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Así se fundó Estado Islámico

Más allá de los imaginativos exabruptos de Trump sobre los orígenes de Estado Islámico y el supuesto papel fundacional de Obama y Hillary Clinton respecto del grupo terrorista, lo cierto es que su creador se llama Abu Musab al-Zarqawi y venía de...
Forze irachene con una bandiera di IS catturata a Hajj Ali, in Iraq, il 9 agosto 2016. (AP Photo/Alice Martins)
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El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump repitió de nuevo ayer su curiosa teoría; es decir, que Obama es el fundador de Estado Islámico. Y no solo eso. Hilary Clinton sería, siempre según Trump, la cofundadora de la organización terrorista islámica que se ha hecho popular, entre otros muchos escabrosos motivos, por convertir a sus prisioneras en esclavas sexuales, o por decapitar a sus rehenes, filmar las ejecuciones y luego difundirlas por las redes sociales.

"A Obama se le defiende. Claro que Obama es el fundador de Estado Islámico. Y yo diría que la cofundadora es la corrupta de Hilary Clinton", soltó ayer Trump durante un mitin de campaña celebrado en Ft. Lauderdale, en Florida.

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Trump inició su arremetida condenando la invasión de Irak —que en realidad fue auspiciada por George W.Bush—. De manera que al poco rectificó y se puso a condenar la retirada del país de Oriente Medio.

"Nunca nos tendríamos que haber ido de la manera en que nos fuimos. Y entonces, apareció Obama. Y es normal, quería dejar las cosas limpias. Pero, solo consiguió convertirlo todo en un desastre. Por no hablar de lo que hizo Hilary en Libia", ha asegurado el monstruo inmobiliario.

Los 10 documentales de VICE News sobre Estado Islámico, Siria e Irak que deberías haber visto. Ver aquí.

Claro que Trump no ha logrado contrastar sus declaraciones con ningún tipo de información ni de hechos. Nadie duda que la invasión de Irak en 2003 y el maltrato y el atropello contra el pueblo suní perturbara la vida diaria del país. Y a nadie escapa tampoco que la retirada estadounidense de Irak sería de lo más traumática para el gobierno local. La confluencia de ambas actuaciones se convertiría en la semilla de la que nacería Esatdo Islámico.

Sin embargo, la insurgencia iraquí y el levantamiento de Estado Islámico son bastante más complicados de lo que Trump intenta hacer creer a sus partidarios.

El auténtico fundador de Estado Islámico se llama Musab al-Zarqawi. Al-Zarqawi, un ciudadano de origen jordano que llevaba tiempo encarcelado por su violento extremismo. Al Zarqawi se desplazó a Irak poco después de que las tropas estadounidenses invadieran el país.

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Su intención no era otra que declarar la Guerra Santa a las fuerzas de la ocupación, a Naciones Unidas y a los musulmanes chiíes, a quienes veía como a apóstatas. Al-Zarqawi había fundado en Jordania en 1999 la organización Jam'at al-Tawhid wal-Jihad, que se traduce como 'El grupo del monoteísmo y de la Yihad".

La organización orquestó a partir de entonces una serie de bombardeos y de atentados y en octubre de 2004 proclamó su fidelidad a Osama Bin-Laden y a la organización yihadista afgana Al-Qaeda. Entonces decidió también cambiar el nombre de la organización, a la que pasó a llamar: Al-Qaeda en la tierra de los dos ríos". El ejército de Estados Unidos se referiría entonces a la formación terrorista como a AQI (por Al-Qaeda en Irak).

AQI sería responsable de planear secuestros, perseguir a enemigos y de perpetrar atentados suicidas en Bagdad, en la provincia de Anbar y en otras zonas de Irak. Cuando el ejército de Estados Unidos irrumpió en Faluya en noviembre de 2004, su principal objetivo era destruir a los terroristas.

Zarqawi fue fatalmente abatido por un bombardeo estadounidense en junio de 2006. Poco después, aquel mismo año, la organización decidió cambiar de nuevo su nombre, esta vez por Estado Islámico, o ISI. (El Estado Islámico de Irak).

Durante la intervención de las tropas estadounidenses en Irak en 2007 y 2008, ISI perdió gran parte de su poder. Y para cuando Estados Unidos decidió finalizar su ocupación, la gran mayoría de sus líderes y colaboradores había sido atrapada y ejecutada.

