La obra mística de un preso en el corredor de la muerte

Mientras la mayoría de los aspirantes a artistas disfrutaban de sus días en la escuela de arte, Damien Echols estaba en el corredor de la muerte por ser uno de los tres de West Memphis, que fueron juzgados y condenados siendo adolescentes por la muerte de tres niños. Echols esperó durante 18 años a que se cumpliera su sentencia de muerte hasta que unas pruebas de ADN demostraron su inocencia y fue liberado en 2011.

Hoy, Echols es artista visual y fundador del colectivo artístico The Hand junto con los artistas menton3 y David Stoupakis, que ahora mismo presentan una exposición en la galería Copro de California titulada SALEM, que incluye dibujos de rituales, pinturas góticas y esculturas que Echols hizo mientras se encontraba en el corredor de la muerte. Stoupakis explica que “Salem era el título adecuado para esta exposición, pues creo que en algún que otro momento todos hemos sentido una cierta injusticia hacia nosotros en mayor o menor medida”.

El título de la exposición es una acertada metáfora de la experiencia de Echols en prisión, “Vi cómo me pasaba exactamente lo mismo que pasó en Salem, viví la experiencia desde una perspectiva personal. Vi cómo la gente y el estado de Arkansas me intentaba asesinar justo como la gente intentó asesinar al acusado en Salem”, explica Echols a The Creators Project.

La incursión de Echols en el arte empezó como un proceso terapéutico durante el tiempo que pasó entre rejas: “Cuando estaba en la cárcel, parece casi de locos decirlo, pero me abstraí tanto en la creación del arte e intentando expresar ciertas cosas que había momentos en los que no veía los muros de la prisión durante días porque estaba completamente inmerso en mi proceso”, dice. “Me daba algo en lo que centrarme en lugar de pensar en el dolor, la humillación, la tortura, el trauma y todo lo demás por lo que estaba pasando. En cierto modo, me ayudó a mantener mi cordura”.

Además del arte, Echols pulió su práctica espiritual del Magick para poder soportar su sentencia física y mentalmente: “Los guardas me habían golpeado en la cabreza y sentía un fuerte dolor en los dientes. En el corredor de la muerte no hay asistencia dental, así que puedes escoger entre vivir con el dolor o hacer que te saquen los dientes. No quería la segunda opción así que tuve que encontrar la forma de soportar el dolor”, dice Echols. “Las técnicas de meditación, respiración y visualización del Magick me ayudaron a lidiar con el dolor. Si no hubiera sido por el Magick, no sé cómo habría podido sobrevivir ahí adentro”.

Magick parece ser lo más importante para Echols incluso en su vida fuera de la prisión, situándose incluso por delante de su nueva práctica artística: “Para mí, las obras artísticas son solo un efecto secundario de la práctica del Magick”, afirma Echols. “Si vivimos en un mundo donde podemos practicar Magick, todo lo demás es secundario. Eso es a lo que quiero dedicar mi vida”. Su colectivo ha lanzado incluso una campaña de concienciación colectiva titulada “Magick Revolution” con la que pretende “hacer que los espectadores alcancen un estado superior de conciencia”.

SALEM se puede ver en la galería Copro hasta el 16 de abril. Encontrarás más información en la página web de Damien Echols, menton3 y David Stoupakis.

Traducción de Rosa Gregori.

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