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La falta de solidaridad de Uber y Airbnb con los damnificados del huracán Matthew

En tiempos de catástrofes naturales, algunas empresas que se reivindican como herramientas de ayuda a la comunidad revelan su despiadada naturaleza capitalista. Es el caso de Airbnb y de Uber ante la llegada del huracán Matthew a la costas de Florida.
Imagen vía Kat Grigg Seguir/Flickr

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Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard.

Mientras el huracán Matthew se despliega furibundo sobre Florida, muchos negocios locales han cerrado sus puertas ante la llegada de una tormenta que ya ha alcanzado la categoría 3. Claro que por mucho que haya un huracán, la misma y devastadora tormenta que viene de haber matado a 842 personas en Haití, los vecinos estadounidenses seguirán necesitando comer, dormir y hacer su vida.

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La proximidad de los desastres tiende a provocar que las potenciales víctimas se ayuden entre ellas. De tal manera, cabría esperar que en tales situaciones, negocios basados en la economía compartida, tales como Uber o Airbnb, que defienden que sirven al interés de la comunidad, den un paso adelante y se ofrezcan a los vecinos de Florida cuando estos más lo necesitan.

Mientras el huracán Matthew desciende hacia la región, algunos están haciendo mayores esfuerzos que otros.

Uno de los primeros en mostrar su presunto apoyo a los potenciales damnificados ha sido Airbnb, que ya ha anunciado que dispone de habitaciones gratuitas en partes de Florida y de Carolina del Sur a través de su servicio Herramienta de Respuesta ante Desastres. Los vecinos que están evacuando sus casas pueden acudir al servicio en cuestión para buscar refugio en localizaciones ya establecidas y aprobadas por los equipos de emergencia, para el 11 de octubre en Carolina del Sur y para el 12 en Florida.

"Se trata del primer gran huracán que amenaza la zona en unos años, y esperamos que Airbnb puede aportar su granito de arena para facilitar el proceso de evacuación de los vecinos y de sus familias. Nuestros pensamientos están con todos aquellos que están siendo afectados por la tormenta, y agradecemos al gobierno y al personal de los equipos de emergencia que están trabajando para que nuestros vecindarios sean seguros", relata para Motherboard Nick Shapiro, portavoz de Airbnb.

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La única manera en que funciona esta herramienta es si el dueño de la casa activa el protocolo de hospedaje libre. Todavía no está claro cuánta gente en Florida habría optado por acogerse al refugio de emergencia provisto por Airbnb. La corporación afirma que en 2012, cuando el huracán Sandy azotó Nueva York, 1.400 titulares habrían abierto las puertas de sus residencias para acoger a los damnificados.

— KB (@KLB904)6 de octubre de 2016

Los hoteles están sin alojamiento en todas partes. Tendremos que viajar hasta Bama.

Podrías intentarlo en airbnb. Yo me vi obligada a hacerlo.

En cualquier caso, alquilar una habitación en West Palm Beach, en Florida, "en cualquier momento entre las 8 de la mañana del jueves y el viernes", según informa CBS12, no está siendo tan fácil. Según informa la misma web, ya no quedan habitaciones disponibles entre las horas señaladas, mientras que algunos propietarios no aceptaron las solicitudes de alojamiento de emergencia hasta el sábado. Eso podría significar que todos los alojamientos en West Palm Beach ya hayan sido reservados. Claro que también es posible que nadie en la zona quiera ofrecer una habitación gratuita — un resultado que no sería de extrañar, tratándose de Airbnb.

En el momento en que esta noticia ha sido publicada, quedaban 26 alojamientos disponibles en la herramientas de Reacción contra Desastres de Airbnb. La mayoría de los alojamientos estaban disponibles en Orlando y alrededores.

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Otro servicio que estará funcionando durante el huracán es Uber, la plataforma de taxis compartidos. Los responsables de la compañía han anunciado que donarán el 20 por ciento de las tarifas más elevadas a la Cruz Roja de Estados Unidos. La idea es limitar las tarifas más elevadas durante los días del huracán.

"Nos concentraremos principalmente en la seguridad de los conductores y de los pasajeros", ha comentado a Motherboard un portavoz de la compañía.

Después del huracán Sandy, la empresa decidió implementar un acuerdo para limitar el precio máximo de sus tarifas, por mucho que nunca dejó de defender que los precios se encarecen cuantos menos taxistas disponibles hay. En algunos casos, las tarifas de la compañía se habrían disparado por ocho durante las horas punta.

Tras generar unos ingresos de 68 mi millones de dólares resulta asombroso, aunque ya previsible, que Uber esté aumentando sus tarifas para hacer un poco de negocio con el huracán. La proverbial cancioncilla de Uber —la que reza que a mayores beneficios mayor es la implicación de los conductores— encaja de manera embarazosa con la gestión de la compañía en los momentos de crisis. Cuanta mayor es la necesidad de ayuda humanitaria, más fría y algorítmica se vuelve la respuesta de Uber (un servicio cuyos precios se cotizan según la oferta y la demanda de pasajeros y de conductores disponibles que haya en cada momento, de manera que cuando hay menor disponibilidad, más suben las tarifas).

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En lugar de absorber los costes de la ayuda a los damnificados, que seguirá permitiendo que sus conductores cobraran, parece que la empresa se esté aprovechando de la desesperación de la gente, para determinar la velocidad y la disponibilidad del servicio. En Uber no existe la posibilidad de embarcar a pasajeros a mitad de trayecto, ni siquiera cuando esos pasajeros estén huyendo de una tormenta.

Motherboard ha contactado a Lyft, otra empresa de servicio de taxis para saber cuáles son sus planes durante la llegada del huracán y sus responsables han anunciado que no permitirán que las tarifas se disparen más allá del 200 por ciento.

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Por su parte, un portavoz de Seamless (una compañía de reparto de comida a domicilio) ha anunciado que espera que sus "comensales tengan paciencia si el tiempo de entrega de los pedidos aumenta durante el huracán, habida cuenta que es posible que haya calles cerradas y otros daños que puedan alterar el trayecto del repartidor en las zonas golpeadas por la tormenta. Esperamos que los clientes sean generosos y considerados cuando paguen sus propinas".

UberEATS, la nueva compañía de reparto de comida a domicilio, ya ha anunciado a sus clientes a través de Twitter de que sus conductores estarán operando "de manera limitada".

A lo largo de los últimos años la mayoría de startups se han visto obligadas a considerar a las comunidades a las que perturban. Así, Airbnb se ha visto obligada a combatir el racismo inherente a su página (en la que las minorías están discriminadas) adoptando nuevas medidas en sus términos de uso. Por su parte, Uber todavía no ha decidido qué aspectos de su negocio son más importantes: si los algoritmos o las personas.

Pero en situaciones como esta, cuando las intenciones se magnifican y las prioridades se vuelven aparentes, es fácil observar cuál es la "humanidad" de las corporaciones. La próxima vez que nos quieran convencer de que son "comunidades" en lugar de plataformas, deberíamos de preguntarnos si podremos contar con ellos cuando les necesitemos de verdad.

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