FYI.

This story is over 5 years old.

VICE World News

India reclama al Reino Unido que le devuelva la joya de la corona que ‘le robó’

El incalculable diamante Kohinoor es una de las joyas más famosas del planeta — y según la cultura india es un deslumbrante ejemplo de la soberbia con que el ex funesto imperio británico se comporta a día de hoy con los pueblos a los que saqueó.
Un femme indienne montre une réplque du Kohinoor, à Kolkata, en2002. Photo de Jayanta Shaw/Reuters
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

El último maharajá del Imperio Sikh, Duleep Singh, tenía solo 10 años de edad cuando le obligaron a viajar a Gran Bretaña. Singh dejó la colorida india para acudir a la plomiza Inglaterra para hacer entrega a su despiadada Reina Victoria de una joya incalculable, el Kohinoor — el diamante más legendario del mundo en la época, hoy convertido, literalmente, en la joya de la corona británica. Una joya que ahora India reclama de vuelta.

En realidad no solo fue la joya lo que el pequeño Duleep se vio obligado a entregar en el remoto 1849 — se vio obligado a entregar su reino entero, el reino de Punjab, que le fue salvajemente arrebatado por los colonos británicos, tras la finalización de la segunda guerra entre los ingleses y los Sikh.

Publicidad

La guerra fue orquestada y vencida por el ímpetu de la monarca inglesa y gracias a la insuperable ayuda de la Compañía Británica de las Indias Orientales (EIC en sus siglas inglesas) — una multinacional dirigida por aristócratas y por mercaderes millonarios británicos que orquestó la formación de aberrantes y monumentales ejércitos privados, gestionó la administración de la colonia y que, en un momento dado, se convirtió en la compañía que controlaba la mitad del comercio mundial.

La presión orquestada por la EIC provocó que el espectacular diamante quedará incluido en las desaprensivas condiciones de paz con que los fascistas ingleses condenaron al Reino de Punjab, un reino que, de paso, destruyeron.

Fue un histórico y abominable revés. Las evidencias históricas señalan que el diamante habría sido extraído de las famosas minas Gioconda de la India en el siglo XII. La piedra preciosa habría pesado 793 formidables quilates. A partir de entonces, la joya pasaría por las manos de los emperadores Mogol, de los Shah de Persia y de los emires afganos, antes de convertirse en una de las más preciadas posesiones del imperio Sikh.

Cuenta la leyenda que el guerrero de Punjab y fundador del imperio Sikh, Ranjit Singh, el "león de Lahore", llevaba el diamante anudado a sus bíceps — algo que quizá no hubiese sido del todo sabio, habida cuenta de que el diamante había sido maldecido en 1306. La maldición estipulaba, como no, que el diamante llevaría la mala suerte a aquel que lo llevara.

Publicidad

Por lo visto, la familia real británica se habría tomado muy en serio aquella maldición, y decidió incrustar el diamante, exclusivamente, a las coronas de las reinas — a día de hoy está incrustado en la corona de la nonagenaria Reina Isabel, la reina madre. La monarquía británica también decidió que la joya requería ser lustrada para brillar un poco más — una intervención que provocaría que el diamante perdiese un 40 por ciento de su peso, y que no ha impedido que siga teniendo el tamaño de un huevo de gallina.

Su fama y el hecho de que nunca haya sido vendido, significa que se trata de un diamante incalculable. Claro que durante el reinado Mogol en el año 1500, Babur aseguró que el diamante debía de ser tasado como la mitad del precio de los costes de extracción de las minas de diamantes globales en un solo día.

El diamante Kohinoor puede verse en la Cruz Maltesa, en la parte frontal de la corona de la Reina Madre, sobre el féretro de la Reina Isabel, la Madre Reina, durante su funeral en 2002. (Imagen por Alistair Grant/AP)

Ahora el diamante se ha convertido en el objeto de una batalla verbal sobre su repatriación entre los miembros del establishment político hindú — una demanda que, en realidad, ya formuló el gobierno de India después de lograr independizarse en 1948, y que ha sido sucesivamente rechazada por todas las administraciones británicas habidas desde entonces. El rechazo de los británicos a devolver una joya que no les pertenece más que por ejercicio de su proverbial sentido de la extorsión y del abuso es visto como un ejemplo más de la soberbia del ex antiguo imperio para con aquellos a los que saqueó.

