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VICE World News

Visitamos una 'fábrica' de buenos maridos en una China golpeada por la violencia machista

China está revisando cómo será su primera ley contra la violencia de género. Mientras tanto, VICE News ha visitado un curso único que se propone estimular la igualdad de género y mejorar el preámbulo del sexo.
Photo par Jamie Fullerton
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En una habitación recortada por una barata cortina amarilla, en el interior de un salón de té, al noroeste de Pekín, 15 hombres se esmeran en localizar el clítoris. Uno de ellos reúne el valor y sale a la pizarra. Le espera una reproducción dibujada con escasa sutileza de los genitales femeninos — se parece más a una especie de Pac-Man vagamente esquilado que a una vagina —. Lleva un rotulador en la mano.

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"¡Muy cerca!" exclama el doctor Fang Gang, el líder del grupo, mientras el hombre de la pizarra señala adónde cree conveniente. Entonces, otro miembro del grupo se incorpora y da un paso adelante para corregir el dibujo. "OK", dice Fang. "Lo tenemos — eso es el clítoris.

Fang continua con su tour anatómico mientras el resto se siente y toma notas. "¿Cuántos de vosotros habéis chupado el clítoris de vuestras parejas?", pregunta. Se alzan muchos brazos. Como si esto fuera una clase de instituto. "¿A cuántos de vosotros os han hecho una felación?". Entonces se declara un debate colectivo sobre cómo abordar mutua y lascivamente el preámbulo. Entonces llega el descanso del té.

Imagen por Jamie Fullerton

Estamos a primera hora de la tarde un martes. Hoy es el segundo de los tres días durante los que se imparte el curso "Buen padre, buena pareja", que ha sido organizado por el Círculo de Voluntarios chinos Lazo Blanco (CWRVN en sus siglas inglesas). Se trata de un plan diseñado para implementar la igualdad de género y desafiar las tradicionales leyes de la masculinidad en el país. La clase magistral sobre los preliminares del sexo es solo una parte del curso. Hay clases dedicadas al rol del padre, a las tareas domésticas, al cuidado de los niños y a las causas de la violencia machista.

Fang, director de CWRVN, se ha propuesto solucionar problemas sociales como la violencia machista, que considera que son un legado del pasado, de una concepción caducada de lo que significa ser un hombre en China. Algo así como una especie de duro líder familiar que deja la educación de sus hijos y las tareas domésticas en manos de su mujer. Fang quiere que haya más "hombres cálidos": se trata de un término acuñado recientemente para describir el cuidado y el cariño de hombres sensibles que creen en la igualdad de géneros. Todo empieza en esta habitación sobrecargada, frente al dibujo de una vagina.

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'Si una chica prefiere a un hombre más masculino, que vaya a por él. Yo no soy esa clase de hombre'

"Yo quiero alentar a los hombres a que se involucren y promuevan la igualdad de géneros", explica. "Y eso significa cuidar de sus hijos, compartir las tareas domésticas y luchar en contra de la discriminación laboral. Antes nos dedicábamos a ayudar a personas violentas y a sus víctimas. Ahora queremos dar un paso adelante y dirigirnos a gente normal, preguntarnos qué debemos de hacer para prevenir la violencia, antes que combatirla cuando ya se ha producido".

El tono del curso de hoy, cuyos asistentes son miembros ya afiliados al CWRVN que desean divulgar sus mensajes por China, es jovial. Sin embargo, el objetivo subyacente de abordar y contener la violencia machista, atraviesa todos los asuntos que se tratan.

Es un momento oportuno — el Comité de la Asamblea Nacional Popular de China está estudiando a día de hoy cuál será la primera ley del país dedicada a la violencia machista. El redactado de la ley se produce después de una serie de casos y de informaciones muy sonadas. La mayoría de las encuestas sugieren que entre el 25 y el 40 por ciento de las mujeres chinas son víctimas de la violencia machista. Sin embargo, son muchos los que están convencidos de que la cifra real está más cerca del 50 por ciento.

Imagen por Jamie Fullerton

Uno de los motivos por los que el maltrato a las esposas es tan común en China es porque se trata de un crimen que no está considerado de un modo tan vergonzoso y bajo como en otros países. Se trata de una idea que aporta uno de los asistentes a la sesión de hoy. Delante de sus colegas voluntarios y de algunos periodistas invitados, él habla sin tapujos de cómo solía pegar a su mujer cuando esta estaba en avanzado estado de gestación.

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"Le pegaba patadas cuando estaba en la cama", explica. "Ni siquiera recuerdo por qué lo hacía. Ella me decía que buscaría ayuda en alguna asociación de mujeres, pero a mí me daba igual. Un día, más adelante, llamé a uno de los teléfonos de asistencia de Lazo Blanco y hablé con un consejero que me explicó que hacía lo que estaba haciendo porque no recibí suficiente cariño ni amor cuando era un niño. Y la verdad es que mi padre me pegaba".

Este hombre, quien sabe, quizá impulsado por su culpabilidad, se ha convertido en un miembro activo de CWRVN tras haber reconocido lo terrible que ha sido su comportamiento. Sin embargo, no son tantos los hombres en China capaces de reaccionar tan deprisa y abrazar el camino de la redención. "La mayoría de los chinos son chovinista", dice Wang, de manera algo injusta. "Y son precisamente ellos los que necesitan un mayor entrenamiento. Pero es muy complicado — no podemos obligarles a que lo hagan".

