Bizzarap
Foto cedida por prensa de Bizarrap
Música

¿Quién es el joven que produce el trap argentino?

Ha trabajado con Nicki Nicole, Trueno y Cazzu, entre otras promesas del género. Cada video que lanza Bizarrap, deriva en una viralización incontrolable.

Bizarrap no da su nombre completo. En cámara aparece siempre con gafas de sol y una gorra negra; según dice, “nunca fue necesario que yo muestre mi cara para que le vaya bien a mi producto”. Nadie le ha visto la cara, pero todos sabemos que tiene apenas 21 años y ya está consagrado dentro de la industria musical como el mejor productor argentino de trap de la escena actual.

En la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, lejos del caos multitudinario, el joven argentino armó, hace dos años, un estudio de grabación por el que pasan diferentes artistas referentes en la música urbana. Bizarrap (BZRP) logró, a través de la producción de las Sessions —videos en los que un artista invitado canta una letra propia sobre un beat compuesto por él— llegar a la cima de las plataformas musicales. Hoy es el nuevo número 1 de Argentina en Spotify, cuenta con más de 5 millones de seguidores en su canal de YouTube y las reproducciones de su trabajo en este suman 1.2 billones.

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Hasta 2019 Bizarrap viajaba todas las mañanas hacia la Capital Federal para estudiar Marketing en la universidad. En simultáneo comenzó con la producción de The Remixes y luego continuó con las Freestyle y Music Sessions en YouTube. Bajo el manto de los sonidos del rap y el trap transformó su hobbie en un proyecto que tomó el protagonismo de su vida. La Session con Nicki Nicole, hace exactamente un año, fue el video que retumbó dentro de su canal de YouTube. Eso llevó a distintos artistas a querer grabar con él. Con Trueno  hizo el que actualmente es el freestyle más visto de la historia  —superó los 123 millones de reproducciones—, y el mes pasado supo unir a estas jóvenes promesas en “Mamichula”, que  alcanzó 10 millones de vistas en un día. La  Session que grabó con Cazzu hace unos días desbordó las plataformas, llegando a casi 20 millones de clics en una semana.

El reconocimiento de Bizarrap va más allá de Argentina. Ha trabajado con raperos y traperos de todo el mundo, como Alemán, de México; Lalo Ebratt, de Colombia, y Kinder Malo, de España. Aunque la pandemia los encuentre distanciados, estos artistas no pierden las ganas de laburar con él.

Desde el estudio casero en el que produce, aún con las gafas y la gorra puestas, me habló sobre su rol de productor.

VICE: Sos como un misterio con las gafas y la gorra puesta.

BZRP: El look lo hice con el tiempo, cuando me invitaron al Quinto Escalón. Ahí fue que decidí ir con anteojos, la gorra ya la tenía. La imagen me importa, esto es lo que me representa al fin y al cabo. Quiero reflejar así mi personalidad, soy bastante tranquilo y tímido, y de alguna manera esta forma de mostrarme es contar cómo soy y cómo es mi faceta artística. Desde que empecé Bizarrap nunca fue necesario que yo muestre mi cara para que le vaya bien a mi producto, quizás para un rapero sí es importante que se muestre.

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¿Cómo fue el traspaso de los Remixes a las Sessions?

Fue surgiendo de manera natural. Yo empecé a producir remix de canciones que me gustaban; me pasaban la acapela y ahí remixaba encima. Un día grabé una Freestyle Session y, aunque no lo pensaba como un ciclo de improvisación, los demás raperos se terminaron sumando a esto que derivó en un gran proyecto.

¿Cómo haces la  selección de artistas?

Básicamente es a mi criterio. Primero escucho a cada persona que se me acerca y si me parece que encaja en la situación en la que estoy y podemos conectar, entonces sale algo. Si no, lo busco yo. A veces escucho algo que me gusta, contacto a la persona y trato de acordar la colaboración. ¡Ojo! Me ha pasado que he escuchado a alguien pero quizás no era el momento para que colabore, ahí me toca esperar y después, con el tiempo, termina saliendo.