Publicidad

Un grupo de estrellas de Bollywood y de empresarios que se ha autobautizado como Montaña de luz, la traducción al inglés del vocablo Kohinoor, ya anunció el pasado mes de noviembre que habrían iniciado el proceso legal necesario para exigir al Tribunal Supremo de Gran Bretaña que le sea devuelta su joya.

El diamante ha sido objeto de las portadas de varios periódicos esta semana después de que el fiscal hindú Ranjit Kumar advirtiera este lunes al Tribunal Supremo de su país de que se abstuviera de reclamar legalmente el diamante. Kumar considera que no existe ningún argumento legal para reclamar la piedra preciosa puesto que "ni fue robada ni arrebatada a la fuerza", y porque había sido un "regalo" concedido al EIC.

La reivindicación ha desatado el clamor de la sociedad india. Una de las respuestas más furiosas ha llegado de la Fundación Maharajá Duleep Singh, que rinde homenaje al antiguo monarca infantil y que gestiona un museo en el que puede verse una réplica del diamante. "Se trata de unas declaraciones completamente irresponsables.

El diamante Kohinoor ha sido el orgullo no solo de toda la gente de Punjab si no de todo el país durante siglos", ha expresado Ranjit Singh Taiwandi, presidente de la fundación. Igualmente la comunidad Sikh británica ha reaccionado con idéntica indignación. La federación Sikh del Reino Unido ha proclamado que la oficina del fiscal general hindú "adolece claramente de una falta de conocimiento de la historia Sinkh".

Publicidad

En México aseguran que las reliquias prehispánicas que se subastarán en Francia son falsas. Leer más aquí.

En una declaración emitida este martes por el rotativo indio Indian Express, el gobierno hindú ha proclamado que "reitera su resolución de emprender todas las iniciativas necesarias para devolver el diamante Kohinoor de manera amistosa".

Según la doctora Chandrika Kaul, experta en el imperio británico y en historia del sur de Asia en la universidad de Saint Andrew, es preciso no olvidar que estamos hablando del episodio más reciente de un conflicto que, históricamente, ha visto como el diamante pasar por muchas manos distintas. Kaul, pese a todo, no duda de que la aprehensión británica del diamante estuvo desprovista de cualquier nobleza.

Según Kaul el debate sobre quién es el propietario legítimo del Kohinoor permanece abierto a día de hoy. La joya fue extraída del sur de la India en el siglo XIII. Acto seguido pasó a ser propiedad del imperio musulmán de los Mogol, y de los dirigentes persas y afganos, para caer, finalmente, en las manos del reino de Punjab.

"Existen muchos interrogantes que planean todavía sobre quién sería el auténtico propietario legítimo del diamante, sobre quién se lo habría arrebatado a quién. Además, todo el proceso de transferencias y expropiaciones es de lo más turbio", ha dicho. "En última instancia, debería de considerarse como una joya del imperio Mogol, claro que no hay nadie que parezca considerarlo".

Publicidad

Tales observaciones han sido difundidas por el profesor Peter Robb, profesor e investigador de la historia de India en la universidad de estudios Orientales y Africanos de Londres. Según Robb, si bien las acciones del EIC y de la monarquía británica — que se dedicó a lustrar el diamante durante tres años hasta desposeerlo del 40 por ciento de su peso para que brillara más y fuera más agradable de ver — son deleznables, lo cierto es que fueron consecuentes con los usos y costumbres de la época.

"Todo lo que uno pueda pensar desde el punto de vista de hoy [en relación a la conquista de Punjab] no tiene nada que ver con las leyes de la época, que respetaban lo que sucedió entonces", ha escrito a través de un correo electrónico.

EEUU, el Reino Unido y los 'daños colaterales': anatomía de sus asesinatos en Yemen. Leer más aquí.

Según Robb el hecho de que el diamante pasara por manos de tantos propietarios "ninguno de los cuales dirigió un país o una nación llamada India "es un punto fundamental a considerar en el debate sobre quién es el propietario legítimo de hoy. Sucede que la joya también viene siendo reclamada por Pakistán desde 1976.

