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Este ex productor de marihuana ahora cultiva el chile más picante del mundo

Currie ya no produce ni consume marihuana, aunque aveces se droga con su propio chile. Esto si consideras que las endorfinas te drogan.

Smokin 'Ed Currie afirma que su apodo no se refiere al picante sin precedentes de sus chiles llamados Carolina Reaper, que tienen un récord mundial –o a su tiempo como productor de marihuana– sino más bien a la manera en que él "smoked" (es decir, por su talento) en los tambores en la banda de su preparatoria.

Ahora, tras 17 años de estar limpio y sobrio, Currie ya no produce ni consume marihuana, aunque todavía de vez en cuando se droga con su propio suministro de ají picante –si crees que los problemas intestinales graves que le siguen a una importante aceleración de endorfinas califica como estar drogado.

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"Es un poco como lamer el sol", le explica a The Weed Eater, quien preguntó si Currie recomienda comer un Reaper crudo en nombre del periodismo participativo. "La elección es tuya, pero no lo recomiendo en absoluto. Es muy estúpido y yo soy un idiota por haberlo hecho. La mayoría de la gente vomita de inmediato, se arrepiente por un día o dos, y luego se enoja y pregunta: '¿Por qué me hiciste eso?' Bueno, yo no hice nada. Tú te lo comiste".

Me encanta tener el chile más picante del mundo, pero mis clientes aman que pueden obtener una gran cantidad por muy poco. Realmente no me importan los derechos para presumir. Le doy toda la gloria a Dios de todos modos

Tiene un valor de 1 millón 569 mil 300 en la escala de medición de picor, Scoville, (el valor del habanero está entre 100 mil y 350 mil) el chile más picante del mundo ha puesto a la Puckerbutt Pepper Company de Currie en el mapa y lo convirtió en un nombre muy conocido entre los que tienen una política de tierra quemada hacia sus propios sistemas digestivos. La gran mayoría de sus Reapers en realidad no se venden a los entusiastas de la comida picante, sino a grandes empresas de alimentos que dependen de sus productos de armamento para proporcionar el toque a los lotes de tamaño industrial de salsa picante y otros productos de valor añadido a una fracción del costo de las variedades menos intensas.

Desde que obtuvo el récord Guinness por ser el más picante hace dos años, las ventas se han disparado por más de ocho veces.

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"Solo necesitas una onza de mis cosas en comparación con un kilo de otra persona para producir la misma cantidad de picor", explica Currie. "Ahí es donde la economía de escala entra en juego. Es decir, me encanta tener el chile más picante del mundo, pero mis clientes aman que pueden obtener una gran cantidad por muy poco. Realmente no me importan los derechos para presumir. Le doy toda la gloria a Dios de todos modos".

Más allá de la inspiración divina, Currie ubica su pasión personal por el cultivo de plantas en el hecho de haber crecido en una familia de jardineros dedicados. Después de trabajar con lirios y azucenas desde pequeño, puso su mirada en una muy buscada (e ilícita) hierba de floración.

En su libro pionero The Botany of Desire, Michael Pollan declaró a los productores underground de marihuana como "los mejores jardineros de mi generación". Al igual que los otros "hijos de la década de 1970", Currie aprendió muchos de los trucos de su oficio trabajando con la especie de planta más controversial y fetichizada del planeta. En particular se interesó por el cultivo de una variedad de marihuana capaz de prosperar durante todo el año en el duro clima de Michigan por crecer cerca del suelo y absorber el calor geotérmico de un pantano de cedro.

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Carolina Reapers. Foto vía Wikimedia Commons.

"No se trataba de la droga, se trataba de la producción", dice. "Todo el mundo pensaba que la cannabis tenía que ser una planta de pie, pero también puede ser rastrera. Si nos fijamos en algunas de las variedades nativas en Tailandia y Birmania, se quedan muy cerca del suelo. La gente tampoco se da cuenta de que los pantanos desprenden mucho calor, pero yo sí, así que usé las cosas que había leído sobre la selva y las apliqué en Michigan para desarrollar una cepa de cannabis capaz de crecer en el invierno tomando ventaja del calor del suelo. Funcionó, pero no tenía ningún valor económico. Solo fue un experimento padre y divertido –y una experiencia bastante extraña de caminar por la nieve y encontrar un montón de plantas de droga".

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Ya sea que trabajen con chiles o con marihuana, los productores como Currie dependen del cultivo selectivo para mejorar los rasgos deseables en una planta, al elegir cuidadosamente los ejemplos particulares de especies para la polinización cruzada (por lo general, a mano con un pincel fino). Hasta cierto punto, es una ciencia –cruzar un chile masculino extraordinariamente picante con una mujer igualmente picante es, naturalmente, la mejor manera de cultivar una descendencia aún más picante– pero también es un arte, así como una apuesta (o, como lo pone Currie, "puro azar").

