Miradas de resistencia
Antonia Zennaro

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Miradas de resistencia

Antonia Zennaro se dedicó a retratar a los habitantes de la Boquilla, en Cartagena, quienes se resisten al exilio, a coger sus ropas, empacar sus recuerdos y abandonar sus aposentos, mientras que la implacable gentrificación urbana borra su memoria.

La documentalista italiana Antonia Zennaro constante y voluntariamente cambia de casa: París, Barcelona, Buenos Aires. Sin códigos postales fijos se ha dedicado a recorrer el planeta para visibilizar y narrar a través de escenas visuales las historias que el camino ha tenido a bien contarle. Ahora en suelo colombiano, con su cámara en mano y los ojos dispuestos a ver lo invisible, se sumergió en la realidad de 80 familias que se niegan rotundamente a cambiar de casa. La fotógrafa se dedicó a retratar a los habitantes de la Boquilla, un bello y empobrecido caserío de pescadores en Cartagena, quienes se resisten al exilio, a coger sus ropas, empacar sus recuerdos y abandonar sus aposentos, mientras que la implacable gentrificación urbana borra su memoria.

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Su proyecto "Miradas de resistencia" consta de veinte fotografías a color de rostros que derraman historias, que invitan a ver, escuchar y sentir por el otro. Ojos oscuros, miradas cansadas, pieles bronceadas, niños y viejos comparten la sensación de dificultad del desplazamiento obligado: "Del viaje forzoso, la soledad y el empezar de cero", como lo explica Zennaro.

"Mis fotografías quieren mostrar las cosas como realmente son. No es un desacuerdo con el cambio, sino una respuesta a la falta de respeto por lo que hubo antes: por la memoria humana que se construye en un hogar", dice Antonia al hablar de la intención detrás de esta radiografía que le hizo a la vida y el ritmo del icónico corregimiento de Cartagena, el cual, ahora, es visto por empresarios turísticos como una mina de oro.

"El que no llora no mama", "Los negros se van de aquí porque no les dan café", "A mi no me asustan zorras, porque ni gallinas tengo", son algunos de los subtítulos de cada foto. Cada imagen va acompañada de una nota al pie que sintetiza lo que vive esta comunidad. La serie de fotos se convierte en una narrativa compuesta por un texto explicativo de la exposición general, refranes y dichos populares, letras de las canciones de la Boquilla; así como cifras de indicadores sociales de una investigación participativa de docentes de la Universidad de Bolívar.

Esta documentación fotográfica nació gracias a la Escuela Taller Tambores de Cabildo, una comunidad arraigada a las raíces identitarias y al desarrollo humano, que desde hace cinco años forma a los habitantes del corregimiento en liderazgo, cultura ancestral y materia musical tradicional. Cada sábado más de sesenta "boquilleros", desde los más pequeños a lo más maduros, se sientan a acariciar un tambor, demostrando con cada roce la resistencia de la piel del instrumento y la de sus manos. De esta fortaleza, nació la metáfora de una mirada persistente, fuerte frente a las adversidades.

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Para Zennaro, la fotografía comunica sin tener que decirlo todo. En el infinito de las miradas que encuadra se descubre lo humano, el miedo, la negación; sin embargo, su objetivo es reencontrar el hogar, lo que se es y se ha perdido. "En medio del conflicto y el desarrollo, los colombianos son individuos llenos de una belleza poderosa", dice la fotógrafa respecto al redescubrimiento ancestral que busca hacer.

En noviembre del año pasado, Antonia Zennaro se tomó el Castillo de San Felipe de Barajas en Cartagena con su proyecto. En uno de los complejos más ancestrales del país, expuso estas fotografías de los semblantes olvidados de ochenta familias de la Boquilla. Al son de bullerengue y voces coloridas que cantaban al unísono, los transeúntes, costeños, cachacos y uno que otro turista, se detuvieron para perderse entre estas imágenes que los veían pasar.

Los invitamos a ver once fotografías, con notas al pie, de esta inquietante serie. Miradas resistentes y altivas que al observarlas preguntarán en silencio: ¿A dónde ir después de que el hogar se ha perdido?

Sigue a la autora de este artículo en twitter Camila Tovar

Sigue a la fotógrafa Antonia Zennaro