FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Platicamos con Marky Ramone, el último de los Ramones

Marky Ramone nos cuenta de su nuevo libro en el que desmiente los mitos de la banda, los problemas que hubo entre ellos, cómo eran sus giras, y la vez que metió un chihuahua al congelador.

Todo buen fan de los Ramones sabe que su vocalista, Joey Ramone, padecía un grave trastorno obsesivo-compulsivo; que el guitarrista Johnny Ramone era un republicano convencido, un punk que admiraba a Nixon y a Reagan. También sabe que Dee Dee Ramone, el bajista y autor de la mayoría de sus canciones, se metía de todo y más.

Lo que tal vez no sepa es que Johnny era un racista que le pegaba a su novia, que no paraba de burlarse de Joey, y que se enredaba en discusiones sobre política en la casa de Phil Spector con el actor Al Lewis, el entrañable abuelito Drácula de La familia Monster. Probablemente tampoco sepa que Dee Dee mentía sobre haber luchado en la guerra de Vietnam, o que los hábitos de higiene personal de Joey eran tan deficientes que en más de una ocasión tuvo que ser hospitalizado por ello.

Publicidad

Marky Ramone (alias de Marc Bell) revela estos y muchos otros interesantes detalles en su muy recomendable autobiografía Punk Rock Blitzkrieg, donde relata su ascenso desde lo más ignoto de Brooklyn al trono de las baquetas con Dust, grupo pionero del hard rock, para luego lanzarse de cabeza al epicentro del punk neoyorquino como miembro de Wayne County & The Backstreet Boys, Richard Hell & The Voidoids y, finalmente, los Ramones. En 1978, Bell sustituyó al baterista original, Tommy Ramone, a petición del propio Tommy, justo antes de que la banda entrara a grabar Road to Ruin, disco que incluye el clásico "I Wanna Be Sedated". Pero Marky tampoco fue ningún ángel: en el libro explica cómo chocó su auto contra una tienda de muebles mientras conducía ahogado en alcohol, cómo metió el chihuahua de un amigo en el congelador, y hasta reconoce que su prolongada batalla contra el alcoholismo acabó por costarle su salida del grupo.

Aunque Joey, Johnny, Dee Dee y Tommy han muerto, la leyenda de su punk —y Marky— todavía vive. Lo único que busca Marky es que se sepa lo que ocurrió en realidad. "Todo es verdad", insiste Marky. "Quise escribir este libro para acabar con los rumores y con las exageraciones".

VICE: ¿Cuáles son los principales malentendidos sobre los Ramones que quieres refutar en Punk Rock Blitzkrieg ?
Marky Ramone: Que Phil Spector nos apuntó con un arma en su estudio, cosa que no es verdad. Es cierto que tenía armas, pero nunca nos apuntó con ellas. Y que en realidad no éramos hermanos [ ríe]. Pero también quería que el público conociera nuestra personalidad, la mía y la de los demás miembros del grupo, como éramos en realidad. También me interesaba aclarar lo que ocurrió durante el rodaje de Rock N' Roll High School y, más tarde, en el Rock N' Roll Hall of Fame. No es mi intención criticar el resto de libros sobre los Ramones, pero no son tan exhaustivos como este.

Publicidad

En el libro hablas detalladamente sobre cómo eran los otros Ramones y sobre las relaciones que había entre ustedes. Mucho de ese material no resulta precisamente halagador. ¿Quisiste esperar a que todos murieran para publicar el libro?
No. Eso no tuvo nada que ver. Yo solo pretendo contar mi historia. Como te decía, al leer los otros libros que se han escrito sobre los Ramones, me di cuenta de que exageraban mucho. Eso es lo que me impulsó a escribir. Quería poner las cosas en su lugar.

Hay miembros posteriores de los Ramones, como Richie o C.J., que siguen vivos, pero de los integrantes originales de los años 70 y 80 tú eres el único que queda. ¿No te sientes un poco raro?
Soy el último vínculo que existe con los cuatro Ramones originales, puesto que estuve con ellos desde los años setenta. No siento una responsabilidad especial por ello, pero me gusta mantener viva la llama de aquella música. Creo que las canciones son demasiado buenas como para dejar de tocarlas. Así que he juntado un grupo de músicos muy bien armado [Marky Ramone's Blitzkrieg] y eso es a lo que nos dedicamos. Andrew W.K., que es un gran showman, se ocupa de las voces. Pero no quería hacer un grupo de clones. Quiero que la música suene como los Ramones, pero visualmente no me interesa que la banda se parezca.

