Patria mexicana de azul, rojo y plata: Pats Army México quiere celebrar otro Super Bowl

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No es un grupo grande, pero en cuatro meses han crecido mucho. Tienen sede en Guadalajara, Querétaro, Puebla y San Luis Potosí. Pato, que también es bajista, le va a los Pats desde 1987. El logo fue lo que lo enamoró, pero el viejo logo, el del militar de las 13 colonias sosteniendo un balón contra el suelo, en tres puntos, y con el compás de las piernas bien abierto. Estoy con el grupo de fans de los Patriots de Nueva Inglaterra, Pats Army México, y están reunidos para ver el primer partido de la postemporada: Patriots contra Texans.

"Siempre fui receptor, ala abierta derecha. Siempre, siempre. Me gustaría que los patriotas jugaran todos los partidos con el uniforme retro. El de los ochenta", dice Pato, un coleccionista de objetos de su equipo. Vasos, playeras, sudaderas, gorras, ya saben…

Jugó seis temporadas en la ONEFA, dos años en Vietnamitas, dos años en Frailes del Tepeyac y dos años en Cherokees. Lo que se proponían a la hora de fundar el grupo, fue fundar una familia grande.

Desde 1993, Gildardo Velasquillo es fan de los Pats, y es uno de los fundadores de Pats Army México. Se hizo fan gracias a sentir empatía con una víctima. Le gustó el uniforme, le gusta el azul. Y como nadie los seguía, decidió seguirlos él. Sufrió. En los noventa los números de los Patriots eran poco trascendentales. Drew Bledsoe era el quarterback, aquel hombre que salió casi noqueado del terreno de juego, con la máscara del casco deformada, para darle paso a la leyenda actual del equipo: Tom Brady.

Para Gil, el deporte fue injusto con Bledsoe. Sabe que todo está dividido en ciclos y que pronto pueden venir tiempos difíciles, aunque en su caso, él no se irá, no terminará un ciclo con los Pats. Es un permanente y seguirá al lado del equipo. Para Gil el futbol americano es orgánico. Como cualquier organismo, los equipos tienen propiedades emergentes cuando se unen las células. Un equipo de futbol americano, difícilmente funciona con una sola estrella. Pero incluso dejando a un lado su pasión, desde el arranque de los playoffs, Gil veía a su equipo en el Súper Bowl. Los Patriots por mucho tiempo han sabido manejar las piezas, y esta temporada, el equipo tiene madurez y han acertado con los refuerzos.

Hay adolescentes acompañados de sus padres, familias enteras, un ex alumno de Gil, quien es biólogo. Esta temporada no se han perdido un partido como tropa. Hasta los juegos de lunes por la noche ha habido un pelotón, por muy reducido que sea. Siempre hay alguien listo para defender los colores. Este año ha sido mucha celebración. Los Pats sólo sufrieron dos reveses.

El partido arranca rápido para la ofensiva de los Patriots, Tom Brady con la tranquilidad de siempre lanzando balones al aire y en la jugada de anotación se la entrega a Dion Lewis quien aceleró hasta la zona de anotación. Los Texans responden. Brock Osweiler está de vuelta, pero no concretan al cien y se van con un gol de campo. La siguiente jugada es enorme. La patada de despeje la recibe Lewis, corre entre los huecos con los bloqueos de sus compañeros y sigue rebasando jugadores. La velocidad es otra y nadie lo alcanza, 98 yardas, touchdown. Y los Patriots anotan por segunda vez en el primer cuarto.

Suenan los aplausos desbocados como potros salvajes que cruzan por la noche, cuando una jugada sale bien. Hombres enfundados en el uniforme de sus amores beben cerveza, se cruzan de brazos, dan opiniones sepultadoras mientras analizan el campo de batalla.

Rocío Barragán entra con toda su familia. Muchas mujeres y niños llenan una mesa. Lleva años integrando clubs de fans de los Pats. En este grupo llevan poco, pero se siente a gusto. Ella viene enfundada en un jersey. El americano tiene una emoción que no le brinda ningún otro deporte. Le va a los Patriots gracias a un vaquero. El vaquero, o Cowboy, es su ex. Rocío sufría cada inicio de temporada. ¿Otra vez van a jugar?