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Wang reconoce que no es muy realista esperar que ni los maltratadores, ni aquellos ligeramente chovinistas a quienes les vendría bien un poco de entrenamiento en igualdad, se decidan a reconocer su problema, pagar un curso y atender a sus clases.

Así que, en su lugar, Wang ha invitado a muchos periodistas chinos a sus clases con la esperanza de que divulguen su mensaje en artículos de prensa, y que más clases dirigidas por voluntarios se lleven a cabo en China. "Debido a profundos motivos históricos y culturales, nos llevará mucho tiempo cambiar nuestra sociedad", precisa. "Pero queremos hacerlo paso a paso. De gota en gota se hace la ducha".

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Wang dice que promover el mensaje en contra de la violencia machista es uno de los asuntos de mayor envergadura a los que se enfrenta. Pero no se trata de la única característica necesaria para construir al "hombre cálido". Cuando ya haya caído la tarde, enseñará a sus discípulos a caminar alrededor de la mesa para que consideren si están preparados para ser padres. Poco después reparte unas cuantas muñecas de plástico y propone al grupo que empiecen a chillar como bebés. Mientras tanto, los que sujetan a las muñecas envuelven con pañales de papel a sus pequeños de polietileno.

Imagen por Jamie Fullerton

Pero… ¿Es este el hombre al que quieren la mayoría de mujeres chinas? ¿Es la masculinidad un atributo que tiene que considerarse y ser percibido como negativo? Fang insiste que sí. "Todo lo que hacemos contradice la idea de masculinidad", relata. "Cuando pusimos el anuncio para anunciar este curso online, muchas mujeres dejaron comentarios laudatorios. Decían que se casarían con los hombres que finalizaran el curso. Aunque también debo reconocer que los comentarios masculinos decían que se trata de un curso para entrenar a los hombres a ser esclavos de las mujeres".

El curso ha servido, al menos, para satisfacer a un cliente de 24 años de edad. Se llama Han Yang, es sosegado, lleva gafas y tiene un comportamiento amistoso. Yang pagó los 315 dólares que cuesta el curso y viajó de Pekín, procedente de la vecina provincia de Hebei. "Mis padres discutían muchísimo y no eran felices. A mí me daba miedo terminar como ellos si no hacía algo al respecto", explica Han cuando se le pregunta por qué se ha matriculado. "Necesito aprender a gestionar mis emociones".

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Han es soltero. ¿Le preocupa que el nuevo aprendizaje en cariño y sensibilidad pueda disuadir a las chicas de su edad que buscan pareja? Un informe reciente sugiere que en 2020 habrá en China 24 millones más de hombres que de mujeres. En un país en que viven 1,35 mil millones de personas, la competición por la pareja es cada vez más y más feroz.

Él se encoge de hombros: "Si una chica quiere a alguien más masculino, pues entonces que se vaya con él", confiesa. "Pero yo no soy ese tipo de hombre. A mí lo que me importa es estar feliz y confortable".

Imagen por Jamie Fullerton

Rao Xiuato, un profesor de instituto de la ciudad de Huainan, en la provincia central de Anhui, tiene confianza en que el mensaje de Fang se divulgue más allá de las paredes del salón de té. Él también es voluntario en el CWRVN y, después de lo satisfecho e inspirado que se ha quedado con las clases de hoy, ya planea abrir su propia franquicia en su ciudad. Xiuato buscó la ayuda de CWRVN después de padecer algunos problemas en su matrimonio. Uno de sus conflictos fundamentales es que le levanta la voz a su mujer sin darse cuenta. Él lo achaca al hecho de que es profesor y a que tiene que gritar para que se le escuche en clase.

"El curso es un buen ejemplo del progreso social", explica. Se refiera a la ley sobre violencia machista en el trabajo antes que al hecho de levantarle la voz a su mujer por error. "Pero esto solo es el principio. La nueva ley se acerca, pero lo importante es la consciencia que despierte a su alrededor. Tenemos un largo camino por delante y es difícil cambiar las viejas concepciones en tan poco tiempo. Claro que con una chispa se puede empezar un fuego poderoso".

A las 6pm Fang anuncia el descanso. Entonces los alumnos se incorporan y se dirigen en tropel a las bandejas del salón de té. Quizá la lección moral divulgada llegará, con el tiempo, a propagarse por China. A provocar que algunos hombres reconsideren sus relaciones de pareja y las cambien para mejor. Fang confía en que el gobierno descubrirá algún artículo de prensa en que se hable de su iniciativa y de que conseguirá la financiación necesaria para continuar. Lo mismo sus esfuerzos por concienciar se solaparán con el momento de introducción de la ley sobre violencia machista. Y quizá entonces, la losa de la historia empiece a cambiar de rumbo.

Es una losa gigantesca y exigirá un gran desplazamiento. Pero mucho antes de que todo esto se empiece a notar, habrá al menos 15 mujeres deseando conocer la radical mejoría de sus parejas en su exploración del delicado mapa del clítoris.

Información adicional por Cissy Young

Sigue a Jamie Fullerton en Twitter: @jamiefullerton1