Rusia afirma estar bombardeando Estado Islámico pero no parece frenar su avance

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Rusia lleva bombardeando objetivos en Siria desde hace más de un mes — según el Kremlin su intervención posibilitará que el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad liquide a la organización yihadista Estado Islámico (EI).

Claro que, curiosamente, el grupo terrorista no ha hecho otra cosa que seguir ganando terreno desde que Putin les señalara como objetivo.

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Este domingo, EI se hizo con el control de Maheem, una ciudad fundamentalmente cristiana de la provincia de Homs. Los yihadistas ejecutaron a 50 soldados del gobierno antes de reivindicar su nuevo trono.

El sitio de Maheem arrancó con la explosión de sendos devastadores coches bomba conducidos por conductores suicidas, según informa la organización sin ánimo de lucro radicada en Londres conocida como Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Estado Islámico alardeó poco después del ataque de su flamante conquista en un comunicado oficial en el que describe a la ciudad como un "enclave estratégico". El grupo terrorista señaló que la toma de Maheem ha ido acompañada del valioso aprovisionamiento de las armas de los caídos.

El nuevo avance sitúa a Estado Islámico 25 kilómetros más cerca de la crucial autopista Norte-Sur que conecta Damasco con las principales ciudades del país: Homs, Hama y Alepo.

A pesar del discurso triunfalista del Kremlin, la mayoría de los más recientes ataques del ejército sirio se han concentrado en otros grupos rebeldes antes que en EI. Las tropas de Assad luchan desde hace más de un mes con el apoyo de una tríada de ejércitos liderada por el ruso, y escoltada por combatientes iraníes y por los libaneses de Hezbollah.

El responsable del Observatorio Sirio , Rami Abdulrahman ha dicho que el ataque contra Maheem puede ser una respuesta a las ofensivas que EEUU y sus aliados están dirigiendo contra EI por el resto de rincones del país. La flamante alianza de los estadounidenses con algunos rebeldes se ha responsabilizado, por ejemplo, de la ofensiva desplegada contra EI en la provincia de Hasaka, en el extremo opuesto de Siria.

El domingo, el Observatorio Sirio informó de los encarnizados enfrentamientos entre la alianza rebelde — en la que habría tropas de la milicia kurda YPG — y combatientes yihadistas de EI en la zona de al-Houl, cerca de la frontera iraquí.

Paralelamente, se estima que la ofensiva desplegada durante el fin de semana por cazabombarderos turcos y estadounidenses terminó con la vida de más de 50 guerrilleros yihadistas de EI. Así lo ha anunciado la agencia de noticias Anadolu, dirigida por el gobierno turco.

Los ataques se producen después de que Estados Unidos anunciara la semana pasada que redoblaría su batalla contra la organización terrorista. La estrategia se ha consumado gracias al despliegue de fuerzas especiales por el país. Los representantes de las máximas potencias mundiales están reunidos ahora mismo en Viena para trabajar por la paz., mientras los grupos rivales desplegados en el terreno se descuartizan sin descanso.

El ejército sirio culpa ahora de la persistencia del conflicto a la asistencia extranjera con la que cuentan los rebeldes.

"La batalla seguirá siendo larga. El apoyo a todas horas no parece detener a los terroristas de los estados vecinos, especialmente a los de Arabia Saudí y Turquía", ha proclamado un militar sirio. El gobierno sirio se refiere a todos los rebeldes como a "terroristas".

Las facciones rebeldes piensan exactamente lo mismo de la asistencia extranjera que ha estado nutriendo a las tropas de Assad en las últimas semanas.

"Si la testarudez ruso-iraní persiste la situación no va a dejar de empeorar", ha subrayado Bashar al-Zoubi, responsable de la oficina política del ejército de Yarmouk, un grupo rebelde que opera bajo el paraguas del moderado Ejército Libre Sirio (ELS).

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