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Durante aquel periodo, Nouri al-Maliki, un político chií, fue elegido primer ministro del país. Entonces, muchos suníes iraquíes empezaron a redoblar su presencia en la insurgencia y decidieron sumarse a la causa del yihadismo radical.

Durante su época al frente del poder, Maliki fue deliberadamente en contra de varios líderes políticos suníes, y de muchas organizaciones suníes que habían trabajado conjuntamente con Estados Unidos para combatir a ISI en muchas zonas de Irak.

Conoce el sofisticado departamento de propaganda de Estado Islámico. Leer aquí.

El actual líder de la organización es Abu Bakr al-Baghdadi, quien se hizo con las riendas de la misma en 2010. Durante muchos años nadie le hizo mucho caso. Claro que todo cambiaría a las pocas semanas de que estallara la guerra civil en Siria. Entonces la organización decidió extender sus operaciones hasta meterse en el interior del escenario de caos y devastación en que rápidamente se convirtió el país de Oriente Meido. Fue ahí cuando ISI se convirtió en ISIS.

En 2013, las tensas relaciones entre el Frente al-Nusra, la franquicia de Al-Qaeda en Siria, y Estado Islámico, provocaron que Baghdadi se decidiera a cortar todos sus vínculos con Al-Qaeda. Sucedió en 2014. Fue entonces cuando la organización terrorista decidió volver a cambiar su nombre, esta vez por uno más sobrio y sencillo: Estado Islámico.

En 2014 sus fuerzas irrumpieron en el norte de Irak haciendo gala de un poder devastador, y de un ejército poderoso. Su potencia se llevó por delante a las debilitadas fuerzas de seguridad iraquíes. En enero conquistaron Faluya y en junio ya habían sometido a Mosul, la ciudad más grande de Irak.

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El presidente estadounidense Barack Obama bombardeó las posiciones de Estado Islámico por primera vez en junio de aquel año. Entonces se puso en marcha la Operación de Resolución Inherente, la misma campaña que, a día de hoy, sigue persiguiendo eliminar objetivos de Estado Islámico tanto en Siria como en Irak.

¿Son terroristas los españoles que luchan contra Estado Islámico? Leer más aquí.

El 5 de julio de 2014, Baghdadi se autoproclamó como Califa del nuevo Estado Islámico, e hizo un llamamiento a todos los musulmanes del planeta para que se unieran a su Guerra Santa. El sofisticado aparato de propaganda de la organización ha cargado a menudo sus tintas contra Obama y contra otros líderes mundiales cuyos países han decidido combatir a Estado Islámico.

El hecho de que Donald Trump equipare la retirada de las tropas estadounidenses de Irak con la "fundación" de Estado Islámico y que atribuya a Barack Obama esa fundación es una falsedad obscena.

En realidad, si las tropas estadounidenses se retiraron de Irak en diciembre de 2011, no fue sino gracias a un acuerdo suscrito entre los iraquíes y George W.Bush, entonces presidente en funciones estadounidense, en 2008.

Aquel acuerdo disponía que cualquier destacamento militar estadounidense que se quedará en Irak y no dispusiera de inmunidad diplomática en Bagdad después del 31 de diciembre de 2011, pasaba entonces a ser jurisdicción de la ley iraquí. Algo que, obviamente, ningún comandante estadounidense hubiese tolerado.

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Es curioso que Trump no solo se haya olvidado de subrayar que Obama puso a los suníes en su contra tras decidir apoyar a Maliki. Casi tan curioso como que el líder republicano no mencionara otra de las decisiones diplomáticas que, de acuerdo con la opinión de muchos expertos en Oriente Medio y Estado Islámico, habría dado más fuerza a Estado Islámico. Y esta no es otra que la postura de la administración Obama en la guerra de Siria.

Algunos consideran que si Obama hubiese decidido intervenir en Siria antes de lo que lo hizo y con más fuerza que la que empleó, entonces Estado Islámico no hubiese tenido la oportunidad de campar a sus anchas y extender su dominio por el norte de Irak y de Siria.

Una intervención más temprano y con más contundencia habría impedido que la organización terrorista hubiese podido sentar bases en varias capitales y reclutar a soldados por allí donde pasaba. Y hubiese impedido, igualmente, que el yihadismo radical se siguiera organizando para seguir invadiendo más franjas del territorio baldío arrebatado a Irak y a Siria.

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