Por qué Suicide Squad es lo peor que he visto en años

Este artículo, obviamente, contiene spoilers de la película 'Suicide Squad'.

DC Comics y Warner Bros. no paran de romperme el corazón. Y aunque en los cómics prefiero la Liga de la Justicia que los Vengadores de Marvel (Iron Man, Hulk y compañía), cada vez es más difícil mantener mi lealtad: creo que el lado oscuro de Marvel y Disney me llama con fuerza. Y toda esa idea de que me siento tentado pasar al otro bando, se refuerza con el último golpe que me dio Suicide Squad (el Escuadrón Suicida), una película escrita y dirigida por David Ayer (End of Watch, Fury).

La película cuenta (o al menos intenta contar) la historia de un grupo de criminales forzados a trabajar para el gobierno y salvar al mundo… Creo.

Hace unos días estuve en la premiere, en el centro comercial Calima en la 30 con 19, esperando que Suicide Squad redimiera al universo cinemático de DC. Eso no pasó. Así que trataré de hacer una sinopsis con la poca trama que me dieron.

El escuadrón está conformado por lo que la agente del gobierno Amanda Waller (Viola Davis) llama al principio de la película "lo peor de lo peor". Esto es, los delincuentes más poderosos del mundo, quienes, ella cree, son capaces de dar la pelea contra los metahumanos que nos había anunciado en Batman vs Superman. Mucho ojo, los metahumanos son tipos con súper poderes, como la Mujer Maravilla o Flash.

Sin embargo, desde el comienzo de la película, vemos cómo estos supuestos súper villanos fueron atrapados o por seres humanos ordinarios o por Batman o vencidos con bastante facilidad y sometidos en una cárcel de alta seguridad.

El grupo lo lidera Will Smith en el papel de Floyd Lawton, alias Deadshot. Como siempre, Smith hace el papel de rebelde con buen corazón (el mismo que ha hecho en toda su carrera, de El Príncipe del Rap a Yo, robot). Deadshot es un mercenario que mata por plata, pero que, al final, sólo quiere ser un héroe para su hija. En este combo están también Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), que es un monstruo con aspecto de reptil; El Diablo (Jay Hernandez), que, a pesar de ser capaz de producir una cantidad impresionante de fuego a voluntad, se niega, porque no quiere herir a nadie; Slipknot (Adam Beach), que puede colgarse de cualquier parte (ese poder, ¿qué?) y Captain Boomerang (Jai Courtney), un ladrón y asesino que, por supuesto, usa boomerangs.

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Ya lo dije: no son muy poderosos, no son útiles, son una cadena de personajes que no podrían vencerle un mano a mano a Superman. O a Batman, como quedó probado desde el comienzo.

Sigo con la trama (el intento de).

Cara Delevingne interpreta a Enchantress, una bruja de miles de años que posee el cuerpo de la arqueóloga June Moon. Enchantress es la villana en una película en la que todos son malos. Pero no, ninguno es totalmente malo: ese es el punto. Eso es lo que da rabia.

Ni siquiera el Joker (lo siento mucho, amigos), quien supuestamente es un psicópata demente sin ningún sentido de moral, logra comprometerse con la maldad. En Suicide Squad el Joker es simplemente un novio preocupado. Dice mucho de la construcción del personaje el hecho de que el payaso maniático no tenga nada más que hacer con su tiempo que pensar en el destino de Harley Quinn. En ningún momento se siente amenazante y su figura parece, más bien, la de Macaulay Culkin en Mi pobre angelito. Aparentemente, no soy el único que lo piensa (de hecho, si nos ponemos a analizar la cosa, es más aterrador ver a Macaulay Culkin en la actualidad que a la versión de Leto de El Guasón).

Pero tal vez lo que da más de qué hablar es Margot Robbie en el papel de Harley Quinn. Robbie se ve como Harley, se mueve como Harley ––la escena de ella colgada en el helicóptero es especialmente convincente––, pero en la interpretación de sus diálogos el personaje se desvanece. El guion se siente cada vez que la actriz intenta hacer reír a la audiencia con malos apuntes, y su locura se siente forzada, postiza, como alguien que pretende ser loco e inspira más cariño que miedo.

Adicionalmente, Harley, en los cómics, es la cara de las mujeres víctimas de relaciones abusivas: en la película esto no se muestra realmente; al contrario, la relación entre Joker y Harley parece ser la de un par de adolescentes con ínfulas de rebeldía.

Todos estos criminales, "lo peor de lo peor", en realidad no son ni el intento de la maldad.

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Y el hecho de que no se le crea a ninguno de los personajes (excepto a Courtney, el del boomerang, de vez en cuando) hace que el peligro nunca se sienta real. La trama, aparte de tener muchas inconsistencias ––como todo lo de la máquina de Enchantress que, la verdad, ¿qué putas?––, se siente como una mera excusa para mostrarnos a los personajes interactuando mediocremente entre ellos.

Muchos han comparado al Escuadrón Suicida con los Guardianes de la Galaxia de Marvel. ¿Cómo no hacerlo? Ambos grupos están compuestos por criminales, ambas películas intentan tener una gran y anacrónica banda sonora, y ambos llegan al camino predecible de hacer el bien. La única diferencia es que Marvel lo logró y DC no.

Esto sólo nos deja llenos de incertidumbres y oraciones para que la película de la Liga de la Justicia no sea un tercer fiasco. Porque, por otro lado, sabemos que Doctor Strange (de Marvel) se estrena en noviembre y probablemente nos va a gustar.

Conclusión: es difícil ser un fan de DC en estos días.

Mira abajo el trailer de la película: