Una noche en San Petersburgo en 2005 me topé con la entrada de un lúgubre edificio que podría haber sido un teatro o un centro cultural. Lo quemás me llamó la atención, fue una figura de cera de Freddie Mercury de dos metros con el puño en alto en señal de triunfo, en medio del gélido aire ruso. ¿Qué podía haber ahí? ¿Un homenaje a Queen junto a unas vías de tren? Una inspección minuciosa reveló que el espectáculo tenía más que ver con la afición de Mercury por la cocaína que con su intachable carrera musical.
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En la entrada había un cartel con la imagen de una chica joven y guapa. La mitad del rostro era una calaca rodeada de agujas. El texto en el cartel decía: "El Museo de Cera presenta un nuevo e impresionante proyecto: 'En el límite'. Mostrando los efectos de las drogas en el organismo humano".
La parte inferior del cartel revelaba que el proyecto estaba presentado en asociación con una agencia gubernamental. Entonces todo tuvo sentido: se trataba de una versión anti-drogas de los "tours del infierno" que se hacen en algunas ferias estatales del sur de Estados Unidos para advertir a los adolescentes lo malo que es "tocarse". Pagué una entrada de 50 rublos (unos 15 pesos mexicanos) para presenciar el montaje antidroga más espeluznante de mi vida.
La exposición se inicia cronológicamente, con un vistazo a las antiguas y siniestras influencias culturales que engendraron la actual epidemia del abuso de drogas. Un chino tumbado en unas sábanas de seda confunde sus sentidos con el suave humo del opio. La versión rusa del opio, llamada Krokodil, es un veneno mortal. Sus adictos tienen una esperanza de vida de dos o tres años ya que hace que su carne se desprenda del hueso.
También está la marihuana, o babushka zelonaya (abuela verde). Este personaje nos ofrece una calada de su cigarrito de la risa. Pero dado el estado de sus ojos debe estar formado enteramente por PCP.
Una imagen de desesperación y miseria. Cinco minutos sin meterse caballo es tiempo suficiente para considerar vender esa caja de madera en la que te sientas.
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Desesperación y miseria, parte 2. Mira, ahí atrás está el cadáver de Se7en que se despierta gritando cuando un policía pasa justo a su lado.
Primer plano del muerto, solo para recalcar lo feo que es. Hay que reconocer que el artista que lo pintó supo representar la vidriosa mirada de la decadencia.
Para ser justos este basurero se parece mucho al mío, solo que yo tengo menos jeringas y más restos de pollo.
"Lo siento, Olga, pero su hijo tiene ríos de mocos escurriendo por su cara porque ha estado inhalando cocaína. Por desgracia ya no es capaz de participar en nuestra fuerte y productiva sociedad rusa".
Ese momento en el que te das cuenta que meterte dos litros de vodka cada fin de semana mientras estabas embarazada no fue la mejor de las ideas.
Nunca había visto a un bebé muerto hecho de cera, vaselina, tubos de PVC y pintura roja. Es aterrador.
"Como médico en la Rusia moderna, no gano mucho. No lo hago por el dinero, eso es obvio. Pero, ¿realmente necesito ver esta mierda todos los días?"
Un primer plano del bebé muerto. El nivel de sofisticación técnica es bastante impresionante. Nunca podrás decir que la artesanía rusa no es impresionante.
Una vida desperdiciada rodeada por los profetas del mal, incluyendo a Marilyn Manson, el tipo de The Prodigy, y Brian May de Queen. Brian May, el único guitarrista famoso con un doctorado en astrofísica, no se merecía esto.
El momento más triste de la tarde. Mamá, vestida con un camisón bielorruso azul eléctrico bebió tanto vodka que no puede ni mirar a su tía / hermana / suegra, mientras se tira por la ventana en un ataque de psicosis provocado por las drogas.
La niña parece no pasarla tan mal a pesar de la locura a su alrededor. ¿Podría ser debido a la influencia positiva de las princesas de Disney?
Una galería de máscaras que muestran la relación entre el consumo de drogas y la desfiguración. Cubre desde la gangrena inducida por la heroína hasta la destrucción de la nariz provocada por la cocaína.