Muchas variables genéticas complejas entran en juego al hacer estas selecciones en las que nadie puede predecir con exactitud el resultado de antemano, y ninguna cantidad de investigación científica sustituirá jamás el ensayo y error. Eso deja muchísimo espacio a la experiencia y a la intuición de tipos como Currie, que usan lentes de gran espectro, bajan al suelo, y tratan de determinar a través de indicios físicos sutiles qué planta individual en un campo de cientos o miles es la clave a la futura grandeza. E incluso una vez que logran producir una descendencia con una calificación fuera de serie en Scoville (o una producción extremadamente alta de THC), todavía necesitan al menos siete generaciones de cultivo adicional antes de que la línea genética particular se considere "estable".

Todas estas técnicas provienen de Gregor Mendel y sus famosos chicharos (o incluso más atrás), y desde entonces se han aplicado a casi todos los cultivos comerciales – con la marihuana y los chiles, en particular, atrapados en una especie de carrera armamentista. La potencia de la marihuana y el picor del ají son tan apreciados entre los verdaderos fans de cada planta, y su búsqueda tan fuertemente incentivada en el mercado, que el cultivo selectivo ha empujado a ambas especies al límite de su potencial. Cultiva la marihuana más potente del planeta (que ahora está alrededor del 33 por ciento de THC), y el mundo hará un camino hacia tu puerta. Y lo mismo pasa con el chile más picante.

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[Los obsesivos con el chile] intentan lastimarse entre sí para ver quién tiene el más picante. He tenido la posibilidad de lastimar a mucha gente por mucho tiempo, así que soy el que más se ha divertido

El Weed Eater ha estado, naturalmente, en muchas Copas de cannabis y conoce íntimamente la gloria y las riquezas otorgadas a aquellos que logran cultivar la mejor marihuana del mundo, según lo determinado por sus pares. Pero, ¿qué sucede cuando un grupo de obsesivos del chile se reúnen?

"Cuando nos vemos, sacamos un poco de algo que nadie ha visto antes e intentamos lastimar a alguien con ello", Currie dice con una sonrisa. "También todos nos apoyamos los unos a los otros. Hay algunas personas que quieren confrontarse, pero la mayoría de nosotros nos amamos, conocemos a las familias de cada quien y oramos por todo el mundo… Pero también intentamos lastimarnos entre nosotros para ver quién tiene el más picante. He tenido la posibilidad de lastimar a mucha gente por mucho tiempo, así que soy el que más se ha divertido.

Mientras tanto, a pesar de que Currie ha estado personalmente alejado del cannabis durante casi dos décadas, sigue manteniendo un interés académico (y un respeto colegial) por lo que los productores de marihuana han logrado durante ese tiempo.

"He visto a varias personas cercanas morir de cáncer, por lo que ahora me interesan las propiedades medicinales de la marihuana", dice. "Y estoy muy impresionado de que los niveles de cannabinoides [THC, CBD, etc.] de la planta se hayan elevado tan rápidamente sin tener que añadir un modificador genético. En cambio, según lo que he visto en Internet, los productores de cannabis están utilizando técnicas que se desarrollaron para mejorar y cambiar los colores de los tulipanes en los siglos XVII y XVIII. Eso me interesa mucho… También me gustaría verla desarrollarse como un ingrediente culinario –como en Herbs de Provence– porque tiene un toque rico y terroso que sabe muy bien como base para sopas o cosas por el estilo. Han pasado muchos años desde que participé en fiestas, así que no he preparado algo como un brownie de marihuana en mucho tiempo, pero solía infundir aceites con la marihuana, y cosas por el estilo. "

Entonces, ¿Smokin' Ed volverá a cultivar droga si y cuando Carolina del Sur la legalice? Y si es así, ¿tiene algún platillo estrella de marihuana que le compartirá al mundo –¿Tal vez una salsa picante THC con infusión?

"Una vez que legalicen la marihuana medicinal aquí, probablemente conozco 30 productores que tienen, literalmente, miles de hectáreas a quienes les encantaría participar. No por estar a favor o en contra de la marihuana, sino porque es un cultivo comercial. Aunque yo personalmente no la cultivaría porque mi platillo estrella siempre fue más. No importaba lo que estuviera delante de mí, yo sólo quería más, ¿sabes? Soy un adicto en recuperación, así de simple, y no quiero la tentación, pero no veo una razón por la qué los demás no deban incursionar en ello".