FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Hablamos con Camilo Lara sobre 'Compass' y no vas a creer lo que dijo en la pregunta 7. (O igual sí, no puedes creer eso de “no creerás lo que contestó” y menos si conoces a Camilo)

Después de dos años de haberlo anunciado, la próxima semana estrenan 'Compass', una odisea en trece rolas, tres continentes y más de 90 músicos.

vía

Lucas Vernon, publisher de Noisey, me mandó un mensaje relativamente urgente: “Oye Ro, ¿puedes echarte un phoner con Camilo sobe Compass, mañana a las 11?”. Francamente no sé si es porque confía en mis capacidades para transcribir a tiempo o porque el perfil del staff de a diario está ya clavado en lo que le toca a su generación: en rap, trap y a veces crap y me convierto en uno de los pocos eslabones a los que francamente una canción con un sampleo del Donkey Kong Country le vale verga. Quizás es porque sabe que conozco y aprecio a Camilo Lara y que por edad e igual algunas posiciones personales y gustos musicales, estoy más próximo a él, a sus influencias y su música que, digamos, Erich Mendoza o Gio Franzoni, verdaderas estrellas de la economía del like en Noisey.

Publicidad

El motivo del phoner, hecho con Camilo en medio de una gira con alguno de sus múltiples conjuntos y yo en pijama en casa fue, al fin, la aparición del álbum que junto con Toy Hernández conceptualizó, armó, grabó y demás, durante los últimos dos años: Compass –un álbum cuya razón de ser fue el nomadismo entre estudios de RedBull y la colaboración presencial de muchos de los ídolos y compitas de Hernández y Lara– y que sale formalmente al mercado en una semana, el próximo 26 de agosto, después de mucho tiempo de haber sido anunciado.

La charla es amigable, extensa, a veces se entrecorta –Territorio Telcel mis Güebos– pero si algo tiene Lara, además de la absoluta precisión en sus palabras, en su selección de temas y géneros a abordar, es la capacidad de no hacerle sentir a uno como imbécil haciendo quizá las mismas preguntas que seguramente ya contestó en el phoner anteror, y no sólo eso, aún después de la entrevista, es lo suficiente, y honestamente cordial –o al menos así se siente– como para preguntarte cómo has estado. En fin, este el phoner transcrito donde nos lleva desde cómo y los porqués del ábum hasta por qué de pronto él y su socio en esto reciben hate a lo pendejo, nada más porque creen verdaderamente, como dicen algunas playeras del IMS, que Cumbia is the Answer

Estrenan Compass… ¡Al fin! Lo tenían anunciado para hace un año…
¡Ya sé! Uota, es que esto es como nuestro Fitzcarraldo. Ha sido un proyecto que pensamos iba a ser muy fácil pero ha sido muy complejo, con muchas variables: managers, gente, disqueras, permisos… Nos hubiera encantado sacarlo hace un año pero pues no. Empezamos a sacar sencillos pero hasta ahora, ya todo lo legalmente posible, todo el mundo está contento, tenemos disquera, y tuvo que pasar un año pa poder organizar a tanta gente…
También terminarlo, fue mucho trabajo y en realidad no está acabado… Hicimos cuarenta canciones para el proyecto y quedaron trece. Todavía falta el resto y esas, las terminaremos, volveremos en algún otro momento.

Publicidad

Cuéntame del proceso del álbum: 90 invitados, dar el rol por todo el mundo. ¿de dónde surge el proyecto? ¿bajo qué principios empiezan a darle forma a un ente tan complejo?
Desde el inicio, el principio es que el dancefloor es el único democratizador, unificador, y pegamento de la sociedad. A través del dancefloor pueden convivir la cumbia, el rock heavy, el reggae, el rap, el punk, todo puede vivir en una pista de baile. La premisa era: Qué podía pasar si en vez de tocar un sólo género a la vez, suena todo al mismo tiempo. Esa era la idea de Compass, por eso se llama así: tener a tus compadres en la pista de baile. Con base en esto, decir qué pasaría si llamas a toda la gente que te gusta o que te inspira, a colaborar en hacer un dancefloor que tuviera todo. No forzosamente que todos tuvieran elementos en común. Así empezó y la verdad no pensaba en otra persona más adecuada que Toy como compañero de esto. Toy es un monstruote, un tipo que en el estudio es muy hábil en comunicarle a la gente, de lo mejor cuando está produciendo y veníamos de trabajar en lo de los Ángeles Azules, entonces estábamos muy conectados. Empezó siendo una serie de canciones, de ahí un documental y ya. Ahora quién sabe cuántos volúmenes de Compass habrá y por eso también se tardó tanto.