¿Tienes idea de por qué te decidiste desde chico a la batería, en lugar de escoger la guitarra o el bajo?
Podríamos decir que nunca me sentí inclinado por la electrónica. Cuando los Beatles salían por la tele, mi madre me llamaba al comedor para que los viera. Ahí empezó todo: yo quería ser Ringo. Por eso empecé a tocar la batería.

Publicidad

Y el éxito llegó muy pronto. Cuando firmaste tu primer contrato discográfico con Dust, aún no habías cumplido los dieciocho.
Fuimos una de las primeras bandas de heavy metal de Estados Unidos. Tocábamos muy duro y muy rápido, algo que yo relaciono con el hecho de que veníamos de Brooklyn. Nos conocíamos y compartíamos los mismos gustos, y Dust fue el resultado natural de todo ello. Mi padre quería que me graduara en el instituto, así que en cuanto colgué el diploma en la pared, me metí de lleno en la escena punk de Nueva York.

Richi Wise, compañero tuyo en Dust, y Kenny Kerner, responsable de las letras del grupo, produjeron los dos primeros álbumes de KISS. Tanto tú como Joey eran fans de KISS, lo que llama la atención, pues estéticamente eran una banda que se situaba en las antípodas de la imagen más parca de los Ramones.
Sí, fui a ver a los KISS unas cuantas veces en sus inicios. Pero aún no habían acabado de definir su estética y no iban con aquellas ropas. De todos modos, a mí siempre me gustaron sus canciones. Tenían buenos estribillos; eran cortos y las letras trataban temas que le interesaban a los jóvenes de entonces. Igual que los Ramones. De hecho, KISS hizo una muy buena versión de "Do You Remember Rock N' Roll Radio?". Al principio, eran muy parecidos a los Ramones y a los New York Dolls.

Tú hiciste una audición con los Dolls. ¿Te has preguntado alguna vez que habría ocurrido si te hubieras quedado con ellos? ¿Crees que hubieras acabado siendo un Ramone de todos modos?
Bueno, sí y no. Los Dolls se separaron tres años más tarde por culpa de las drogas, así que a lo mejor yo hubiera acabado igual de mal. Cogieron a Jerry Nolan, y yo acabé tocando con otros grupos de Nueva York.

Publicidad

Como Estus, por ejemplo, con quienes grabaste un disco con Andrew Loog Oldham, el manager y productor de los Rolling Stones. Él trató de hacer un trío contigo y una mujer…
Andrew vive ahora en Columbia, y cada vez que voy por ahí paso a visitarlo. Pero nunca hablamos de lo que ocurrió aquella noche. No me van los tríos. Yo tenía solo 19 o 20 años, y aquello fue para mí una situación incómoda y un poco extraña. Lo olvidamos y nos centramos en la grabación del disco.

Luego entraste en los Voidoids, la banda de Richard Hell, con quienes tocaste en el mítico disco Blank Generation. En el libro explicas que el tema que da el título al álbum fue la primera canción en la que participabas que realmente te hizo pensar. ¿Sigue siendo significativa para ti esa canción?
En aquella época, Nueva York estaba en ruinas. Había huelgas de basureros, los policías recibían tiros en todas partes y las calles estaban llenas de indigentes. Al gobierno le importábamos una mierda, así que, sí, éramos la blank generation (generación vacía). ¿Si pienso igual ahora? Creo que son los jóvenes que se encuentran en esa situación quienes deben sentirse identificados con la canción. Pero nosotros supimos salir adelante. Perseveramos con la música, tocando y ensayando, y afortunadamente pudimos dejar atrás aquella forma de pensar.

¿Se sorprendió Richard Hell de que decidieras abandonar los Voidoids?
Creo que sí, pero quien se quedó más sorprendido fue Bob Quine, el guitarrista, porque a él le gustaba mucho como tocaba la batería. Decía que el grupo ya nunca fue el mismo desde que me fui. Pero el problema es que a Richard no le gustaba ir de gira. Cuando volvimos de la gira con The Clash, él quería tomarse las cosas con calma. Yo, en cambio, quería volver a la carretera. Pero Richard tenía un problema con las drogas, y cuando estás de gira es complicado encontrar dealers para mantener tu adicción. Yo creo que ese era su principal motivo para no querer salir de gira. Entonces fue cuando Tommy le dijo a Dee Dee que me preguntara si quería formar parte de los Ramones.

Publicidad

Entonces te reuniste con Johnny para que él te explicara las normas de la banda antes de hacer la prueba. En cierto modo, fue una manera de prepararte para lo que significaría formar parte de los Ramones, pues Johnny tenía un montón de reglas.
Bueno, ladraba mucho pero mordía poco. ¿Hacíamos caso de sus normas? No. Éramos colegas, pero teníamos opiniones políticas enfrentadas. Johnny era como era, y en el libro lo describo claramente. También explico cómo era yo, y cómo eran Dee Dee y Joey. Así que no es que trate de ensañarme con nadie, pues me describo a mí mismo con toda honestidad.

