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Un japonés es el primer hombre en ir a la cárcel por crear armas con impresoras 3D

El derecho a portar armas hechas por ti mismo sigue siendo una cuestión polémica en la mayor parte del mundo.

Click, imprimir, arma: La historia del movimiento de las armas creadas con impresoras 3D

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Esta semana sentenciaron a un japonés a pasar dos años en prisión por fabricar armas con impresoras 3D. Yoshitomo Imura, de 28 años y nacido en Kawasaki, fue arrestado en mayo después de publicar en YouTube un video donde se le ve armando un arma de fuego ilegal, que probablemente no fue la mejor idea.

El derecho a portar armas hechas por ti mismo sigue siendo una cuestión polémica en la mayor parte del mundo. Si las armas son ilegales en tu país (como lo son en Japón), entonces es lógico que la ley no se va a poner de tu lado cuando decidas intentar hacer una en tu casa. Al parecer, Imura es la primera persona en todo el mundo a la que meten a la cárcel por fabricar armas con impresoras 3D.

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Los policías han estado buscando ese tipo de armas. El año pasado, la policía británica confiscó lo que parecían ser componentes de armas, aunque después se reveló que en realidad los objetos sólo eran partes de la impresora, lo que dio lugar a muchas bromas sobre los policías en Internet. En Reino Unido, la compra, posesión o la creación de un arma en 3D podría significar una década tras las rejas, así que no es un tema que se deba tomar tan a la ligera.

En EU, donde todo este asunto tuvo mucho éxito, es legal que un individuo fabrique armas de fuego para uso personal sin necesidad de tener licencia (excepto ciertos tipos de armas en ciertas jurisdicciones). Se han propuesto algunas medidas restrictivas —como la renovación del Acta de armas de fuego indetectables que criminalizaría la producción de tambores o armazones de armas de fuego que no incluyan una cierta cantidad de metal— pero han sido rechazadas por ser intentos claros de reprimir el uso de las impresoras 3D en armería casera.

Eso significa que Defense Distributed, la empresa tejana que produjo la “Liberator” (la primera pistola impresa en 3D) podrá continuar con su negocio. Motherboard realizó un documental sobre Cody R. Wilson, director de Defense Distributed, el año pasado. La organización con fines no lucrativos afirma que funciona “exclusivamente con fines caritativos, religiosos, científicos, literarios, educativos y para mejorar seguridad pública”. No me queda claro cómo es que las armas pueden tener fines caritativos, religiosos o literarios, y si es posible, estoy segura de que sólo puede ser en Estados Unidos.

La Liberator sólo puede cargar una bala a la vez, mientras que el modelo de Imura (bautizado como “La ZigZag”) puede cargar seis. A pesar de que Imura tendrá que pasar los próximos 24 meses en una celda, los planos de su arma son públicos, lo que significa que cualquiera puede conseguirlos y producir sus propias armas de fuego caseras. Dejo que ustedes decidan si es un sueño libertario o una pesadilla.

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