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Mewing: la técnica para definir la mandíbula que se ha hecho viral en YouTube

En los últimos meses se han popularizado unos vídeos en los que se enseñan “posturas linguales” y cómo estas, según dicen, pueden mejorar la línea de la mandíbula.
mewing mandíbula

Si pasas mucho tiempo en YouTube, quizá te hayas dado cuenta de que ha aparecido un nuevo tipo de vídeos en los que sus autores aseguran haber modificado la forma de su cara gracias a una técnica que denominan “ mewing”.

Algunos medios, como The Coventry Telegraph, lo han calificado como la “nueva tendencia en salud” que está arrasando en YouTube e Instagram. Quienes la han probado afirman que esta técnica —que básicamente consiste en pegar la lengua al cielo del paladar— mejora la respiración, alivia los dolores musculares de la boca y contribuye a definir la línea de la mandíbula y alinear el maxilar superior con la inferior.

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Pero hay una objeción a la definición del Telegraph: el mewing no solo no es nuevo, sino que se popularizó hace ya un tiempo en ciertos foros de gente involuntariamente célibe y en los rincones más hipermasculinos de la red. Cierto es que recientemente se les está dando mucho bombo: en los últimos meses han aparecido cientos de vídeos sobre esta técnica de ortodoncia con títulos como “ CÓMO CAMBIÉ MI ESTRUCTURA ÓSEA FACIAL con el MEWING, mentón afilado, no más papada”, o “Cómo adoptar una postura más correcta de la lengua para parecer más atractivo y saludable”.

Según representantes de YouTube, “los vídeos de mewing se han disparado entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, año en que el aumento fue del 84 por ciento en el Reino Unido y se subieron un total mundial de 255 vídeos de mewing”.

Austin —un chico de 22 años al que sus casi 25 000 suscriptores conocen como AstroSky— es uno de los productores de contenido sobre mewing más prolíficos. Empezó a publicar hace unos diez meses, pero asegura que lleva practicando desde los 16 años, cuando empezó a preocuparle no poder respirar bien por la nariz. “La verdad es que yo siempre respiraba por la boca”, señala. “Era una mezcla de varios problemas: me costaba respirar por la nariz y se me estaba alargando la cara”.

Austin hizo lo que haría cualquier chaval de 16 años y buscó en Google una solución para sus problemas. Finalmente dio con los consejos de un ortodoncista británico, el doctor Mike Mew. “Básicamente puse en práctica lo que decía”, asegura. “Total, no tenía nada que perder”.

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Según el doctor Mew, es posible corregir este tipo de problemas manteniendo la lengua pegada al cielo del paladar, algo que denomina “postura lingual correcta”. Austin asegura que hacerlo le cambió la forma de la cara.

“Con los años, llegó un momento en que mis padres me preguntaban si estaba adelgazando porque me veían algo raro en la cara”, dice. Recuerdo que un día estaba jugando a la consola con mi hermano y de repente me dijo: ‘¿Qué te pasa en la mandíbula?’”.

Viendo sus vídeos no queda duda de lo angulosa que tiene la mandíbula Austin. La miniatura de su vídeo “Why mewing is important to all!!” muestra un “antes” y un “después”, aunque cuesta saber si los cambios en su cara se deben a la técnica o simplemente a que se ha hecho mayor.

“No me gusta hacer afirmaciones”, asegura. “Solo hablo de mi experiencia personal”.

how to mew

The thumbnail for Austin's video "Why mewing is important to all!!"

Muchos de los vídeos de Austin —y de este género— se centran en los fundamentos del mewing. Austin incluso ofrece sesiones de coaching de esta técnica por Skype. Para poder entender cómo hemos llegado al punto en que YouTube se ha convertido en una especie de consultorio de ortodoncia, lo mejor es empezar con el mismísimo doctor Mew, a quien podríamos considerar el padre del mewing. Su canal, Orthotropics, lleva en marcha desde 2012 y contiene cientos de vídeos.

“Estoy poniendo sobre la mesa un tema muy controvertido”, me explica, “al decir que unas pocas personas en este mundo tienen el poder genético de alterar el desarrollo de su rostro”.

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Podría pensarse que fue el doctor Mew quien acuñó el término mewing, pero no es así. “No tengo ni idea de dónde viene”, confiesa. “Solo vi que lo empezaban a poner en los comentarios de los vídeos”.

Cuando estos vídeos empezaron a surgir, Mew se ponía en contacto con los youtubers y los animaba. “No soy el propietario, no son míos”, señala. “En principio, yo creo que la información debería ser gratuita, y esto solo puede ocurrir cuando existe una comunidad en la que surjan ideas y cierta base empírica”.

Pero el mewing no está exento de crítica. Para empezar, quienes se apropiaron de él y lo difundieron eran miembros de la subcultura incel (célibes involuntarios) “looksmaxing” desesperados por conseguir un mentón anguloso. El doctor Mew asegura no conocer esa comunidad y prefiere no hacer comentarios al respecto.

¿Y qué piensa la comunidad de profesionales de la ortodoncia de todo esto? Pues hay cierta fricción. “Cada vez que surge una nueva idea, siempre hay reacciones diversas”, señala Mew. “Obviamente, la reacción de algunos profesionales de nuestro sector me ha decepcionado un poco”.

El canal del doctor Mew tiene vídeos en los que explica que le expulsaron de la Sociedad Británica de Ortodoncistas por sus “publicaciones en redes sociales” y por una auditoría con el Consejo General de Dentistas en diciembre del año pasado. En nuestra entrevista no quiso hacer comentarios, según él por razones legales. Preguntado al respecto, un portavoz de la Sociedad Británica de Ortodoncistas dijo: “Dado que no somos un organismo regulador, no podemos hacer declaraciones sobre ningún miembro de la sociedad o su estatus”.

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Como quería conocer la opinión de algún ortodoncista sobre la técnica, hablé con la doctora Uchenna Okoye, de London Smiling, quien considera que aunque el mewing no es una técnica perjudicial, los resultados deben verse con ciertas reservas: “La sabiduría popular tiende a decir que no son más que tonterías, pero hay algo de cierto en ello”, señala. “Como todo en la vida, se trata de encontrar el equilibrio”.

Okoye incluso asegura que las ideas de Mew podrían servir de ayuda para problemas como la apnea del sueño: “No diré que no aporta beneficios en algunos casos, pero tampoco que sea la panacea”. Okoye opina que debemos ser cautelosos respecto a quién escuchamos en YouTube. Es más problemático, por ejemplo, el caso de los youtubers que afirman que se blanquean los dientes con bicarbonato y limón, puesto que hacerlo puede incluso dañarlos.

El siguiente paso en esta tendencia es, inevitablemente, la aparición de vídeos criticándola.

De hecho, un youtuber llamado Phillion ya publicó un vídeo en tono de burla hace cosa de un mes. “Todo el mundo que hizo un vídeo sobre este tema ya tiene una mandíbula bien definida, y sus madres también”, dice. “Se enteraron el martes pasado de lo del mewing, cogieron una cámara y ahora van locos por ganar visualizaciones y clics”.

@elenacresci

Este artículo se publicó originalmente en VICE UK.