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Μodă

La única diseñadora que nos interesa de Cibeles

Ixone Elzo nos rescata de estar al borde de un síncope.

Qué pereza Cibeles. No sé si es algún error en mi programación neurológica, pero al ver el desfile de los bikinis de Andrés Sardá no puedo evitar una rabieta que empieza por "Aburrido… España… Franco… Mirando su ombligo…" y continúa así hasta que me ahogo con mi propia baba.

Este año, sin embargo, me llevé una sorpresa en la forma entrañable de Ixone Elzo, quien el martes presentó colección dentro del Ego y lleva un par de años haciendo colecciones divertidas y atrevidas, que siguen una línea pero no caen en la trampa de la novedad. ¿No te enseñan a hacer eso en primer curso de moda?

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El lunes le mandamos unas preguntas por mail para que nos contestara el día del desfile, pero nos acaban de llegar ahora. Igual merece una entrevista un poco más detallada, pero como a vosotros sólo os interesa la moda 2 semanas al año, hemos pensado en subirla ya, ahora que está fresca en la memoria.

¿Qué significa para ti desfilar dentro del Ego?

Para mí, personalmente, desfilar en el Ego supone un cambio en mi carrera como diseñadora. Es un gran escaparate, una oportunidad para dar a conocer mi trabajo, eso lo he podido comprobar en muy poco tiempo.

Sólo tienes un par de colecciones, pero me gustan. En Carne fresca, por ejemplo, las camisetas me encantan. Me recuerdan a las fotos de los mataderos de París que hizo André Breton en los años 20. ¿Qué querías decir tú con esta colección?

Aunque sea extraño, Carne fresca no tiene nada que ver con el tema. En este caso, la carne no es más que una herramienta para desarrollar un concepto con una connotación sexual muy patente. Evidencio la miseria y la debilidad del ser humano (lo sexual, lo íntimo, lo escatológico) mediante un juego extremadamente sencillo y aparentemente inocente, y replanteo en un tono irónico los tópicos sexuales que nos rodean, mediante un lenguaje cargado de provocación y sentido del humor. Somos carne fresca.

¿Cuál es el proceso para tus estampados en Restos del futuro? Parecen muy complicados. ¿Pasaste mucho tiempo experimentando?

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Hice una investigación visual muy amplia, siempre con los ojos muy abiertos para que detalles muy pequeños no pasaran desapercibidos. Trasladarlos a estampados no supuso ninguna complicación, la experimentación la reservé para las manipulaciones de tejidos, jugando con materiales como vendas de escayola, siliconas, tintes y lejías, teselas, esmaltes, posos de café…

Me gusta lo post-apocalíptico, pero la gente tiende a pensar en La carretera o en Blade Runner. Sin embargo, veo tu obra como una síntesis de los dos, con un poco del kitsch de Buck Rogers. ¿Cuáles fueron tus influencias de la cultura popular para esta colección? 

Mis colecciones nunca hablan del futuro, siempre hablan del presente, ya que mi real fuente de inspiración es la realidad tal y como la veo, particularmente el “realismo sucio”. Los Restos del futuro es un juego de palabras que adapté al tema ya establecido por el moda fad (what remains is future) justamente para evitar tratar temas como el futurismo o el post-apocalíptico (el futuro es presente y el presente ya es pasado…). Edificios derribados, elementos oxidados y pinturas craqueladas es lo que representan las prendas de “los restos del futuro”, nunca alusiones a películas como Blade Runner o La carretera.

La moda española se fija ahora mucho en la artesania, cuando antes era todo concepto. ¿Dónde te sitúas tú en este debate?

Considero que uno de mis puntos fuertes como diseñadora es el concepto; sin concepto no hay colección (de la idea a la forma). Y, por lo tanto, es el propio concepto el que rige la forma. Si considero que es necesario emplear la artesanía para conseguir la forma, pues no tengo ningún problema; no se me ocurre ninguna razón por la que el concepto y la artesanía no puedan convivir en la moda. En Carne fresca la artesanía no tenía cabida, en Restos del futuro la empleé para varias manipulaciones de tejidos, y en Truchas con lentejas, los bordados manuales abundan. Las tres colecciones son conceptuales.

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Cuéntanos lo que puedas sobre Truchas con lentejas. Que, por cierto, me parece una combinación asquerosa. 

Me encanta que la combinación te parezca asquerosa, ¡ja, ja! (ya era la intención), pero seguro que la degustación es más positiva.

La colección habla del mundo de los bodegones. Abundan los bordados hogareños como el punto de cruz y el gancho anudado. La línea está inspirada en la indumentaria de hogar, como pijamas, batines y zapatillas, u otros elementos, como alfombras, mantelería y bolsos de compra. Todos estos elementos son los ingredientes que componen la receta, imprescindibles para la elaboración del exquisito plato “trucha con lentejas”.

¿Crees que la moda española se toma a sí misma demasiado en serio?

A veces lo creo, sí, pero no creo que sea algo positivo, en realidad. Considero que hay poca espontaneidad, poca osadía, muchos temas cerrados e inamovibles que obstaculizan el cambio y la evolución en general. Tal vez sea el miedo apocalíptico del que hablábamos, no lo sé…