Este artículo se publicó originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.Las mujeres parisinas de los años 80 en las fotografías de Byron Newman están adornadas con joyas brillantes, maquillaje extravagante y abundantes cantidades de rubor. La mayoría de las mujeres son originarias de Brasil; todas son trabajadoras sexuales, y todas son trans. Se ven glamorosas, fuertes y sexys –como salidas de un video musical de Gloria Gaynor o de extras en una sesión de fotos de Grace Jones.
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Newman tenía 30 años cuando se mudó a Francia para trabajar como director artístico de una revista en París, sin embargo, tan pronto como llegó encontró una mejor inspiración artística en la comunidad migrante de mujeres trans que se prostituía en el barrio rojo de Pigalle. Newman y su esposa, la actriz francesa Brigette Ariel, se hicieron amigos de las chicas y empezaron a salir con ellas y a fotografiar sus vidas."Yo no era un fotógrafo tan experimentado en ese momento", dice. "Pero creo que el hecho de que estuviera usando un equipo bastante rudimentario y mi poca experiencia es lo que le da una crudeza e inmediatez que me gusta bastante, si lo hubiera hecho ahora, no sería tan interesante como lo fue en ese momento".Newman terminó fotografiando entre 30 y 40 mujeres y publicó los resultados en un libro de 1984 titulado The Ultimate Angels. Algunas de esas fotos están en exhibición en el Ultimate Angels, un show conjunto en la Galería Herrick en Londres con el pintor Aphrodite Papadatou.
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Cuando estaba en París, dice, las mujeres trans existían en los márgenes de la sociedad, marginadas y despreciadas por el sistema. Antes, la única publicación que había sacado de la comunidad de trabajadoras sexuales trans fue en la revista semanal Paris Match, en la cual usé lentes más grandes y películas infrarrojas, como si las mujeres fueran gánsteres o criminales.
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Eso sólo lo alentó más a mostrar un lado diferente de sus vidas. Las mujeres en las fotos de Newman pueden presentarse como modelos de Playboy, pero también las captura pasando el rato con sus amigos, tomando el sol topless o andando por la calle. "La mayor parte del tiempo, sólo le tomaba fotos a lo que estaba frente a mí", dice. "Cuando le saco fotos a mujeres, siempre me gusta fotografiar a las que parecen tener el control de sus propias vidas y no a las que son juguetes pasivos para los hombres".Más de 30 años después, Newman y su ex-esposa perdieron el contacto con muchas de las mujeres en sus fotos. "Es un mundo tan transitorio", dice de Pigalle. "Hubo una gran brecha entre las fotografías y cuando se publicó el libro: una brecha de tres años. Entre ese período, muchas de las personas que habíamos conocido habían regresado a Brasil o habían sido deportadas".Él, sin embargo, tiene buenos recuerdos de esos tiempos. Una víspera de Año Nuevo, fueron a la playa con una amiga llamada Cassandra para celebrar una ceremonia tradicional brasileña para bendecir el próximo año. Mientras Cassandra arrojaba flores blancas y joyas de oro al océano, se olvidaron totalmente de que habían estacionado el coche en la arena frente a la marea que cada vez subía más. "Cuando regresamos, el coche estaba medio sumergido", se ríe. "¡A las dos de la mañana del día de Año Nuevo, tuvimos que llamar a los bomberos!".Ultimate Angels se estará presentando en la Galería Herrick en Londres del 12 al 23 de julio.
