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Foto por Sebastián Comba | VICE Colombia.

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Así se vive el 'Madrugón' de San Victorino en diciembre

Desde revendedores hasta familias enteras en búsqueda de regalos, la jornada de esta venta de ropa en cantidades se llena de miles de bogotanos para estas festividades en la madrugada.

Artículo publicado por VICE Colombia.


Dice el gran Alfredo Molano Bravo en esta crónica que el famoso Madrugón de San Victorino empezó hace más de diez años como una venta improvisada de cobijas y ruanas de lana que hacían los campesinos de Cucunubá en Ubaté. Estos, según Molano, venían a Bogotá a venderlas, y las que sobraban las vendían más baratas en la estación de buses, mientras se resguardaban del frío.

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Así, de a pocos, se fue formando un pequeño mercado. Y luego de que sacaron de la zona de la Capuchina (calle 13 con carrera 13) a los vendedores, estos se fueron desplazando y asentando en diferentes puntos del centro, hasta que los movieran otra vez. De esta manera es que la tradición del madrugón navideña ha permanecido viva, una modalidad de venta que se asemeja en cantidad de gente a los Black Fridays más salvajes, pero con precios mucho más baratos y cantidades al por mayor.

La faena empieza en épocas de navidad desde la medianoche de los viernes. Entre 12 y 1 de la mañana el Madrugón, que se ubica actualmente en la plaza de San Victorino, más o menos cuatro o cinco callejones bajando, empieza a llenarse de gente. Compradores, vendedores, personas que trabajan cargando bultos y personas que se ofrecen para cargar bultos de acuerdo al peso, todas figuras típicas de los madrugones de cada año.

En familia, solos, en pareja, miles de colombianos llegan año tras año cumplidos a la cita con este madrugón, cuyo punto fuerte es la venta de ropa en grandes (enormes) cantidades. Promociones de 10 pares de medias a 10 000, ventas de camisetas y bluyines por docena, que muchos vendedores compran para sus propios negocios, unidades de camisas a 5 000, pantalones a incluso 10 000 y chaquetas hasta a 20 000. La venta de ropa y zapatos se mezcla con la venta de alimentos como empanadas y arepas, una venta que ahora están liderando los venezolanos de la zona.

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La jornada va de largo hasta las siete de la mañana, cuando clientes y revendedores finalmente se aperan de todo lo que necesitan para estas fiestas. Sebastián Comba fue a uno de los madrugones de este mes y tomó las siguientes fotos:

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