperas tu zen.

Los defensores de la meditación insisten en que ni siquiera tienes que sentarte en un cojín de terciopelo en medio de una nube de incienso para dominar el arte. Puedes bloquear las distracciones y estar presente cuando te rasuras. O meditar en un semáforo. O mientras sorbes tu café. O mientras ves Facebook. Se han hecho estudios sobre la meditación de cuando lavas los platos. El internet está plagado de artículos sobre este tema. Por eso nos preguntamos: ¿es posible llegar al nirvana con una chaqueta?

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Por supuesto que sí. Según la investigadora y profesora de meditación Lorin Roche, las prácticas meditativas se pueden aplicar en toda clase de actividades, sobre todo en la masturbación. "Siempre y cuando estés conectado con tu cuerpo y consciente de tus sensaciones físicas, un deseo sexual es tan válido para meditar como tu respiración o un mantra".


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La meditación es una práctica que se construye bloqueando pensamientos distractores y dirigiendo toda tu atención a las sensaciones del momento: lo que oyes, saboreas, ves, hueles o sientes. En ese sentido, el sexo en solitario podría ser el medio perfecto, en especial para las personas con menos experiencia en la meditación. Estimular todos esos nervios que tienes en los genitales hace que sea fácil enfocar tu atención. Es prácticamente imposible no hacerlo. En vez de pensar en las respuestas ingeniosas llenas de obscenidades que te gustaría gritar frente a tu jefe, te iluminas con el cosquilleo en tu entrepierna. Y conforme la mente se aleja de las preocupaciones y las palabras de cuatro letras, el cuerpo se relaja automáticamente, de acuerdo al profesor de meditación David H. Wagner, autor de Backbone: The Modern Man's Ultimate Guide to Purpose, Passion and Power [Determinación: la guía definitiva para el hombre moderno sobre el propósito, la pasión y el poder].

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Los científicos siguen tratando de descifrar los mecanismos neurobiológicos que controlan los aspectos sicológicos de la meditación, efectos como la disminución en la inflamación, el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Un estudio reciente relevó que es probable que la meditación funcione activando las secciones del cerebro responsables de controlar el estrés y la concentración. Por otro lado, la masturbación —la excitación sexual, para ser más específicos— libera un cóctel de hormonas que aceleran el ritmo cardíaco y la presión arterial temporalmente. Entonces, aunque la masturbación y la meditación no son exactamente lo mismo. las dos prácticas son efectivas para reducir el estrés, la tensión, y minimizar el dolor, por lo que definitivamente hay una superposición.


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Descargo de responsabilidad: una chaqueta de 10 segundos con un video de Pornhub y Sir Mix-A-Lot de fondo no cuenta como meditación. Wagner dice que la masturbación meditativa debe ser intensa y pausada al mismo tiempo. (Hombres rápidos y furiosos, aprendan algo de las mujeres.) "Es importante que te tomes tu tiempo y le des un espacio a la práctica", señaló. "No se trata sólo de lo que pasa en tus genitales, sino de las sensaciones que brotan de todo tu cuerpo".

En conclusión: ahora tienes permiso de pasar más tiempo jalándole el pescuezo al ganso.