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tragedias deportivas

Poco ha cambiado a 15 años del desastre en el Accra Stadium | ES | Translation

Aquel día murió tanta gente como en las tragedias de los estadios de Hillsborough y Heysel combinados. Sin embargo, es muy posible que jamás haya escuchado de ella.

La desgracia deportiva más mortífera en la historia de África ocurrió el 9 de mayo de 2001 en el Accra Sports Stadium de Ghana. Ese día murió tanta gente como en las tragedias de los estadios de Hillsborough y Heysel combinados. Sin embargo, es muy posible que jamás haya escuchado de ella.

A pesar de que una comisión oficial culpara a la policía a cargo por incitar la estampida a través de negligencia criminal y que además sabía que el estadio era proclive a las grandes aglomeraciones, ningún dirigente ha sido responsabilizado. A diferencia de Hillsborough, no existe investigación alguna o lucha por la justicia. El estadio no es más seguro que antes, y es descrito aún como una "trampa de muerte". El único recordatorio del desastre más grande en un estadio africano, que mató a 126 personas, es una estatua de bronce afuera de las instalaciones donde se lee, "I am my brother's keeper" (soy el guardián de mi hermano).

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14 Years On after May 9th 2001.May the Souls of the 126 Soccer Fans who died at the Accra Sports Stadium — Ghana Premier League (@GHPLLive)May 9, 2015

Aquel día, los dos equipos de futbol más grandes de Ghana, Accra Hearts of Oak Sporting Club y Asante Kotoko, se enfrentaban en el estadio localizado en la capital de Ghana. Hearts of Oak y Asante eran, y siguen siendo, los clubes más grandes del país, con estadios de gran tamaño en dos de las ciudades más grandes: Accra y Kumasi, respectivamente. Miles de fanáticos llenaron el Accra Sports Stadium, construido en 1960, pero que había recibido mantenimiento de forma esporádica.

Luego de ir abajo en el marcador, Hearts of Oak anotó dos goles tardíos para tomar la ventaja de 2-1. Los seguidores de Asante, al ver el trato injusto de su equipo, comenzaron a arrojar botellas hacia la cancha. Los asientos del estadio eran pedazos de plástico viejos y baratos que podían arrancarse del concreto con facilidad. También los arrojaron.

Ghana no contaba con el apasionado hooliganismo que plagaba al futbol europeo, pero de vez en cuando lidiaba con desmanes, en especial en juegos importantes. Como anticipo, el Consejo Nacional de Deportes de Ghana (NSC) solicitó a la policía seguridad extra para aquel día; una medida relativamente estándar.

Por alguna razón —la comisión encomendada para investigar el incidente describió el motivo como algo "bastante oscuro"— la policía llegó armada con balas de goma, gas lacrimógeno, y granadas aturdidoras. Sin ningún tipo de advertencia, la policía utilizó las granadas para que los fans de Asante pusieran fin a sus actos vandálicos. Según todos los informes, la táctica funcionó, y los fans dejaron de aventar cosas a la cancha.

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Pero la policía siguió disparando hacia la multitud en la parte norte del estadio, de nuevo sin advertencia alguna. Dispararon balas de goma y gas lacrimógeno hacia las tribunas. Los fans huyeron. No pudieron bajar al campo porque, en ese entonces, el estadio contaba con rejas de dos metros de altura y alambre de púas; una medida de la que Europa se deshizo luego de la tragedia de Hillsborough. Sin otro lugar a dónde huir, los fans corrieron hacia las seis salidas.

De acuerdo con el diseño original, el Accra Sports Stadium tendría ocho salidas, pero solo se construyeron seis. Con solo un metro de ancho, las escaleras contaban con rejas corredizas, lo cual ocasionó un cuello de botella. Conforme los fans corrían hacia las salidas, la gente se apachurró por el pánico. El diseño original incluía salidas más anchas. En su lugar, se pusieron túneles estrechos con rejas corredizas. Por alguna razón extraña, estaban cerradas, y los fans quedaron atrapados.

Los seguidores permanecieron ahí, cuerpos apilados uno sobre el otro. La gente se tropezaba, y había suficiente espacio para pararse. Algunos sobrevivieron sacando sus caras por entre los barrotes, respirando tanto como pudieron, aunque era difícil por el peso sobre sus pechos.

