El comisionado de la NFL no es santo de la devoción de muchos fanáticos. Las penalizaciones irregulares, sin mucho sentido, y los cambios a las reglas que Roger Goodell ha impulsado a lo largo de su mandato han caído de la gracias de los fans, sobre todo de los Patriots de Nueva Inglaterra y, más recientemente, de los Cowboys de Dallas.En el caso de los primeros, el odio se debe al infame Deflagate que concluyó en la suspensión de Tom Brady al arranque de la temporada regular 2016-17. En cuanto a Dallas, Goodell acaba de suspender a su corredor estrella, Ezekiel Elliott, por las acusaciones de violencia doméstica en su contra. Como habrás notado, ambos casos tienen un común denominador: su calidad de supuestos. Jamás hubo evidencia fehaciente para acusar a Brady de desinflar los balones y, por el momento, Elliott sigue siendo inocente.Como parte de su revancha, la cual alcanzó su punto más alto en febrero cuando los Patriots conquistaron de forma dramática su quinto Super Bowl, los fans de Nueva Inglaterra encontraron un aliado en el fundador del sitio Barstool Sports, Dave Portnoy, quien compró 70 mil toallas con la cara de Goodell presumiendo una nariz roja de payaso para que los fans las ondeen en el Gillette Stadium durante el partido inaugural de la temporada ante los Chiefs de Kansas City a celebrarse el siete de septiembre.En un principio, Portnoy había planeado comprar 30 mil toallas azul cielo, pero su odio por Goodell lo motivó a comprar más, luego de que el comisionado se apareciera sin previo aviso en la casa de los Pats en su primer partido de pretemporada, gesto que Portnoy considera digno de los cobardes.Que no nos sorprenda si Roger Goodell se inventa una excusa de último minuto para no aparecerse en el Gillette Stadium.