Preguntamos a nuestras abuelas qué habrían cambiado en sus vidas

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día de la mujer

Preguntamos a nuestras abuelas qué habrían cambiado en sus vidas

Muchas cosas han cambiado para las mujeres en solo unas pocas generaciones. ¿Qué habrían hecho nuestras abuelas con sus vidas si hubieran tenido las mismas oportunidades que tienen hoy sus nietas?

Las abuelas son normalmente mujeres cargadas de pura bondad y ninguno de nosotros es verdaderamente merecedor de comer lo que nos preparan, lavarnos las manos con su colección de pequeñas pastillas de jabón o, simplemente, estar bajo el mismo techo que ellas. A pesar de que compartas con ellas buena parte de tu genética, seguramente no hayas compartido las mismas experiencias a pesar de que hayáis crecido en el mismo país. Mucho a cambiado en pocas generaciones, como, por ejemplo, lo que se esperaba o debía hacer una mujer joven.

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En honor del Día Internacional de la Mujer, los redactores de VICE de Europa y México hablaron con sus abuelas sobre que elecciones habrían hecho diferentes a las que tomaron en sus vidas si en el 2017 fuesen millennials.

España

Manuela Doral Pardo, 78 años

Mi abuela "Lola" nació en Noceda do Cervantes, en Lugo, pero vive en Barcelona desde 1954. Pasó veinte años de su vida sirviendo en casa, y otros treinta como pinche de cocina en el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona. Tiene tres hijos, de 56, 46 y 36 años. — Laura Muriel, editora jefa de VICE España, 31 años.

VICE: ¿Qué decisiones habrías tomado en tu vida si hubieras crecido ahora? Para empezar, habría estudiado Enfermería. Nací en plena Guerra Civil española y nunca supe lo que es ir al colegio porque tenía que cuidar de las vacas y las ovejas de mi familia. Con 16 años emigré a Barcelona y me puse a servir en casas. Aprendí a escribir y leer en una escuela de adultos, con 36 años y dos hijos. Tuve a mi primer hijo con solo 21 años. Ahora preferiría estar más formada y haber tenido mi propia familia después, aunque tampoco tan tarde como las jóvenes de hoy en día

Vale, yaya, lo he pillado. ¿Hubo algo de tu posición como mujer que te molestó especialmente cuando eras joven? La ignorancia. Antes la mujer era más ignorante y el hombre, más machista. Me molestó saber que ganaba menos que un hombre trabajando más que ellos y siendo más esclava. Estuve treinta años en la cocina  de un hospital. Los hombres eran cocineros y las mujeres pinches, aunque nosotras, además de cocinar, también teníamos que servir la comida a más de cien pacientes por turno. Ellos no. Con esta categoría nos pagaban menos. Intentamos reivindicar el mismo estatus que ellos y la dirección nos amenazó con suprimirnos el derecho a disfrutar de una comida que teníamos por contrato. "Las mujeres os quejáis mucho", nos decía mi jefe y una monja que también mandaba. Conseguimos que no nos quitaran la comida, pero el sueldo nunca mejoró. Ellos siguieron siendo cocineros, y nosotras ayudantes de cocineros.

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¿Crees que hay igualdad? ¿Crees que la conseguiremos? Todavía no hay igualdad, pero con respeto podemos conseguirla. Sí, confío. Pero, ¿por qué no se nos valora igual a nivel laboral? Creo que es porque los hombres no quieren que estemos a su altura pero no deberían sentirse amenazados porque no les quitaríamos valor. Ellos tienen la fuerza física, pero nosotras trabajamos mejor. Los hombres tienen que darse cuenta de que está en sus manos ayudar a las mujeres a ser igual que ellos. Pero está claro que hay cosas que fallan cuando sigue existiendo la violencia machista. Me preocupa que la venganza, las drogas, la falta de trabajo que hay en España… retrasen esa igualdad.

REINO UNIDO

Sylvia, 68 años, Nottingham

Mi abuela Sylvia trabajó como peluquera y camarera y en 1990 se mudó a Jamaica, donde se ganó la vida criando gallinas y haciendo vestidos. Tras su regreso al Reino Unido, empezó a ejercer como fotógrafa de familia y posteriormente como administrativa hasta el día de su jubilación.

— Amy, 21 años, estudiante en prácticas en VICE Reino Unido

VICE: Tú que has crecido en la década de 1960, ¿crees que tenías tantos derechos como los que tenemos las mujeres hoy?
Sylvia: En aquel entonces, las mujeres se sentían muy liberadas porque se acababa de comercializar la píldora. Imagino que para bastantes mujeres fue una liberación sexual similar a la de los hombres. En esos tiempos las diferencias de sueldos eran muy marcadas, y hoy día hay muchas más mujeres con formación académica. Antes, a muchas mujeres de clase obrera no se les permitía ir a la universidad, por muy brillantes que fueran, porque sus padres querían que trabajara. Las mujeres de ahora pueden ser mucho más independientes que antes. En cualquier caso, durante los sesenta muchas empezaron a emanciparse. Todo ocurrió muy deprisa. Fue una suerte vivir esa época, porque eran tiempos de esperanza.