¿Cómo fue grabar con Trueno, Nicki Nicole y este último éxito de Cazzu?

Tanto con Trueno como con Nicki ya había trabajado varias veces. Con Nicki se hicieron varias Sessions, después hice “Plegarias”, que es uno de los temas más lindos que produje, después “Colacao” y por último “Mamichula”, junto con Trueno. Todas las canciones surgieron acá en mi habitación. Creo que con ella tenemos mucha conexión, cada vez que hacemos algo a la gente le termina gustando.

Con Trueno también tengo confianza. Para “Mamichula” vino un día a casa y me dijo: “Mi disco ya lo tengo terminado pero me falta un tema y quiero que sea una colaboración”. Yo tenía ese beat y decidimos llamar a Nicki; ella vino ese mismo día y todo salió en unas seis horas.

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A Cazzu no la conocía mucho, pero por suerte fluyó de buena manera. Le mostré un par de beats, eligió uno y creo que fue la mejor elección para un primer trabajo en conjunto. También salió perfecto el mismo día. Creo que si el primer tema sale bueno, ya trabajo sobre eso.

¿Qué viene primero: el beat o la letra de la canción?

Depende, puede suceder de las dos maneras. Justo en estos dos temas (“Mamichula” y “Session #32”) primero les presenté el beat y terminamos armando todo acá. Pero también me gusta cuando me traen una canción escrita basándose en otra cosa, en otro instrumental, porque lo analizas de otra forma.

El producto final siempre es un trabajo de ambas partes. Me gusta escuchar algunos flow que tira el artista, yo ir guardando y sumando ritmos, el proceso es medio frankenstein.

¿Cuánto tiempo tardan desde que llegan a tu casa y sale el video?

En las primeras Sessions era distinto. En esa época yo estaba con la facultad, con un laburo, con mil cosas y quería todo rápido, entonces el artista venía a casa, yo hacía el beat en el momento, teníamos dos horas para escribir la letra o improvisar los flow, trabajar para que se la memoricen o tenerla al lado con el celular. Luego venía la persona que filma y hacíamos todo el mismo día. O sea, ¡el beat, el video y la edición el mismo día! Eran unas 14 o 15 horas en total.

Ya más adelante comencé a trabajar con otros ritmos. También el contexto de pandemia hizo que los tiempos cambien; no le puedo decir a cualquiera: “vení y lo hacemos”. Pero creo que es mejor, me dan más horas para preparar la canción. Al final creo que las Sessions fueron mejorando.

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¿Con quién te gustaría grabar una Session próximamente?

No me cierro a nada en particular. Claro que me gustaría hacer una colaboración con los que ya están consagrados: YsyA, Duki, Paulo Londra… Te puedo nombrar muchos que me gustaría que estén, pero no creo que exista una colaboración soñada, depende del momento en el que me encuentre.

¿Hay algo que estés escuchando ahora que te guste mucho?

Estuve escuchando a Babi, una chica española que tiene una voz increíble.

¿Cuál es tu opinión sobre el rol del productor? ¿Por qué decidiste no ponerte delante del micrófono, sino detrás?

Lo descubrí de chico. Nosotros rapeábamos con mis amigos, y un día descubrí el FL Studio, el programa con el que produzco hasta el día de hoy. En ese momento me di cuenta de que quería estar de este lado. Nunca he competido, solo freestyle un poco durante el 2003, pero después le metí a la producción, no me interesa cantar.

Desde el lado de productor lo veo mucho con Skrillex, Flume, que son personas que admiro mucho; en ellos vi cómo supieron explotarlo. Acá no se está mostrando bien al personaje del productor, así que estoy trabajando para que al productor se le dé más reconocimiento. Es fundamental que la gente vea lo importante que es nuestro rol en el proceso creativo de una canción.

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