Recuerda que hace como 15 años los Patriots de Nueva Inglaterra se enfrentaron con los Cowboys de Dallas. Tirado sobre la cama, con las manos en la nuca, el marido preguntó, ¿a quién le vas? Luego de pensarlo un segundo, Rocío contestó: "A los Patriots". Ese día ganaron. Fue villamelona en ese momento, pero su necedad, semana tras semana, la ha convertido en una gran aficionada. Le tiene más amor al deporte que a una playera.

En el segundo cuarto los Texans anotan otro gol de campo y con otra patada de despeje están más atentos que nunca. De nuevo, Lewis recibe el balón pero la jugada es completamente opuesta a la de 98 yardas. Busca avanzar y de inmediato choca con los Texans. El balón está suelto y Houston toma posesión. Osweiler no desaprovecha y encuentra al ala cerrada C.J. Fiedorowicz para la anotación.

Al medio tiempo, el partido sigue apretado, pero Patriots arriba 17-13. El descanso lo aprovechan para hacer un enlace con la gente de este mismo club que se encuentra en Guadalajara. Hay saludos fraternales. Muchos tienen el jersey de Brady, casi todos.

La defensa de los Texans juega como se esperaba, haciéndole la tarde dura a Brady, interceptándolo dos veces. Brady, sin embargo, lo ha visto todo y no se desenfoca. La segunda mitad arranca y Brady lanza otro pase de anotación. Todos comienzan a aullar para demostrar su poder, el poder de haber hecho la elección correcta. Le van al equipo al que le tienen que ir, y un aficionado no puede encontrar mayor cielo que ése.

Patricia Ramírez viene con su hijo, y éste trae el rostro pintado en tricolor. Es barbado y grande. Ella ya tiene como cuatro años de aficionada. Le gusta el convivio y que esto sea como una familia. Sabe que su equipo va con todo, será de los Patriots de aquí hasta el fin.

Fátima Navarro de nueve años le va a los Pats por su padre, le gusta cómo juegan. En realidad se pone nerviosa y no sabe qué contestar, le gusta celebrar las anotaciones y su jugador favorito es Tom Brady. Su hermano, de escasos meses de edad, también viste una playera del equipo de la familia.

El objetivo era fundar una familia grande, con los Patriots siendo el enlace de común denominador, y lo han hecho bien. Hace poco uno de los miembros de club tenía un familiar en estado grave dentro de un hospital. Entre todos los de este club rifaron una tablet y el dinero le fue donado al patriota que lo necesitaba.

En el grupo hay reglas, una de las más importantes, es no acosar a las mujeres. Tampoco permiten que se politice el grupo. Dentro del club también hay un grupo de comunicación entre las mujeres, y si llega a existir acoso, se habla con el acusado y si insiste, es retirado de la comunidad.

En el cuarto cuarto los Pats siguen superando los esfuerzos de los Texans y Dion Lewis de nuevo toma el balón para una carrera corta con la que cierra otro avance fluido hasta la anotación. Con el marcador 31-16, el panorama luce bastante claro para los Patriots, y bastante oscuro para los Texans.

A David Domínguez fue su tío, fallecido ya, quien le inculcó el amor por los Patriotas. Su amor comenzó en 1999. Un año antes de que comenzara la abundancia. Hoy la suerte está de su lado. Todo parece que Brady, a sus 39 años de edad, todavía tiene mucho juego por dar, y los Patriots lo agradecen.

El emblema del Pats Army México es La Patriota. Es una moto Yamaha R1, 2005, y es de "Packote", Francisco Martínez, el fundador del club. Pintada de los colores de los Pats, se ha vuelto una pieza central en las fotos de muchos integrantes del club. Esta vez "Packote" se llevó a la Patriota a Guadalajara.

Pero el ejército que conforma este grupo no se limita por una ciudad. Es tan lejano el estadio de Nueva Inglaterra que el club ha hecho cualquier de lado la casa de los Pats. El marcador final es de 34-16. Los Patriots avanzaban y en el partido de campeonato de conferencia recibían al poderoso equipo de los Steelers. Los Patriots no titubearon. El marcador ante los Steelers quedaba en 36-17. Nueva Inglaterra era de nuevo el campeón de la conferencia. Les queda un partido más, el partido es el Super Bowl LI.