Si el dancefloor se plantea como el pegamento social, hay un componente o un compromiso político-en-gran-esquema en todo esto… Relevante ahora más que nunca.
Sí, o sea, pero era más pensar en una cosa sin fronteras. Además que en realidad, siempre lo hemos hecho así. No era novedad. Era plantear un esquema donde la colaboración y el clash de sonidos fuera el protagonista. Al final en el disco sí se nota. De pronto hay cosas que se agregaron en Jamaica, Brasil e Inglaterra que al final, aunque no sean primos, conviven muy bien.

Publicidad

¿Cómo se desarrolló el tema de la composición y la producción?
Toy hizo beats y me mandó una serie de beats y sobre esos beats yo hice canciones y sobre ellas pensamos qué podía funcionar para qué invitados. Meses antes empezábamos a ver quién estaba en la ciudad que íbamos a visitar… De ahí hacíamos una lista de favoritos para colaborar y a la hora de llegar grababan y algunos conocían la rola, otros no, y de ahí al estudio. Al final grabamos con gente que llegó a sumarle a las canciones, porque al principio estaban abiertas a este proceso, pero al final era ya buscar a gente que podía poner cierta cosa. La de Sao Paulo ya era estratégico buscar qué le metía a cada cosa.

¿Algún colaborador cuya participación haya sido completamente ineserada o una sorpresa para ustedes?
Pon tú, ya habíamos acabado el disco, ya mezclando algunas cosas y Gael nos habló y dijo “ah invítenme” y no podíamos coincidir y ese día estaba en Nueva York grabando una película y sólo podía grabar esa noche, y terminó grabando, y fue el último en grabar. O con Tricky grabamos en París, perdió las sesiones, volvimos a grabar. Gogol Bordello fue el primero con el que hicimos grabaciones… Luego había gente que te decía “ ah mira, ahora acá tengo una amiga “ e invitaban a otros colaboradores. En Los Ángeles teníamos 10, 12 colaboradores al mismo tiempo, estaba el Tooty, estaba Ana Bárbara, Money Mark, un coro de niños, un coro de Gospel… necesitábamos como tres cabinas por separado y luego los juntábamos a todos.

Publicidad

Las condiciones que dan lugar a este proyecto me parecen particularmente contemporáneas. El tema del nomadismo, de la relación con gente de todos lados, el clash constante… Considerando también tu experiencia como head label en algún momento, ¿este disco hubiera sido posible conceptualizarlo y ejecutarlo hace 15 años?
Sí, se llamó We Are The World, (risas). No, la verdad no, porque creo que si no hubiéramos tenido los estudios Red Bull, no hubiera podido pasar, porque los estudios son carísimos. Creo que a pesar de ser una idea colaborativa y moderna y de nuestros tiempos, tiene una relación estrecha con el pasado. Lo interesante era que antes sí se ponían a colaborar realmente en un estudio, juntos. Si Michael Jackson se iba a grabar con Paul McCartney, sí se tenían que juntar. No podían mandar los files. Creo que en este disco lo que fue muy interesante es que además de que el tema colaborativo es muy bueno, es muy bonito el sí sentarse y generar algo que sea cara a cara. No en real time, ni por mail.

