“No hay justicia climática sin justicia social”, así condensa parte de su biografía en Instagram. Racialización, racismo estructural, colonización, comunidades indígenas, ecofascismo, feminismo interseccional. Esos son algunos de los temas que aborda en posteos que busca hacer “accesibles” a una comunidad diversa a través de lenguaje claro, avisos de contenido y descripciones de las imágenes para quienes tienen discapacidades visuales. Nia quiere decir “que brilla” y es un anagrama de su nombre anterior, que cambió porque sentía muy europeo. Ahora usa Nia Huaytalla en esta red social, el canal que eligió para llegar a colectivos oprimidos. Nia encontró una falta de representación de lxs indígenas en los ámbitos en los que participaba y salió a generar publicaciones donde comparte dos tipos de contenido: teoría y experiencias en primera persona. Para ellx es importante que las historias las cuenten sus protagonistas: hay que ceder el espacio, dice.
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El asesinato de George Floyd el pasado 25 de mayo en manos de la policía de Mineápolis activó un gran espejo mundial que puso a todos los países a mirar sus propios ombligos y a despertar a sus conflictos raciales internos. “Es muy importante que Argentina empiece a reconocer que es racista. Para luchar contra un problema hay que reconocer que existe. Después, cuestionar todos los aspectos de la sociedad en los que se reproduce”, explica Nia, y pone el foco de la lucha en ese reconocimiento clave para comenzar a desnudar la hipocresía en la que duerme la Argentina.De raíces apurimeñas, de la tierra donde se encontraba la comunidad chanka en Perú, se identifica como no binarie, pero cree que la concepción binaria es parte de la herencia occidental. Es activista antirracista y futurx estudiante de Ciencias Políticas y Física, se reconoce como “indígena de ciudad” y asume que no estar en “territorio” la llevó a tener vivencias más privilegiadas. Nia está haciendo espacio para poner en relieve la memoria: habla de la esterilización de 200.000 mujeres indígenas en Perú entre 1996 y 2000 como un suceso histórico reciente con poca trascendencia mediática y así busca exponer mucha de la crueldad arraigada en estados-nación que surgieron a costa de una colonización impiadosa. Su historia está muy ligada a la región peruana, donde nacieron su madre y padre y se vieron obligadxs a migrar forzosamente.En un momento en el que en Argentina se está hablando de “cuerpos marrones” como blanco de balas y represión policial, Nia aparece como una referente de diecinueve años que ya capturó la atención de la contrahegemonía. “Tenemos que empezar a cuestionarnos la intersección dentro de la comunidad y respetar a quienes la viven. Lo queer no te saca lo racista”, dice la voz detrás de @haluami, que también cuenta haber sufrido discriminación a lo largo de su vida, incluso por llevar trenzas, un acto que para ellx es reivindicativo.Nia es una de lxs cincuenta líderes en disidencia sexual y de género cuya vida celebramos en nuestra quinta edición, ORGULLO.