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¿Crees que habrías tomado otras decisiones si hubieras nacido en 1995, como yo?
No estoy del todo segura de si me habría casado. Ahora me doy cuenta de que me casé muy joven. Solo tenía 19 años, y tu abuelo, 21. Tuvimos hijos sin planificarlo, porque casarse, comprar una casa y crear una familia era lo que todo el mundo hacía, lo normal. No nos paramos a pensar lo duro que era, no tanto por el trabajo que conlleva como por la soledad. Pasabas muchas horas en casa mientras tu marido se pasaba el día trabajando.

¿Hubo algo que querías hacer pero no pudiste por ser mujer?
Cuando me divorcié de tu abuelo, a principios de los setenta, quise comprarme una casa con terraza pero no me concedieron la hipoteca, pese a estar trabajando y tener suficientes ahorros como para dar una entrada. Se rieron de mí por ser mujer. Finalmente, a través del ayuntamiento conseguí que me dieran la hipoteca. También quise trabajar en la policía, pero la razón por la que no pude no tiene nada que ver con la liberación, sino con mi altura.

Grecia

Melpo, 68 años

Mi abuela Melpo vive en Pireo y se pasó la vida en casa cuidando de sus cinco hijos.
— Melpomeni Maragidou, 27 años. Editora de noticias en VICE Grecia

VICE: ¿Crees que las decisiones que tú y yo hemos tomado en nuestras vidas son muy distintas debido a los derechos que hemos tenido como mujeres?
Melpo: Tuve un buen marido que me dio más libertad que otros hombres daban a sus esposas. Pero a ti y a tu madre os educaron de forma muy distinta. Por ejemplo, a mí nunca me dejaban salir sola. A los 19 años mis padres me casaron en un matrimonio concertado. Si hubiera vivido en esta época, supongo que me habría casado con alguien a quien amara, aunque con los años aprendí a amar a tu abuelo. También me habría gustado casarme más mayor y vivir la vida antes. Pese a todo, si pudiera volver a empezar, volvería a casarme con mi marido. Era un buen hombre y nunca fue autoritario conmigo.

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¿Qué otras cosas crees que hubieras hecho de forma distinta si hubieras sido joven en esta época?
Me gustaría haber trabajado. Mi marido ganaba lo suficiente como para mantener a toda la familia, pero me habría gustado tener mis propios ingresos. No me quedó otra que estar en casa cuidando de nuestros cinco hijos, y luego ayudando a criar a nueve nietos. Los quiero a todos, pero no tuve elección. Me habría encantado ser cocinera o conductora, y sin embargo, ni siquiera he aprendido a conducir.

Hoy día lo tienes mucho más fácil: puedes casarte con quien quieras, siempre y cuando sea el hombre adecuado, aunque bueno, puede pasar que luego descubras que no lo era. Mi marido me daba mucha libertad, pero aun así, siempre que podía, hacía lo que me venía en gana. Él era muy de derechas y yo siempre le decía, "No te preocupes, he votado por el político que me has dicho", pero en realidad votaba al partido socialdemócrata PASOK. Nunca se lo llegué a decir, por supuesto.

¿Cuáles crees que son los derechos por los que las mujeres deberían seguir luchando hoy día?
En todo este tiempo han mejorado muchas cosas para las mujeres, pero aún queda por hacer. De puertas para adentro sigue sin haber igualdad: las mujeres continúan llevando el lastre de tener que compaginar su trayectoria profesional con la educación de los hijos, la limpieza de la casa y el cuidado de los familiares dependientes.

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Me parece estupendo que estéis luchando por vuestros derechos. Tienes que ganar tu propio dinero para poder dejar a tu pareja cuando quieras. Ser buena en tu trabajo para tener independencia. El dinero te da la libertad. Si no estás con la persona adecuada, pasa a la siguiente. Nunca te quedes con alguien por obligación. No importa con cuántos hombres hayas estado; simplemente encuentra al mejor para ti, y si no lo es, ¡al siguiente!

México

María Aguirre, 75 años

Mi abuela María vive en Venezuela y trabajó como secretaria hasta que tuvo a sus hijos.
— Diego Urdaneta, 27 años. Redactor en VICE México.

