La idea nos parecía muy sugerente: ir a una fiesta de mascotas. Bueno, básicamente eran todo perros y estaba organizada por una marca de accesorios y snacks para animales en un prestigioso hotel de la Ciudad Condal. Pero la cosa pintaba realmente bien. En principio sentíamos un montón de curiosidad por estas fiestas que llevan haciéndose bastante tiempo en Estados Unidos y aquí se están instaurando de manera más lenta. Van cogiendo altura poco a poco.
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Nada más llegar allí, nos vinieron un montón de pensamientos curiosos a la cabeza. El primero es que los perros son más sabios y directos en cuanto a comportamiento social se refiere que los humanos. En las fiestas de personas, por así llamarlas, nos arreglamos, nos ponemos nuestras mejores galas e intentamos interrelacionarnos con gente que nos interesa por diferentes motivos. Los perros molan más, la cosa se trata de olisquear todo, especialmente culos, y no importa si hueles varios en una misma noche. Suponemos que es algo químico e irrefrenable y no importa si vas vestido de una manera más o menos elegante, aunque tu dueño se empeñe (esto último es verdaderamente divertido) en disfrazarte de cosas extrañas.Fue una experiencia inolvidable, y nos quedamos con ganas de saber qué pasaría en una Pets Party solo de perros, sin correas, ni dueños de por medio. De momento, esto es lo que vimos a través de nuestra cámara.