Cinco chicos y una chica nos cuentan la primera vez que tocaron una vagina

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Cinco chicos y una chica nos cuentan la primera vez que tocaron una vagina

Según yo, los hombres no salen de su primera experiencia vaginal sintiéndose inseguros y sucios. Por eso le pregunté a hombres y a una mujer cómo fue tocar una vagina por primera vez. Y sí, las respuestas tuvieron un tono diferente.

Hace poco pedí a cinco chicas y un chico que nos contaran cómo fue la primera vez que tocaron un pene. La mayoría de las anécdota eran muy incómodas y, en algunos casos eran ligeramente forzadas.

Tras escuchar estas historias de semihorror, empecé a preguntarme si ese primer contacto es diferente para los hombres. Según yo, los hombres no salen de su primera experiencia vaginal sintiéndose inseguros y sucios. Por eso le pregunté a hombres y a una mujer cómo fue tocar una vagina por primera vez. Y sí, las respuestas tuvieron un tono diferente.

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Xavier, 22

Quedamos de vernos en un bar. Encontramos una mesa agradable en un rincón oscuro. Una cosa llevó a la otra y terminamos metiendo mano en nuestros respectivos pantalones. Los dos nos habíamos rasurado. Fue lindo saber que ella se tomó la misma atención que yo.

Pasó apenas hace un año. Antes de eso, no tenía idea de lo húmeda que puede llegar a estar una vagina. Como había visto mucho porno, creí que tenía todo bajo control pero cuando me di cuenta de que ahí abajo había más humedad de la que podía producir mi mano nerviosa y sudorosa, entré en pánico y creí que la chica se había orinado en los pantalones. Traté de actuar natural y fingir que sabía lo que estaba haciendo pero ni siquiera pude meter un solo dedo. No esperaba que su vagina estuviera tan apretada.

Decidí acariciarla suavemente y nada más pero ella me jalaba el pene como si quisiera sacarle el corcho a una botella de vino. Mis palmas estaban increíblemente sudadas y lo único en que pensaba era que debíamos haber hablado antes sobre eso. Me estaba cagando hacia adentro. No quería ser brusco pero tampoco quería ser inútil. Fue una experiencia aterradora.


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Dyson, 24

Tenía 17 y estaba borracho en una fiesta. Ahí conocí a una chica pero yo era demasiado frígido en ese entonces. Ni siquiera me atrevía a besarla en frente de mis amigos, así que decidimos salir a dar un paseo y nos tardamos años. Terminamos en la parte de atrás de una tienda, lejos de la carretera pero cerca de los postes de luz para no estar totalmente a oscuras.

Fajamos un buen rato y metí mi mano por debajo de su falda. Esta muy nervioso pero pensaba Tengo que hacerlo. Todos los demás lo hacían, así que decidí hacer lo que según yo era dedear, es decir, le metí el dedo. En ese entonces no sabía que tenía que estimular la zona y lo metí así, sin más. Por lo que había visto en el porno, hacer las cosas lentamente no era una opción. La chica me pidió que fuera más gentil y poco después ya estaba muy húmeda. Recuerdo que hubo un momento en el que la posición en la que estaba me dejaba ver su vagina y me dio mucho miedo; en ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo. Por fuera actuaba como si nada pero por dentro no era más que un bebé asustado.

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Curtis, 22

Mi novia de ese entonces y yo decidimos reservar una habitación en un hotel para mi cumpleaños número 18. No teníamos la libertad de estar juntos en otro lugar que no fuera el asiento trasero de mi auto y para nosotros era muy importante que nuestra primera vez fuera agradable y con privacidad. No sabía qué esperar. Había visto porno y le pedí consejos a mis amigos pero sabía que ella iba a estar igual de confundida que yo, así que traté de no preocuparme demasiado.

Cuando llegamos al hotel no fue como en una escena de película en la que entramos corriendo, nos aventamos a la cama y lo hacemos. Todo estaba planeado; nos sentamos y platicamos un rato antes de empezar. Yo creía que iba a ser un orificio suave con paredes simples y simétricas pero me sorprendí al darme cuenta de la forma tan extraña y la cantidad de detalle que hay dentro. Traté de poner atención a lo que le gustaba. Cuando terminamos, nos quedamos dormidos inmediatamente y no hablamos de nada de lo que pasó hasta después, por mensaje.

Hannah, 25

Me tomó muchos años atreverme a hacer algo. Normalmente metía mi mano, me sacaba de onda y prefería alejarme porque no podía definir mi sexualidad. Le tuve miedo a las vaginas por mucho tiempo. Mi primera experiencia fue en un trío que hice con dos amigos. El tipo no me gustaba para nada, así que fingí que no estaba ahí y descubrí que la vagina era lo mejor del mundo. Acababa de cumplir 20 años.

Era una mezcla entre tener miedo y saber más o menos qué hacer. Además, me di cuenta de lo diferentes que son las vaginas. Esperaba que fuera igual que la mía pero no, cada quien tiene sus gustos. De hecho, cualquier otra vagina que no sea la mía es un misterio para mí.

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Michael, 21

Fue hace unos meses. Era de noche e invité a una amiga a mi casa a ver Game of Thrones y nos prendimos después de ver las escenas de sexo. Había visto porno y sabía más o menos cómo es una vagina pero no tenía idea de qué excita a una chica y cuales son los puntos donde siente más placer. Metí mi mano en su ropa interior y lo primero que noté fue lo mojada que estaba esa zona. Al principio no me gustó. Creí que se había hecho pipí. También noté lo pequeño que era el orificio y me daba miedo meter los dedos. Era más blando y baboso de lo que imaginaba.

La experiencia en general fue incómoda y sentí como si la hubiera apuñalado con mis dedos. Pero su actitud fue muy positiva en todo momento. Me la pasé preguntando "¿Te gusta? ¿Se siente bien?".

No sabía qué estaba haciendo. El clítoris era un factor desconocido para mí. También era su primera experiencia sexual. No sé por qué pero no podía dejar de preguntarme ¿Qué pasaría si alguien mete la mano completa?. La verdad, fue muy extraño e incómodo sentir a alguien tocando mi pene por primera vez.

Luke, 21

Tenía 15 años y estaba en una fiesta. Le dije a una amigo que quería intentar algo con una chica de la escuela. Después, cuando llegó esa chica, dije ¿Por qué no? Así que utilicé mi mejor técnica y le ofrecí un poco de alcohol a cambio de un beso. Para mi sorpresa, funcionó y terminamos fajando en una habitación. Como la puerta no tenía seguro, la gente se la pasaba entrando y saliendo. Le pedí a mi amigo que cuidara la puerta pero tampoco sirvió. Terminamos encerrados en un clóset.

Cuando metí la mano, me impresionó sentir lo pequeño que era el orificio. Lo único en que podía pensar era haz algo, no todo, pero algo. Obvio había visto porno y hablado de sexo con mis amigos y juro que hasta American Pie me sirvió de guía. Pero ella tenía mucha experiencia y me ayudó durante todo el proceso. Cuando llegué a la escuela el lunes, todos sabían lo que había pasado. De hecho, aunque ya pasaron algunos años, todavía hay gente que lo menciona y ni siquiera estuvo ahí.

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Ilustraciones por Michael Dockery.