VICE: ¿Habrías tomado decisiones distintas en tu vida si hubieras sido joven hoy?
María Aguirre: Sí, habría aprovechado al máximo mi libertad. Cuando era joven no podía salir sola, siempre tenía que ir acompañada de tu abuelo, que era muy protector y no me dejaba salir sola. Tuve a tu padre a los 17 años. Tu abuelo me obligó a dejar mi trabajo como secretaria para cuidar de los niños. Lo hice de buena gana y no me arrepiento, pero habría sido interesante tener una trayectoria profesional como las mujeres de hoy en día.

¿Qué es lo que peor llevabas de ser mujer en aquella época?
Como mujer y con mis capacidades, el único trabajo al que podía aspirar es al de secretaria. No tenía posibilidad de ascender. Siempre quise ser ejecutiva o algo así. A menudo ayudaba a los hombres con su trabajo, pero no me permitían expresar mi opinión al respecto.

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¿Consideras que hoy las mujeres han alcanzado la igualdad en el mundo laboral?
Hoy las mujeres tienen carreras y trabajos que en mis tiempos eran exclusivos de los hombres, por lo que creo que estamos muy cerca de la igualdad, sí. ¡Si hasta tenemos presidentas!

Polonia

Janina, 65 años

Mi abuela Janina creció en Iława y trabajó como psicóloga durante 41 años. Se ha jubilado hace poco.
— Maja, 18 años, colaboradora de VICE Polonia

VICE: ¿Crees que tú y yo hemos sido educadas de forma muy distinta en lo que respecta a los derechos de la mujer?
Janina: Sí. En aquella época no teníamos tantos derechos. Las mujeres estábamos obligadas a limpiar la casa y cuidar y educar a los hijos. A las niñas se las enseñaba a ser buenas esposas y madres responsables. Ya en la época comunista, el 8 de marzo era un festivo nacional, y todas las mujeres recibían un clavel y un par de medias. Los hombres también lo celebraban, por lo general paseándose borrachos por la calle.

¿Qué es lo que llevabas peor como mujer en la Polonia comunista?
Nunca podía comprarme la ropa que quería. Además, en aquella época nadie hablaba de la sexualidad femenina. Lo único de lo que se hablaba era de cómo evitar el embarazo y, en caso de que ocurriera, de cómo dar a luz un niño sano. Todo eso cambió tras la publicación del libro El arte de amar, de Michalina Wisłocka, quien demostró al mundo que las mujeres también tenemos necesidades y deseos.

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Las mujeres polacas todavía tienen mucho por lo que luchar para garantizar sus derechos. Sin ir más lejos, el año pasado el Gobierno intentó prohibir por completo el aborto. ¿Cuál crees que es la lucha más importante que están librando las polacas hoy día?

Tenemos que seguir luchando por la igualdad de derechos y obligaciones a la hora de criar a los hijos. Por lo general, cuando un niño es problemático, la sociedad culpa a las madres. Por otro lado, muchos empresarios no quieren emplear a mujeres porque por ley están obligados a garantizar el bienestar de sus hijos. Cuando consiguen un trabajo, les pagan menos por hacer el mismo trabajo. Hay tantas cosas por las que las polacas deben seguir luchando…

Rumanía

Maria Zeveleanu, 78 años

Mi abuela Maria trabajó como química en la industria del acero durante 32 años hasta su jubilación. — Andrada Lăutaru , 26 años, colaboradora de VICE Rumanía

VICE: ¿Cómo era la vida para una joven en la Rumanía del comunismo?
Maria Zeveleanu: Conseguí el trabajo justo después de graduarme, a los 17 años. Si hubiera nacido en otra época, supongo que me habría gustado ir a la universidad para estudiar Tecnologías de la Información o quizá algún idioma extranjero.

¿Qué es lo que más te molestaba de ser mujer en aquel entonces?
Era duro. No podíamos abortar ni marcharnos del país. Lo único que se nos permitía hacer era trabajar más que los hombres, y encima nos pagaban menos que a ellos.

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¿Qué habrías cambiado si hoy tuvieras 26 años?
Si tuviera 26 años podría haber encontrado un trabajo mejor con un sueldo decente. Habría viajado, porque no he tenido oportunidad de irme de vacaciones al extranjero y ver el mundo, como tú has hecho. En este país hay mucha corrupción. Si tuviera tu edad, me habría unido a las manifestaciones contra el gobierno.

Suecia

Birgitta Andréasson, 74 años

Mi abuela Birgitta vive en Kalmar y trabajó como administrativa en la agencia tributaria sueca hasta su jubilación.
— Benjamin Wirström, 24 años. Traductor de VICE Suecia

VICE: ¿Crees que crecer como mujer hoy es muy distinto a la época en la que eras joven?
Birgitta: Creo que es muy distinto. Obviamente, no sé cómo vive la gente sus vidas hoy día, pero cuando veo películas de adolescentes, noto una gran diferencia. Los medios de comunicación y las películas también han cambiado muchísimo. Antes éramos más infantiles, creo que madurábamos más tarde que los jóvenes de hoy.