¿Cómo es que un dude que crece escuchando new wave, kraut, hip hop, brit pop – y Toy también– acaban por encontrar en la cumbia un lenguaje común para avanzar dentro del dancefloor, sobre todo considerando lo elitista que pueden llegar a ser ciertos segmentos en México?
Creo que es una cosa de ADN. El otro día escuchando una entrevista a Los Planetas, que estaban planteando que todo de lo que estaban rodeados era el Flamenco. Terminó siendo su onda de la reducción del flamenco. Lo que nos pasó a nosotros y a Toy y a Nortec, a toda nuestra generación, le pasó lo mismo que a la Maldita, Caifanes y Tacvba, namás que ellos escuchaban a Violent Femmes pero también a Pérez Prado y su reducción de la "Música Popular Mexicana" o de José Emilo Pacheco varía. Y lo que pasó con Nortec, Toy, conmigo es que eramos curiosos de comprar discos, de diyeiar, de buscar, y la reducción llega de escuchar krautrock y britpop y hip hop y trip hop y todo eso, entonces nuestro resultado era más electrónico. No creo que hayamos inventado nada, estamos rescatando el ADN que muchas generaciones fueron rescatando. Empezando desde Tin-Tán…

Publicidad

Tu generación parece ser la última en México que busca su herencia, o como dices su ADN, en la cotidianeidad de su propia ciudad. Durante un rato el rock mexicano buscó negar cualquier aspecto que lo definiera como mexicano, no que esté mal o que a huevo por ser de acá tengas que sacar la Mexcellence , pero en los dosmiles hubo una búsqueda por ser anodino y buscar cambiarse el nombre a algo más friendly a otros mercados, o buscar el nombre que suene en cualquier idioma. Nota: Curiosamente nadie de esa generación local, aparece de colaborador en el disco. Pero sí hay algo notoriamente diferente de bandas en otros lados de la misma generación, es que no niegan sus herencias, o por lo menos tienen más claro de donde desciende su clan.
Totalmente. Digo, ya, ningunear a la música mexicana también está pasado de moda. Ni siquiera es decir la música popular. Vivo de la música popular, me gusta, me emociona, nuestra labor ha sido tal vez que a partir de eso lograr intentar lograr un entorno menos elitista.

En este sentido, he notado un hate particularmente clavado hacia tu persona, desde huevitos de Twitter hasta personajes con followers cercanos al millón… Como hay gente que te admira, hay gente que en automático te tira mal pedo, no sé si por lo que eres, lo que has en cierta medida logrado, lo que fuiste… De lo que te conozco eres un tipo sumamente sensato, antes no respondías, ahora ya de repente sí lo haces, ¿es por la música que abordas o por el personaje que tienes?
De verdad creo que es bastanto repentino, creo que es testimonio de esta idea de ser naco porque oyes música popular, o eres cool porque no la oyes. Evidentemente es muy fácil que Toy o yo seamos los talking points de eso y que además le sumas que tienes éxito o que funcionan esas ideas, como funciona Mexrrissey o los Ángeles Azules, es una combinación explosiva. Si yo estuviera acomplejado asi, lo primero que haría sería tirar… Pero creo que habla más de quienes somos como clase media mexicana que de otroa cosa. Si los colombianos lo hacen, es un triunfo nacional. En México no, acá eres jodido porque no lograste incluirte en el mundito moderno. Yo estoy muy acostumbrado y no me asusta. Habla mucho más de en qué momento histórico estamos.

¿Consideras que tu música podría transformar esto en generaciones más jóvenes?
Pues no sé. Creo que ya hay generaciones que no tienen ese chip, como NAAFI. Por ejemplo, el tirar para otro lado. Al final siempre hay ultra conservadores y ultra radicales y yo espero que triunfe la coordura en el mundo o en el país. Si es así, siempre habrá un Peña Nieto de Presidente, u otro Peña Nieto, o alguien peor. Yo sinceramente no hago música para cambiar al país. La hago porque me gusta hacerla. Si eso ayuda qué bien.

¿Bueno ya cerrando cuando metes a Juanga a Mexrrissey?
No espérate, imagínate…