FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Prisioneros australianos se están poniendo implantes caseros en el pene

Una costumbre que involucra navajas oxidadas, vidrio y baleros de metal.

Nunca he estado en prisión, pero tengo amigos que dicen que es la peor cosa que te puede pasar, además de que sufres un aburrimiento insoportable. Cuando descubres que tus únicas actividades consisten en darle a la heroína, levantar pesas, jugar juegos de mesa o masturbarte, tu mente se vuelve más creativa. Creo que ésta es una de las palabras con las que describiría a los prisioneros de Australia quienes empezaron por cortarse el pene con navajas y meterse piezas de dominó, botones y tapitas de los tubos de pasta de dientes, para después cerrarlo con cinta adhesiva.

Publicidad

Investigadores de la Universidad de New South Wales descubrieron este comportamiento cuando hacían una encuesta a los prisioneros acerca una conducta sexual riesgosa. Resulta que un importante número de prisioneros se habían puesto creativos y se empezaron a implantar objetos en el pene usando navajas oxidadas que habían sacado de no sé donde diablos. Con un sentimiento de náuseas y mis ojos llorosos llamé al investigador Lorraine Yap para que me diera una explicación más razonable.

VICE: Hola, Lorraine, dime por qué los prisioneros se están implantando objetos en el pene.
Lorraine Yap:Se ponen objetos que son fáciles de encontrar en la prisión, como dados que se llevan de la sala de juegos o pequeños baleros de metal. Puede ser cualquier cosa que tengan a la mano en ese momento.

¿Qué es lo más extraño con lo que te has topado?
Cristal pulido, rompen un pedazo de cristal, lo pulen y le dan la forma de cualquier objeto que se les antoje meterse en el pene.

Estás haciendo que me retuerza. ¿Cómo es que se meten cosas ahí?
Bueno pues usan las navajas de sus rastrillos, se cortan el pene  y lo abren un poco para meterse los objetos y luego lo cierran con un poco de cinta adhesiva.

Qué creativos, ¿Cómo te enteraste de esta tendencia?
Las enfermeras nos dijeron lo que estaba pasando, entonces pensamos que podríamos incluir una pregunta más en la encuesta para saber qué tan esparcida estaba esta tendencia entre los prisioneros.

Publicidad

Y, ¿qué tan esparcida está?
Encuestamos a 1,900 ex prisioneros en New South Wales y 6% dijeron haberse insertado algún tipo de objeto en el pene y de este 6%, 75% de ellos lo hizo mientras estaba en prisión.

Imagina algo así, pero en vez de un brazo, un pito atado con cinta adhesiva y con la piel enrojecida e infectada porque fue cortada con una navaja oxidada que alguien se encontró en la prisión.

¿Esta tendencia es algo reciente?
No estamos seguros, pero ellos cuentan que se ha hecho durante los últimos diez años. Nos pusimos a leer un poco acerca del tema y encontramos que también lo hacen en otras partes del mundo como en Indonesia, Papúa Nueva Guinea [PNG], de hecho en PNG lo hacen como tradición y no de manera tan descabellada.

¿Sabes si hay un patrón o un perfil de prisioneros que sean afines a meterse cosas en el pene?
Sí, comúnmente son personas con ascendencia asiática, la mayoría jóvenes. Es gente alrededor de los 25, pero se da más en chavos de entre 18 y 34 años. Ya después de los 35 no es tan común ver estás tendencias.

¿Has encontrado alguna explicación razonable de por qué esta gente se hace esto?
Sí, algunos lo hacen porque otros internos les dicen que esto podría hacer felices a sus novias o esposas… pero un interno transexual me dijo que lo están haciendo mal porque el clítoris de las mujeres está afuera y que el punto G de los hombres está adentro.

Mmm, buen punto. Entonces, creo que esta gente es todo menos alguien que sabe de medicina. ¿Qué pasa cuando a alguien se le infecta el pene, se lo cortan?
No, no se lo cortan. He escuchado de las enfermeras que ven penes infectados que sólo lo tratan con antibióticos para drenar la infección. Pero eso es en el peor de los casos, de hecho si no tratan al infección a tiempo muy posiblemente les dé gangrena.

Publicidad

Creo que sólo tienen un poco de suerte, entonces. ¡Gracias, Lorraine!

Más gente que hace cosas extrañas con su cuerpo:

Japoneses cara de dona

Poniéndome loco con veneno de serpiente

Este hombre no piensa volver a comer en su vida