¿Habrías tomado decisiones distintas si hubieras vivido en esta época?
Desde luego. Lo que más envidia me da es que los jóvenes ahora pueden viajar por todo el mundo y aprender muchas cosas. Es tan fácil ir a otros países y conocer gente nueva… Es lo que habría hecho, me habría centrado en viajar.

¿Cuáles crees que son los derechos por los que las mujeres deben seguir luchando hoy?
Bueno, el tema de la equiparación de sueldos es importante, ¿no? Aunque se ha progresado mucho en muchos aspectos, en cuestión de salarios seguimos siendo unos anticuados. Luego quizá, también, las oportunidades laborales. No sé si cien años serán suficientes para conseguir la igualdad. Hombres y mujeres tenemos privilegios tan diferentes quizá porque fundamentalmente somos muy diferentes.

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Suiza

Maria, 77 años

Mi abuela, Maria, trabajó como profesora y ahora está jubilada y vive en Zúrich. En Zúrich, las mujeres consiguieron el derecho a votar en las elecciones federales en 1971. En 1991 se obligó al último cantón suizo a cederles este derecho.
— Julian Riegel, 25 años, editor adjunto de Noisey Alpes

VICE: ¿Crees que nos han educado de forma muy distinta en lo que respecta a los derechos de la mujer?
Maria: Tú naciste el 14 de junio de 1991, día en que las mujeres de toda Suiza celebraron una huelga nacional. Hoy día existe mucha más sensibilización respecto a los derechos de la mujer. Yo he disfrutado del derecho al voto gran parte de mi vida, pero no existía ese impulso social a favor de la igualdad y estábamos muy lejos de la paridad en los sueldos. De profesora, cobraba mucho menos que mis compañeros. Además, a ellos los contrataba el estado, mientras que nuestro contrato era municipal.

¿Habrías tomado decisiones distintas si hubieras sido joven ahora?
Fui la primera chica de mi pueblo en ir al instituto. En aquellos días, se pensaba que las chicas no necesitaban formación académica. Como no había muchas opciones, no me quedó más remedio que ir a un internado de monjas. Fue horrible. En verano nos obligaban a llevar vestidos blancos, y oscuros en invierno. No podíamos pasear solas y las monjas revisaban toda nuestra correspondencia. Cuando terminé el instituto, a los veinte años, hice el servicio militar, porque sabía que las mujeres que lo hacían tenían más facilidades laborales y pensé que podría ser de ayuda. No sé si habría hecho lo mismo hoy día.

¿Cuáles crees que son las luchas que deben seguir manteniendo las mujeres de Suiza hoy?
Debemos seguir luchando por la igualdad, por tener las mismas oportunidades que los hombres. También tenemos que luchar por cambiar la percepción que los hombres tienen de nosotras. Muchos hombres se sienten amenazados por los derechos de la mujer, sienten la necesidad de infravalorarlas, pero creo que hombres y mujeres debemos trabajar juntos y mejorar la situación para ambos.

Portugal

Maria Sobral, 82 años

Mi abuela, Maria Sobral, nació en Beja en 1935. Fue trabajadora social después de que nacieran sus hijos.
— Madalena Maltez, 23 años, colaboradora de VICE Portugal

VICE: ¿De joven estabas al corriente de los derechos de la mujer?
Maria: Crecí siendo la hija de un propietario de tierras en la zona rural de Portugal, donde la gente no habla de los derechos de la mujer. Mi padre ya tenía muchos quebraderos de cabeza con los trabajadores que les exigían derechos; no sé qué habría hecho si yo le hubiera sacado el tema de los derechos de la mujer.

¿Alguna vez trabajaste?
Sí, empecé como trabajadora social en 1973, después de haber dado a luz y escolarizado a cuatro hijos. Antes no podía porque estaba ocupada criando a los niños. No se esperaba que las mujeres de mi clase social tuvieran un trabajo o salieran de casa solas. Debo confesar que yo nunca sentí la necesidad de trabajar. En aquella época, el sueldo de la mujer pertenecía al marido, quien por ley estaba a cargo de la economía familiar y podía rescindir el contrato laboral de su mujer. Pero mi marido no estaba de acuerdo y opinaba que mi sueldo era mío. Él es mucho más político que yo y un firme defensor de la igualdad.

¿Qué cambiarías en tu vida si fueras joven hoy?
Si te digo la verdad, no creo que cambiara nada. Las cosas habrían sido distintas, claro. Viví una dictadura en la que se nos apartaba de la política. Nos educaron para no unirnos a ninguna causa, y muchos de los propietarios de tierras apoyaban la dictadura. No cambiaría ninguna de mis elecciones personales, pero me habría gustado ser más consciente de cómo era la vida para muchas personas bajo ese statu quo. En cualquier caso, no cabe duda de que la vida es mucho mejor ahora.