cam girl coronavirus
Ilustración de Vincent Vallon
Sexo

Las ‘cam girls’ no dan abasto con la demanda durante la cuarentena

‘No puedo pasarme todo el mes dándole al dildo’

Ante la perspectiva de tener que quedarnos encerrados en casa durante una buena temporada, qué menos que intentar pasárnoslo bien. Y eso parece que es lo que ha estado haciendo la gente durante la cuarentena, en vista del subidón de tráfico que han tenido los sitios web de porno como Pornhub y OnlyFans.

Hablamos con cuatro cam girls sobre cómo esta situación está afectando a sus cuentas bancarias y qué tal se las apañan para conciliar el trabajo y la vida privada.

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Ava Moore

“Para mí, la cuarentena ha sido una experiencia positiva. Hay más gente mirando espectáculos en vivo, han subido las ventas de los vídeos en mi sitio web y también las interacciones en redes sociales. Concretamente, mi negocio ha crecido un 30 por ciento desde el comienzo de la cuarentena. Yo estoy aprovechando al máximo la situación, claro está. En Twitter monté un concurso para ganar acceso gratuito a los vídeos de mi sitio web. También estoy subiendo muchos vídeos en Snapchat e Instagram en los que salgo comiendo, haciendo ejercicio o maquillándome. Los vídeos en directo son ideales para atraer a nuevos espectadores.

“Desde que empezó la cuarentena, paso mucho más tiempo en redes sociales. Ahí indico mi disponibilidad y tiento al público con ofertas especiales, como el nuevo espectáculo matutino por Snapchat especial de cuarentena. Dura cinco minutos, cuesta 15 € y es ideal para los hombres casados que quieren darse un alivio rápido. Así que trabajo siete días a la semana y las horas ya ni las cuento… pero suelo trabajar de 8:00 a 22:00. No me quejo: marzo ha sido el mejor mes desde 2017”.

Kataluna

“Últimamente tengo más solicitudes, pero es normal: los clientes saben que estamos en casa y que podemos distraerles. Hace unos días di un espectáculo en directo que vieron más de 300 personas. Eso es mucho. Pero tampoco me quiero volver loca. Doy prioridad a mi vida. No quiero convertirme en un robot sexual y dejar de escuchar a mi cuerpo.

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“Las diferencias entre mi rutina diaria antes y después de la cuarentena son dos, básicamente: ofrezco vídeos gratuitos en redes sociales y por la noche hago camming. No muy a menudo, pero como ahora no puedo salir a cenar fuera ni nada, tengo que buscarme otras formas de mantenerme ocupada. También hay que seguir en contacto con la gente, así que vale para las dos cosas. El resto de cosas no han cambiado. Hago ejercicio por la mañana, actualizo las redes sociales y retransmito en directo unas dos horas al día. Para mí, es suficiente. Podría atender más peticiones, pero no quiero estar disponible las 24 horas del día”.

Chloé Sanchez

“Como algunos sitios web, como Pornhub, están ofreciendo contenido gratis durante el confinamiento, la gente espera que nosotras hagamos lo mismo. Yo ofrezco un ‘paquete especial de cuarentena’ por 34 €, en lugar de 39, y acceso a mi sitio web, todos mis vídeos y mi Snapchat.

“Mis jornadas a menudo son de 17 horas o más, si cuentas los vídeos, los ejercicios, llevar las redes sociales y montar el equipo. Pero lo hago porque hay mucha demanda. El número de visitas de mis espectáculos en directo se ha triplicado, y el 19 de marzo tuve 360 personas conectadas a la vez. Al principio, pensaba que era un error del servidor, pero no, las solicitudes han aumentando un 30 por ciento.

“Muchos tíos no buscan contenido pornográfico. El otro día, dos hombres me pidieron que no me quitara la ropa, que solo querían hablar. Bien, porque tampoco puedo estar todo el mes dándole al dildo. No me daría la vida para tanto”.

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Charlie Tantra

“Mis solicitudes se han disparado durante los cuatro primeros días de cuarentena. Luego se han calmado un poco, supongo que porque hay muchas otras chicas que también ofrecen espectáculos. Normalmente lo hacen como algo secundario, pero como tienen más tiempo libre por la pandemia…

“Creo que al principio los clientes se emocionaron solo de pensar en poder pasarse el día pajeándose, pero la cosa se ha tranquilizado un poco. Por otro lado, nunca había tenido tantas visitas a mis vídeos de Pornhub. Lo aprovecho para mi estrategia de comunicación: uso el hashtag #lockdown (cuarentena) para mis lecturas eróticas, hago promoción de mis vídeos pagados y he empezado un espectáculo de happy hour los viernes en Facebook. El primero lo vieron unas 100 personas.

“Con o sin cuarentena, el trabajo sigue siendo el mismo. El problema de verdad lo tienen las trabajadoras sexuales, que dependen del contacto físico para ganarse la vida. Ellas sí que lo tienen jodido. Yo tengo suerte de poder seguir con lo mío y compaginarlo con otros pasatiempos. Por ejemplo, estoy estudiando para sacarme un diploma de artes culinarias. Quiero grabar vídeo picantes en los que salga cocinando con ropa sexy”.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Francia.