Tomó cerca de una hora para que la aglomeración se dispersara; 116 personas murieron de asfixia traumática, o porque sus pechos fueron apachurrados, lo que provocó que se sofocaran. Otras 10 murieron por traumatismo. El presidente de Ghana, John Agyekum Kufuor, anunció inmediatamente tres días de duelo nacional, y se desplegó una comisión para la investigación. La liga premier de Ghana suspendió sus partidos un mes.

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A diferencia de Hillsborough, donde la tragedia se atribuyó erróneamente al hooliganismo, nunca hubo lugar para el misterio en torno a la causa del incidente en el Accra Stadium. A la comisión encomendada por el gobierno, le tomó menos de dos meses para culpar públicamente los disparos indiscriminados de la policía hacia las gradas; acción que fue transmitida en todo el mundo por la BBC y AP.

Pero en el informe de la comisión, además de culpar la agresividad de la policía, también se mencionaron otros factores que contribuyeron a la tragedia, entre ellos la falta de supervisión de la seguridad en el estadio, los escasos servicios de emergencia, la carencia de personal de seguridad, pésimo mantenimiento, y la falta de comunicación entre todos los agentes oficiales involucrados. Incluso los hospitales no distribuyeron adecuadamente sus recursos disponibles: el hospital militar 37 recibió la mayoría de los cuerpos. En lugar de mandar a los 106 cuerpos a otras morgues, el hospital se quedó con todos, bajo temperaturas tan altas como 26 grados centígrados. Para cuando los cuerpos estaban listos para enterrarse, ya habían empezado a descomponerse.

La comisión realizó 64 recomendaciones, la mayoría muy por detrás de sus contrapartes europeas, como deshacerse de las rejas de protección, restringir el movimiento de los fans es circunstancias tensas, y emplear personal de seguridad en los días de partido. Pero las correspondientes a la policía recibieron mayor atención. La comisión solicitó a la policía involucrada un comportamiento disciplinado. Seis oficiales de policía fueron culpados, pero después liberados porque la causa de muerte fue por asfixia ocasionada por el peso, y no por la inhalación de gas lacrimógeno.

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Desafortunadamente, lo que obtuvo menos atención fue la incompetencia de la NSC para promover un ambiente seguro en los estadios deportivos del país. En aquel entonces, solo había tres estadios con gradas apropiadas: Accra, Kumasi, y Obuasi, recinto de propiedad privada.

El Accra Sports Stadium fue renovado en 2007, logrando alcanzar los estándares de seguridad de FIFA en algunos aspectos, entre ellos la creación de rutas de escape de tamaño apropiado y torniquetes automáticos.

Pero menos de una década después, el estadio cayó una vez más en el olvido. Los encargados de la renovación, con todas sus implementaciones modernas como el salón de prensa, las gradas techadas, y un bar, no pensaron en utilizar pintura a prueba de óxido para una instalación a poco más de 300 metros del Océano Atlántico. El aire de agua salada corroyó el acero.

"Hasta donde sé, muy poco ha cambiado", respondió el presidente de la comisión, Sam Okudzeto, para VICE Sports vía email. "Se erigió un monumento pero la mayoría de las medidas se han ignorado. El hábito de ignorar lo que el gobierno anterior ha hecho se manifiesta claramente en estas recomendaciones importantes que surgieron de una tragedia como esta".

Recientemente, el Ministro de Juventud y Deportes informó al Parlamento que arreglar el acero costará 3.15 millones de dólares, diez veces más que el precio para el mantenimiento del estadio. El gobierno espera que un inversionista privado aparezca. Mientras tanto, los partidos se siguen disputando.

Quince años después, la NSC enfrenta las mismas críticas que se escucharon inmediatamente después del desastre del estadio: "una falta singular de atención y entendimiento del concepto de seguridad".

La comisión recomendó una forma para que la NSC pueda financiar las medidas de seguridad: realizar una partido en memoria del incidente tan cercano al 9 de mayo como sea posible, al igual que una competición de eliminación directa, donde lo recaudado vaya directamente a la seguridad del estadio. Pero, hasta el momento, aún falta por organizarlo.