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canasta básica

¿Vale más la victoria de un equipo que parece invencible o un final inesperado?

Se vale soñar y siempre hay una satisfacción extra cuando el equipo al que no le vas es el favorito.
Foto por Soobum Im-USA TODAY Sports

Hace una semana, estaba viendo el juego de Miami contra Toronto en el que Kyle Lowry nos hizo perder el tiempo con un tiro de media cancha en el último segundo para mandar el juego a tiempo extra y perder ahí. Mientras lo veía, en algún punto después de que mi esposa se enojó conmigo por el grito que pegué con el tiro, me puse a pensar, "Qué triste que estos dos equipos se estén rompiendo la madre sólo para perder contra Cleveland en las finales de conferencia".

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No soy un amargado, no soy el que deja de ver los juegos porque uno seguramente va a ganar y jamás he quitado un partido que me importe antes que el reloj marque ceros. Sin embargo, no entiendo cómo alguien va a ganarle a Golden State esta post temporada. No dudo ni por un segundo que unas finales contra un equipo de Cleveland totalmente sano sean algo increíble pero tampoco veo cómo Cleveland puede ganarles cuatro juegos. Lo mismo va para el Thunder de Oklahoma. El dominio de los Warriors está fuera de control. ¿Quién en su sano juicio llegó a pensar que un equipo liderado por LeBron James en su mejor época no sería el favorito? Pero así lo es y no veo muchas cosas que logren cambiarlo.

Obviamente no estoy diciendo que sea imposible que alguien así de dominante y favorito pierda, basta con checar las finales del 2004 entre Pistons y Lakers, cuando los Nuggets le ganaron a los Sonics en la primera ronda del 94 o, porque tal vez sea el mejor ejemplo de la historia, cambiar de deporte por un segundo y recordar como los Giants sorprendieron a todo el planeta ganándole el Super Bowl a los hasta entonces invictos Patriots de Brady y Moss. Los upsets son cosas reales que aunque no ocurran muy seguido, ocurren. Y seguirán ocurriendo hasta el día que muramos porque así es el deporte y eso es algo que lo hace aún más bello, la posibilidad de que el que todos consideren más débil sea el ganador. Simplemente, desde los ejemplos mencionados no recuerdo un caso en el que haya un equipo tan favorito y dominante como éste.

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Foto por Kyle Terada/ USA TODAY Sports

Repasemos los hechos, estamos hablando de un equipo que rompió el récord de más victorias en temporada regular. Su jugador estrella acaba de recibir su segundo trofeo de MVP consecutivo, rompió el récord de más triples en una temporada y es el séptimo miembro del club del 50/40/90 (jugadores que terminan la temporada con 50 por ciento de efectividad en tiros de campo, 40 por ciento en triples y 90 por ciento en tiros libres) al que sólo pertenecen Reggie Miller, Larry Bird, Steve Nash, Mark Price, Dirk Nowitzki y Kevin Durant. Como si eso fuera poco, cuando Curry se lesionó a principio de los Playoffs, el resto del equipo sacó la casta y ganaron con unas actuaciones estelares de Klay Thompson y Draymond Green. Para el regreso de Curry contra Portland, nos mostraría porqué es quién es y después de empezar algo lento, el equipo mandaría el juego a tiempo extra donde Curry rompería el récord de más puntos anotados en un tiempo extra con 17. No sólo estoy hablando de 17 puntos en 5 minutos, estoy hablando de tiros imposibles que no tendrían porqué carajos entrar o no ser tapados. Algo que jamás había visto y que me sigue dejando con la boca abierta.

Entonces vuelvo al principio, ¿realmente vale la pena emocionarnos por algo cuyo resultado es muy probable que esté escrito? ¿Estamos viendo una película en la cual ya nos arruinaron el final o si hay posibilidad de una sorpresa que mande de nalgas a todo el mundo del deporte? Por supuesto que ninguno de los demás equipos piensa así, todos creen que van a ganarlo todo y es por eso que están jugando en la mejor liga del mundo pero para nosotros, los fans, aunque estemos viendo algo histórico, ¿realmente nos gusta saber que no hay mucho que hacer para que Golden State no quede campeón?

Por mi parte, veré todos los partidos que quedan, veré las finales y le estaré echando porras a quien no sea Golden State. ¿Por qué? Porque se vale soñar y siempre hay una satisfacción extra cuando el equipo al que no le vas es el favorito.

O por ardido y masoquista, yo qué sé.