Los mexicanos en Estados Unidos no pueden dejar de comer Menudo

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Comida

Los mexicanos en Estados Unidos no pueden dejar de comer Menudo

Los jóvenes mexicanos/americanos le llaman al menudo "comfort food" para desayunar después de un día de borrachera.
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Todas las fotos por el autor.

¿Puede una olla llena de tripas hervidas con un aroma muy fuerte a vísceras sonar como tu tipo de cura para la cruda? Si creciste comiendo menudo –el caldo para desayunar hecha con gruesos pedazos de revestimiento de estómago, sémola de maíz y especias – eso es mejor que cualquier otro remedio. El menudo es el desayuno esencial de fin de semana para muchos mexicanos-americanos en California, Texas, Arizona y Nuevo México de cualquier generación; específicamente, es el plato que se suele comer luego de una noche de borrachera. ¿Pero cómo es que una sopa hecha de revestimiento de estómago de distintas texturas se mantiene en la lista de alimentos esenciales de desayuno para los millenials mexicanos-americanos que crecieron con Pop Tarts, pizza en la escuela y comida rápida? "El menudo es la sopa de la clase trabajadora", dice Enrique Ochoa, Profesor de Historia y Estudios Latinoamericanos en la Universidad del Estado de California en Los Ángeles, un respetado historiador y autor de libros sobre problemas Latinoamericanos. Ochoa nota que el menudo no se volvió popular hasta alrededor de los 1930s y los 1940s, cuando trabajadores migrantes se asentaron en urbes urbanas como San Antonio y Los Ángeles buscando por trabajo y estableciendo comunidades. En ese tiempo, la gente de Sinaloa y Michoacán –gente de diferentes estados mexicanos que de otra forma no se hablarían nunca en su país natal- se convirtieron en vecinos. Y de esa forma empezaron a compartir recetas los unos con los otros.

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Cucharada llena de estómago.

Piensa en el menudo como uno de los primeros alimentos de fusión de la Costa Oeste. En la cultura americana, las tías sustitutas pronto entraron en la escena, haciendo el menudo tan americano como los huevos con tocino para sus familias. El estereotipo de la señora mexicana presentada en las etiquetas del menudo enlatado de Juanita's hacían recordar a muchos de sus propias madres o sus media docenas de tías. Esta conveniente americanización de la sopa de tripas engendró el ritual común de las familias mexicanas de comer menudo los domingos por la mañana, asó como el sistema de "traer su propia comida" en establecimientos que sirven menudo. La comercialización pasó por alto los detalles de lo que es exactamente el menudo, y en vez se concentró en los colores vibrantes y los sabores de especias, propulsando ese caldo rojo y delicioso a las masas. La mayoría de las personas que crecieron comiendo menudo te pueden decir que su propia abuelita tiene la tendencia a agregarle un montón de chiles secos. Pero en otras regiones de México no se sirve el mismo estilo de sopa ardiente. Los de Sinaloa prefieren un caldo claro con harina de maíz y sin chile. A la gente del DF le gusta la pancita, la que es el menudo pero con un nombre diferente, sin relleno de maíz pero aún con un color rojo fuerte. Algunos cocineros le agregan cabeza y pata. Estos cortes de carne requieren horas de cocción para que se forme la gelatina y así crear un caldo espeso y sabroso. El olor de la cocción es potente como un aroma de dibujito animado que te puede dar una bofetada si no tienes cuidado.

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Jesus Raya, el cocinero de menudo en un restaurante mexicano. Oregano, chiles rojos picados y cebolla cortada son los condimentos comunes del menudo.

El menudo es también la comida oficial de cualquier celebración en una familia mexicana-americana que tenga lugar en la mañana o temprano en la tarde. ¿Un baby-shower? Más le vale a la futura mamá tener antojo de estómago de vaca. ¿Funeral? Nadie se pone demasiado triste luego de comer tripas. En la fase de investigación para este artículo quería zambullirme en el lado etnológico del menudo, así que contacté a la directora del Centro de Investigación Chicano Latino, Catherine Sue Ramírez en la Universidad de California en Santa Cruz. En vez de hablar conmigo me mandó a hablar con su madre. "No me gusta la carne apestosa", me dice Edna Ramírez antes de compartir su receta por teléfono. Ramírez, quien fuera premiada como Mejor Cocinera Hogareña por el LA Times, me advierte que debo lavar con mucho cuidado el menudo con jugo de limón. La tripa puede desprender olores sulfúricos que solo a una abuela le pueden gustar. Esos mismos componentes pueden también contaminar el caldo y hacerlo saber literalmente como comida que fue digerida hace un par de semanas.

El orégano, los chiles rojos aplastados y la cebolla picada son los condimentos típicos del menudo. Pienso en el menudo como un miembro familiar persistente que siempre está en contacto sin importar lo lejos que te vayas. Para dar un ejemplo de esto, recientemente le propuse matrimonio a mi novia y nos mudamos al norte de California, a unas 600 millas de Los Ángeles (¡y de mi panadería mexicana favorita!). A poco tiempo de la propuesta, mi futura suegra hizo el viaje desde Los Ángeles solamente para celebrar el acontecimiento. Seguramente pueden adivinar qué fue lo que comimos para celebrar. El horrible hedor a estómago hervido me encontró como si fuera un fugitivo, y me arrastró pateando y gritando hasta la mesa del comedor. Ha estado aquí por más tiempo que yo y continuará por mucho tiempo más cuando me vaya. Y tengo el presentimiento de que no soy el único que se siente de esta manera. Lo ames o lo odies, el menudo vino aquí para quedarse.