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A los delfines australianos les gusta drogarse con peces globo

Algunos científicos creen que la toxina del pez puede producir un efecto anestésico o narcótico, que pone a los delfines en un estado de trance.

Así como los seres humanos han descubierto cómo aprovechar las propiedades alucinógenas de casi cualquier cosa, los delfines parecen haber encontrado un vicio propio. Un grupo de marsopas de la costa de Australia fue sorprendido recientemente compartiendo un pez globo en un aparente intento de drogarse, informó WAtoday.

Krista Nicholson, investigadora de la Universidad de Murdoch que monitorea delfines al sur de Perth, observó que a los especímenes jóvenes les gusta tener a los peces globo en sus bocas durante algunas horas y luego los comparten, ya que aparentemente produce un efecto narcótico. Este tipo de pez contiene una toxina llamada tetrodotoxina, que es extremadamente letal para los seres humanos. Sin embargo, los científicos creen que las dosis pequeñas pueden poner a los delfines en un estado de trance.

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El fenómeno no es inaudito. La bióloga marina Lisa Steiner describió este comportamiento en un artículo de 1995 sobre delfines nariz de botella frente a la costa de Portugal. El documental de la BBC de 2014, Dolphins: Spy in the Pod ( Delfines: Espía en la manada), es reconocido por ser la primera filmación de este comportamiento.

"Este fue un caso de delfines jóvenes que experimentaron a propósito con algo que sabemos que es intoxicante", dijo el zoólogo Rob Pille —que participó en la producción— al Sunday Times antes del lanzamiento del documental. "Después de masticar suavemente el pez globo y compartirlo, comenzaron a actuar de manera peculiar, pasando el rato con sus narices en la superficie, como si estuvieran fascinados por su propio reflejo".

Sin embargo, Nicholson argumenta que la toxina podría no ser causante de un trance, sino de hacer que los delfines sólo se sientan entumecidos. También dijo que los delfines de esa zona juegan con la hierba marina o los cangrejos de una manera similar a como lo hacen con los peces globo, así que estas criaturas inflables podrían funcionar más como un juguete que como un narcótico.

No obstante, Nicholson comentó que podría haber un espécimen adicto en sus observaciones. La investigadora dijo que uno de los delfines que ha estado rastreando —llamado Huubster— se ha vuelto aficionado a jugar con peces globo y contó que el animal seguía practicando la actividad incluso cuando el resto de su manada se adentraba en el mar sin él.

Los delfines no son los únicos animales que son conocidos por utilizar diferentes sustancias para pasar un buen rato. Los renos en Siberia son aficionados a los hongos alucinógenos, Amanita muscaria, que crecen de manera silvestre en su entorno. (¿Pueden culparlos?) Y se sabe que los ualabíes en Tasmania comen amapolas cerca de su hábitat, luego corren en círculos y se desmayan. Si bien esto puede ser inevitable para los animales en estado salvaje, no significa que debas darles a tus mascotas algo más fuerte que nébeda (catnip, en inglés).