Joey y Johnny siempre estaban peleados, hasta el punto de que dejaron de dirigirse la palabra. Da la sensación de que tú estabas más del lado de Joey, porque la mayoría de sus problemas eran asuntos que él era incapaz de controlar, como su trastorno obsesivo-compulsivo, mientras que los problemas de Johnny tenían más que ver con su personalidad.
Sí. Joey era introvertido y muy tímido. Necesitaba hablar con alguien del grupo y no podía hacerlo con John, porque estaban peleados, ni con Dee Dee, porque siempre siempre en otra galaxia. Éramos buenos amigos. Además, Joey siempre tuvo problemas de salud, así que me daba un poco de lástima. Pero cuando subía al escenario, se comía el mundo.

Cuando entraste en los Ramones, ¿te chocó ver que Johnny era racista y que le pegaba a su novia?
Obviamente, no me gustan los racistas ni tampoco los hombres que pegan a las mujeres. Que fuera un antisemita y que estuviera continuamente diciendo "negrata" no me hacía ninguna gracia. Mis padres me habían llevado a la primera gran marcha en favor de los derechos civiles en Washington en el 63, así que había crecido en una familia donde no importaba el color de la piel siempre y cuando fueras buena persona. Así que escuchar cómo Johnny escupía ese odio me ponía de nervios.

Publicidad

Joey era judío, así que tampoco le debía hacer mucha gracia.
A Joey lo volvía loco. Johnny siempre se metía con Joey y con nuestro tour manager porque eran judíos; los llamaba "los rabinos". Si Joey venía hacia la furgoneta y Johnny estaba sentado ahí, decía: "Ahí viene el rabino". Yo le decía a John: "Hey, ya estuvo". Burlarse de los demás puede acabar convirtiéndose en algo más grave. Puede volverse realmente peligroso, en una forma de odio.

¿En algún momento alguno de ustedes sintió el impulso de intervenir en las peleas entre John y Roxy, su novia, para evitar que él le pegara?
Una vez presencié una bronca entre Dee Dee y su mujer, Vera, y le dije que no volviera a hacerlo nunca más. Pero Johnny y Roxy se peleaban cuando estaban a solas y nadie los veía.

Durante la grabación de End Of The Century en la casa de Phil Spector, Johnny se enzarzaba en discusiones de política con Al Lewis, el actor amigo de Spector que interpretaba al abuelo de La familia Monster . Aquello debía ser una escena muy extraña.
Continuamente. Johnny era republicano y detestaba a los inmigrantes, detestaba aquello, detestaba lo otro. Y el abuelo Monster lo ponía en su lugar.

Mucha gente creía que Dee Dee había luchado en Vietnam, aunque no es cierto. ¿Fue él mismo quien creó ese rumor?
Sí. Le habían extirpado el apéndice, así que tenía una cicatriz. La enseñaba continuamente y decía: "Me la hicieron en Vietnam" [ríe]. A veces cambiaba la historia y decía que se la habían hecho a navajazos en una pelea. Dee Dee tenía mucha imaginación, era muy infantil. Pero eso es lo que lo convertía en un compositor tan bueno.

En el libro no ocultas tus problemas de alcoholismo. ¿Te resultó difícil escribir sobre ello?
Tenía que hacerlo, porque fue algo que pasó. No tenía la intención de quedar como el angelito de la banda, y si puede servir para ayudar a alguien que se encuentre en la misma situación, me alegro. No me avergüenzo de ello.

En una ocasión, durante tu horas más bajas, metiste a un chihuahua en un congelador durante diez minutos. ¿Te arrepientes de aquello?
Aquel perro era una joda. No paraba de ladrar y de morderme en los tobillos cada vez que iba a casa de aquel tipo. Me harté. Solo pretendía calmarlo un poco, así que lo metí al refrigerador. Y no solo en ahí, sino en el congelador. Cuando lo saqué, tiritaba un poco pero ya no ladraba. Así que en lugar de enojarme y regañarlo, lo sometí a un cambio de temperatura. Y funcionó.

No creo que a los defensores de los animales les haga mucha gracia esta historia.
Bueno, aquello fue antes de los tiempos de lo políticamente correcto.

J. Bennett entrevistó a Johnny Ramone en 2003, aproximadamente un año antes de que muriera. Johnny llevaba una camisa hawaiana.