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VICE World News

Migración, yihadismo y Donald Trump centran el primer debate de candidatos republicanos

Donald Trump habló más que ningún otro candidato en el debate y ofreció una actuación entretenida. La migración y la acción contra Estado Islámico también tuvieron un lugar en el debate que enfrentó a los 10 candidatos republicanos.
Imagen por Andrew Harnik/AP

En la apertura del primer debate republicano celebrado durante la pasada madrugada, los tres moderadores de la cadena Fox News preguntaron a los 10 candidatos reunidos si, en caso de no ser elegidos, renunciarían a una candidatura independiente para dar apoyo al eventual candidato elegido.

Donald Trump se encogió de hombros: "Ahora mismo no prometo nada", declaró el influyente millonario que sigue liderando las encuestas a día de hoy. Acto seguido, bromeó: "Si soy elegido como candidato republicano, entonces prometeré que no me voy a presentar como independiente".

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El público le abucheó y por un momento pareció que el debate reflejaría la dinámica que, hasta el momento, ha presidido la campaña; eso es: Donald Trump aflojando titulares mientras sus rivales juegan a emularle.

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A pesar de que Trump habló más que ningún otro candidato — acaparando alrededor de 11 minutos de las 2 horas de debate — el rotundo empresario no consiguió llevar las riendas de la velada. Lo que sí consiguió fue prorrumpir en intervenciones tempestuosas y completar una actuación incendiaria.

Los 10 candidatos abordaron un amplio espectro de preguntas serias y duras sobre el aborto, la economía, los derechos de los homosexuales, política exterior, inmigración y salud pública. Sin embargo, el debate ignoró clamorosamente asuntos serios que apenas merecieron escasas menciones, como el racismo, la desigualdad salarial o los conflictos de la mujer — a excepción de un momento donde todos los candidatos unieron sus voces para criticar el aborto.

Una gran parte del debate se consagró a discutir sobre la inmigración. Trump se vanaglorió de lo prominente que ha sido el tema en su campaña, "Si no fuera por mí, ahora no estaríais hablando de inmigración ilegal". También insistió en su discurso habitual que responsabiliza al gobierno mexicano por permitir que los migrantes crucen la frontera. Estados Unidos debería de construir un muro a lo largo de toda la frontera, explicó Trump; también sugirió que Estados Unidos instale una "gran puerta" en mitad del muro destinada a los migrantes legales.

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El senador de Florida, Marco Rubio, se burló del muro propuesto por Trump y recordó que el narcotraficante 'El Chapo' había construido un túnel por debajo de la valla". Rubio, de origen cubano, ha sido criticado por el sector más conservador del partido republicano por estar abierto a una reforma de la ley de inmigración que no exija que todos y cada uno de los inmigrantes ilegales sean deportados.

El antiguo gobernador de Florida, Jeb Bush, hijo de George y Barbara Bush, al que se considera ampliamente como el favorito a pesar del liderazgo de Trump en las encuestas, defendió su punto de vista. Según él, a los inmigrantes ilegales se les debería de ofrecer alguna vía para convertirse en legales. "No la amnistía", señaló. Y luego añadió que los inmigrantes ilegales deberían "pagar una multa y hacer varias cosas para ganarse el derecho de estar aquí".

Bush también desmintió haber tachado a Trump de bufón, payaso y pendejo — lo que sí hizo fue criticar al multimillonario empresario por ser "causar divisiones".

"No vamos a ganar haciendo lo que Barack Obama y Hilary Clinton hacen cada día: dividir el país, proclamando y creando un ambiente de quejas y lamentos", afirmó en un ataque indirecto a la beligerante campaña de Trump.

Trumped ninguneó las críticas a su inusual estilo político, a las que tachó de insignificantes. "Cuando tienes a gente que se dedica a decapitar la cabeza de cristianos, cuando vives en un mundo en nuestra frontera y en tantos otros sitios donde… se vive en la Edad Media no puedes perder el tiempo hablando del tono — lo que tienes que hacer es salir ahí afuera y hacer tu trabajo".

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El gobernador de Ohio, John Kasich, un gobernador popular en un estado que será clave en la batalla por la nominación pero que todavía no se ha ganado el apoyo nacional, intentó esgrimir un tono conciliatorio: "Necesitamos aprender de Donald Trump", afirmó. "Está poniendo el dedo en la llaga".

Trump no se mostró tan caritativo como los legisladores que le acompañaron en el estrado. No se cansó de repetir una y otra vez que "los políticos son estúpidos".

En uno de los intercambios más tensos de la velada, el gobernador de New Jersey, Chris Christie y el gobernador de Kentucky, Rand Paul, se enzarzaron en una discusión sobre políticas de privacidad. Paul ya había dejado claro que es un detractor confeso de la recolección de datos en masa de agencias como la NSA. Durante el mes de mayo pasado se posicionó en contra de la ley Patriot Act para protestar en contra de los programas de vigilancia.

Christie, antiguo fiscal, defendió el programa de vigilancia desde el punto de vista de la seguridad nacional. "Cuando sientas a un subcomité para que no pare de mentir, entonces puedes decir cosas como esta", le dijo Christie a Paul. "Cuando eres responsable de proteger las vidas de los estadounidenses, entonces lo que tienes que hacer es asegurarte de que el sistema funciona de la manera en que se supone que tiene que funcionar"

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Paul interrumpió a Christie y le dijo que: "Tu problema es, fundamentalmente, que no entiendes la Carta de Derechos de los Estados Unidos".

"Estoy hablando de búsquedas de todos los datos registrados de los ciudadanos estadounidenses sin que medie una orden judicial" añadió. "Yo no confiaría toda nuestra información a Obama".

El debate de ayer también contó con varios giros inesperados.

Paul se desdijo de su antigua perspectiva según la que Estados Unidos — y en particular la política exterior del partido republicano — había sido, en parte, responsable de alimentar al llamado Estado Islámico (EI): "EI existe y es cada vez más fuerte gracias a los halcones conservadores del partido", declaró en mayo. Entonces empleó otro término para referirse al grupo. Sin embargo, el jueves Paul aseguró que solo EI es responsable de la violencia que está sembrando.

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El senador de Florida, Marco Rubio, también se contradijo. Cuando Megan Kelly, una de las moderadoras, le preguntó que explicara su apoyo al aborto en casos excepcionales, como violación o incesto, Rubio sugirió que la moderadora le había malinterpretado. Aunque lo cierto es que Rubio financió la Pain-Capable Unborn Child Protection Act en 2013. [una ley que contempla que se permita practicar el aborto precisamente cuando concurren sendas excepciones].

El debate concluyó terminó con una pregunta arrancada de Facebook que se preguntaba si los candidatos "habían logrado consultar con Dios… que es aquello de lo que deberían de hacerse cargo en primer lugar".

"Yo vivo con la bendición de escuchar la voz de Dios cada día", confesó el senador de Texas, Ted Cruz, quien anunció su candidatura para la universidad evangélica de la Libertad Cristiana, y cuya mayoría de votantes son cristianos conservadores. Cruz relató entonces la historia de cómo la conversión de su padre al cristianismo evitó la separación de sus padres.

"Dios nos bendiga" añadió Rubio para meter baza. "Porque él ha bendecido al partido republicano con algunos grandes candidatos. Los demócratas, en cambio, ni siquiera encuentran uno".

Sigue a Avi Asher-Schapiro en Twitter: @AASchapiro