"¿Acaso pertenece al pueblo indio por alguna suerte de motivo místico o atávico? ¿Acaso porque se cree que fue descubierta en lo que hoy es el territorio del país?", escribe Robb. "Formular la pregunta en tales términos demuestra que no existe ninguna doctrina legal de recibo; si hubiese que referir la misma deducción a la historia del mundo daríamos con un sinfín de situaciones absurdas y de reclamos injustos".

Publicidad

El primer ministro hindú, Narendra Modi ya ha conseguido repatriar multitud de instrumental rumbo a su país desde que asumiera el poder en 2014 — como por ejemplo una estatua de la diosa Dura del siglo X, que le ha sido devuelta por Alemania; o una escultura de casi 900 años de antigüedad, a la que se conoce como a la mujer Loro, repatriada desde Canadá. Modi también ha conseguido recuperar a deidades que habían sido expuestas hasta hace poco en galerías de arte australianas.

Claro que el gobierno británico siempre se ha mostrado de lo más obstinado con el caso del diamante Kohinoor. El actual y desafortunado primer ministro británico, el conservador David Cameron, ya dijo en 2010 que devolver la piedra preciosa supondría "establecer un innegociable precedente".

"Si dices que sí a uno, entonces te encontrarás con que, de pronto, el museo británico estará vacío", proclamó Cameron en rueda de prensa durante un viaje al país al que vapulearon sus ancestros.

De hecho, al menos 16 gobiernos distintos han expresado ya su deseo de que el museo británico les devuelva piezas que consideran arrebatadas. Algunos de los ejemplos más prominentes son la colección de esculturas de la Grecia Clásica a la que se conoce como a la colección Maravillas Elgin, y la piedra de Rosetta, la cual lleva inscrita una leyenda ordenada por el rey egipcio Tolomeo en el año 196. A.C.

Claro que si bien Kaul, la historiadora de Saint Andrew, asume que la posesión del diamante debe de entenderse de acuerdo con la época histórica del legado colonial británico, también considera que la exigencia de repatriación no parece ser un asunto de gran importancia para la mayoría de los indios.

Publicidad

En imágenes: miles de camellos cruzan el desierto indio para una feria anual. Ver aquí.

"No estamos hablando de una exigencia pública indiscriminada que trascienda a las clases políticas y económicas. Se trata de un tema que siempre ha sido objeto del furor y de la controversia generado por grupos aislados", asegura.

Robb, por su parte, advierte que es peligroso basar la demanda en cuestiones que son eminentemente nacionalistas cuando todavía no se han resuelto muchas de las demandas formuladas por otros países que podrían tener el mismo derecho a reclamar el diamante.

"Por mucho que existan expresiones patrióticas tan dramáticas que reclaman que un país recupere lo que le pertenece, eso no significa que se trata de exigencias objetivamente válidas", escribe.

El apoyo para la repatriación del Kohinoor no se reduce solo a la india. El congresista británico Keith Vaz — el parlamentario de descendencia asiática más veterano del hemiciclo británico — también lleva tiempo exigiendo que la joya sea devuelta al país de sus ancestros.

"En informaciones previas se ha publicado que las declaraciones del fiscal general de la India sobre su Tribunal Supremo, las que le invitan a abstenerse de reclamar nada, son desconcertantes", ha escrito Vaz a través de un correo electrónico. "Yo saludo la aclaración que ha hecho el gobierno indio, en la que afirma que llevará a cabo todas las iniciativas que estén en su mano para devolver el diamante Kohinoor de manera amistosa".

Claro que más allá de las acciones que pueda emprender el gobierno indio, Robb considera que las llamadas a favor de la repatriación del Kohinoor continuarán cayendo en saco roto en el futuro próximo.

"No me puedo imaginar ningún escenario en que el diamante sea devuelto. Creo que el argumento tan repetido de que no puede sentarse un precedente así, bastará para que no se logre hacerlo", ha escrito. "A no ser que el gobierno británico decida que llevar a cabo un gesto así de grandilocuente y vacío pueda servir para alguna otra cosa".

Sigue a Charles Parkinson en Twitter: @charlesparkinsn

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs