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Arabia Saudí rompe sus relaciones diplomáticas con Irán tras las ejecuciones

Arabia Saudí ha finiquitado sus relaciones diplomáticas con Irán después de que los manifestantes saquearan y quemaran su embajada en Teherán. Los disturbios se desataron después que la ejecución de un ilustre clérigo chií y otros 46 prisioneros.
Manifestación contra Arabia Saudí frente a la embajada saudí en Teherán. (Imagen por Abedin Taherkenareh/EPA)
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El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí asegura que la monarquía petrolífera ha rescindido sus relaciones diplomáticas con Irán. El comunicado se produce un día después de que un grupo de manifestantes enfurecidos saquearan y quemaran la embajada saudí en Teherán. La violenta sublevación es una reacción por la ejecución de un ilustre líder religioso chií y de otras 46 personas este sábado pasado.

El ministro de Asunto Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Jubier anunció ayer domingo que los diplomáticos iraníes disponen de 48 horas para salir de su país. Así lo ha informado la agencia de noticas AFP.

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Arabia Saudí es un país musulmán de mayoría suní. El domingo, tras la ejecución del influyente clérigo chií Nimr al-Nimr, los manifestantes iraníes saquearon la embajada saudí en Teherán. Los manifestantes destrozaron las ventanas y el mobiliario que encontraron a su paso y prendieron fuego al edificio. El inspector jefe de la policía iraní ha proclamado que un número no identificado "de vándalos" ha sido detenido, mientras que un fiscal ha anunciado que al menos 40 personas han sido arrestadas.

Ayer mismo se registró otro pequeño incidente a la salida de la embajada. El periodista iraní Mehdi Sayyari colgó en Twitter un vídeo en el que se ve a la policía antidisturbios iraní reduciendo a la multitud con gas pimienta. Según relata Sayyari, la segunda manifestación se extendió durante poco menos de una hora y media y "no se registraron incidentes de gravedad".

Police forces using pepper spray to disperse protesters near Saudi embassy. — Mehdi Sayyari (@mehdisayyari)January 3, 2016

La policía dispersa a la multitud cercana a la embajada saudí con gas pimienta.

Police forces pushing back protestors near Saudi embassy, Tehran. — Mehdi Sayyari (@mehdisayyari)January 3, 2016

La policía contiene a los manifestantes cerca de la embajada saudí en Teherán.

La ejecución en masa de 47 personas sucedida el sábado constituye el récord de personas asesinadas en un solo día desde la ejecución de 63 rebeldes en 1980. Entonces, la monarquía petrolífera ejecutó a los implicados en el asedio a la Gran Mezquita de La Meca en 1979. Tanto Nimr como otros tres chiíes habían sido acusados de haber disparado contra la policía, una noticia que despertó el interés en la zona y fuera de sus fronteras. Las manifestaciones se sucedieron en Irán, Bahréin, Yemen, Pakistán y la zona de Cachemira bajo el control de India.

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Nimr se había erigido en el crítico más feroz entre la minoría chií de la monarquía absolutista que lidera Arabia. Muchos le veían como al líder de las juventudes religiosas de su movimiento, que se habrían cansado del fracaso de los líderes más veteranos y moderados a la hora conseguir la equidad con los suníes.

Algunos familiares de Nimr, que han sido contactados por teléfono a través de la agencia Reuters, han declarado que las autoridades saudíes han enterrado a Nimr "en un cementerio de musulmanes" y que sus restos mortales no serán entregados a la familia.

Por su parte, el presidente de Irán, Hassan Rouhani, ha condenado la ejecución como un acto "inhumano", al tiempo que ha urgido a enjuiciar criminalmente a los "radicales" que han atentado contra la embajada y contra el consulado saudí en la ciudad de Mashhad, al noreste del país, tal y como han informado los medios de comunicación.

La máxima figura religiosa de Irán, el ayatolá Alí Hoseiní Jamenei, también ha criticado con dureza a Arabia Saudí por segundo día consecutivo por la ejecución de Nimr.

"El injustificado derramamiento de sangre de este mártir tendrá sus consecuencias y la voluntad divina de la venganza caerá sobre las espaldas de los políticos saudíes", expresó Jamenei en la televisión local. Jamenei ha publicado una imagen en su página web en la que compara la ejecución del líder con el terrorismo de Estado Islámico. En la página aparece la imagen de un verdugo saudí junto a la imagen del verdugo yihadista Yihad John. Ambos están reunidos bajo el título "¿Alguna diferencia?".

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Los manifestantes iraníes durante una protesta en los aledaños de la embajada de Arabia Saudí en Teherán. (Imagen por Abedín Taherkenareh/EPA).

En Irak, cuyo gobierno de mayoría chií mantiene buenas relaciones diplomáticas con Irán, las máximas autoridades religiosas y políticas han exigido la rescisión fulminante de las relaciones diplomáticas con Riad. Los líderes iraquíes han puesto en tela de juicio las tentativas saudíes por coordinar una coalición regional destinada a combatir a Estado Islámico, la organización terrorista que controla largas franjas de Irak y de Siria.

La máxima autoridad religiosa chií, el gran ayatolá Ali al-Sistani se refirió a las ejecuciones como a una "agresión injustificable". La opinión de Sistani, que reside en la ciudad santa de Najaf, al sur de Bagdad, está acompañada del peso de millones de chiíes de Irak y de todo Oriente Medio, Arabia Saudí incluida.

El departamento de Estado de Estados Unidos ha proclamado que la ejecución de Nimr "ha provocado la escalada de las tensiones religiosas en la zona en un momento en que estas necesitan ser reducidas urgentemente", un sentimiento que ha expresado Federica Mogherini, responsables de política exterior de Estados Unidos. El departamento de Estado también ha urgido a Arabia Saudí para que respete y proteja los derechos humanos.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Zeid Raad al-Hussein ha proclamado que no está claro hasta qué punto los ejecutados dispusieron de una defensa legal efectiva. Al-Hussein ha denunciado que la escala de las ejecuciones ha sido perturbadora, "especialmente teniendo en cuenta que algunos de los sentenciados a muerte habían sido acusados de crímenes no violentos".

De los 47 ejecutados 45 eran saudíes, uno era egipcio y otro era de Chad. Los cuatro chiíes sentenciados a muerte fueron imputados por su participación en los disparos y el lanzamiento de varios cócteles molotov que provocaron la muerte de varios policías durante las manifestaciones que recorrieron el país entre 2011 y 2013. Más de 20 chiíes fueron ejecutados por las autoridades durante la celebración de las mencionadas manifestaciones. Los familiares de los chiíes ejecutados entonces han desmentido haber participado en los atentados y se han reivindicado como manifestantes pacíficos contra la discriminación sectaria.

Los grupos de activistas pro derechos humanos aseguran que la ley de enjuiciamiento criminal del reino es injusta. Según estos, las confesiones de los ejecutados habrían sido obtenidas mediante tortura, y los mismos acusados se habrían visto desprovistos de la representación de ningún abogado a la que tenían derecho legalmente. Por su parte, desde Riad se reivindica la inexistencia de torturas y la independencia de su sistema judicial.

Reuters ha contribuido a esta información. 

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