Modelar al desnudo me permite viajar por el mundo
Foto por Thomas Holm. Todas las imágenes cortesía de los artistas

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Viajes

Modelar al desnudo me permite viajar por el mundo

Esta industria tiene sus pervertidos y sus fallas, pero amo la libertad y la creatividad que me ofrece.

He posado entre ruinas mayas en la Península de Yucatán, me he recostado en las playas blancas de Queensland y balanceado sobre piedras en un lago clarísimo en Irlanda. He visto paisajes desde la proa de un naufragio californiano y posado desnuda sobre un caballo en los desiertos de Utah. Esto es sólo una pequeña fracción de los lugares a los que me ha llevado mi trabajo. A mis 24 años, he tenido el privilegio de visitar 32 países en cinco continentes, algo que nunca hubiera logrado sin el modelaje artístico freelance.

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Todo empezó en el 2011, cuando tenía 18 y vivía en las afueras de Toronto. Una de mis amigas estaba haciendo sesiones de modelaje “trade for print” (TFP), donde no se intercambia dinero, para fotógrafos amateur. Hubo una sesión en particular que mostró y me encantó. Las fotos eran desnudos con clase, tomadas con luz natural y procesadas en blanco y negro. El modelaje parecía algo divertido que hacer durante los fines de semana, entonces me hice una cuenta en Model Mayhem y conseguí unas sesiones TFP en mi área.

La primeras sesiones fueron con ropa. Y si soy honesta, eran bastante incómodas. Yo no era nada natural y no entendía cómo posar ni cómo expresarme. A pesar de ello, me encantaron los resultados. Me ayudaron con mi autoestima. En retrospectiva, me dan pena esas imágenes, pero a los 18 se me figuraron lo máximo.

Foto por Adrian Holmes

Después de un rato, un fotógrafo con el que había trabajado me preguntó sobre hacer una sesión desnuda en un set que había construido. Tenía una caja de madera grande llena de luces. Quería que posara dentro de la caja para unas fotos de siluetas. La desnudez nunca me había molestado y me gustaba su idea, así que accedí a hacerlo. Me sorprendió que me sintiera mucho más cómoda posando desnuda que con ropa. Me empezaron a contratar para sesiones de desnudos pagadas durante los fines de semanas, que programaba alrededor de mi agenda de la universidad. Rápidamente se volvió mi único ingreso. Cuando me gradué con una licenciatura en trabajo social, pasé la mayoría del tiempo modelando mientras buscaba empleos en mi campo.

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Me fui en mi primer “gira de modelaje” por dos semanas y media en el verano del 2015. El tour me llevó por Canadá occidental y me dio mi primera probada del modelaje a tiempo completo. Me encantó la experiencia de trabajar con un grupo tan diverso de fotógrafos en tan poco tiempo. Su creatividad me inspiraba.

Fueron en esas dos semanas y media que empecé a considerar seriamente la posibilidad de ser modelo a tiempo completo. Me dije que si no resultaba, igual tenía mi licenciatura, entonces ¿por qué no?

No tardé mucho en darme cuenta de que, si quería tener un buen ingreso, sería necesario viajar lo más posible. Cuando te quedas en un lugar, tu clientela es limitada y hay menos oportunidades de sesiones. Pero si vas a muchas ciudades diferentes en secuencia, la demanda es más alta y puedes trabajar todo el día, diariamente, todo el tiempo que estés viajando. Actualmente, paso la mitad del año en giras. Mi tarifa está cómodamente a 125 dólares por hora y 800 dólares por día, lo cual me permite la libertad financiera para viajar otros dos meses al año (además de mi calendario de tours). Una modelo nueva puede ganar 50 dólares por hora o 300 por día, mientras que la modelos más buscadas pueden ganar más de 150 por hora o 1,000 por día.

Foto por Andrew Balfour

Mucha gente asume que irse de tour es “glamoroso,” pero la mayoría del tiempo no es verdad. Una de las ideas equivocadas más comunes es que yo consigo que la gente me pague los vuelos a todos estos lugares, pero eso es bastante raro. Ya que no tengo una agencia, normalmente yo decido dónde quiero trabajar. Como muchas otras en mi campo, yo pago por mis propios vuelos. Luego les notifico a los fotógrafos que voy a estar en su área a través de publicaciones en varias redes sociales, o les mando mensajes directos. Así puedo llenar mi calendario y ganar dinero.

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Mis clientes son bastante diversos, pero generalmente entran en una de cuatro categorías. La más común son los fotógrafos por hobby. Foto Kammer, por ejemplo, es un ingeniero de software. Trabajamos por primera vez en Canadá, pero los dos terminamos migrando a California, así que es donde la mayoría de nuestras colaboraciones se han llevado a cabo. Todas nuestras sesiones se han enfocado en desnudos artísticos y casi siempre tienen lugar en hermosos paisajes al aire libre. Por lo general, la mayoría de los fotógrafos aficionados con los que he trabajado no se preocupan por publicar sus fotos, ya que las toman más que nada por su propia diversión.

El segundo grupo de gente que me suele contratar son profesionales que se ganan la vida con otro género de fotografía. Cuando conocí al fotógrafo Adrian Holmes de Toronto, sus ingresos provenían más que nada de sacarles fotos a eventos, interiores y retratos corporativos o personales. Hemos trabajado juntos muchas veces para sus proyectos personales, los cuales han involucrado desnudos artísticos en lugares únicos, como una mansión grandiosa, un búnker abandonado y una casa histórica. Algunas de nuestras colaboraciones han sido mostradas en una exhibición en Toronto.

Un par de veces al año tengo la oportunidad de trabajar con fotógrafos de las bellas artes a tiempo completo como Steve Richard. Steve me contrató para modelar en uno de sus talleres de dos días en Hamilton, Ontario. En el taller, le enseñó fotografía e iluminación de estudio a los participantes. Es la situación más común bajo la cual llego a trabajar con fotógrafos artísticos profesionales, aunque a veces me contratan para sus proyectos también.

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De vez en cuando también trabajo con artistas más tradicionales, como pintores y artistas de bocetos. En marzo, tuve el privilegio de trabajar con Sergio Lopez en su estudio en Santa Rosa para una serie de fotos de referencia. Luego usó las imágenes para crear pinturas surrealistas al óleo que fueron exhibidas en Rehs Contemporary Galleries en Nueva York.

Aunque la mayoría de mis clientes son buenas personas, a veces hay manzanas podridas. Siempre recomiendo revisar las referencias, pero tengo que admitir que con la cantidad de sesiones que hago —aproximadamente 250 al año— no tengo tiempo para investigar cada persona con quien trabajo. Entonces, las herramientas más importantes que tengo para sentirme segura son mi intuición y el sentido común. La gente que es demasiado halagadora sobre mis “bienes”, que me manda mensajes “solo para platicar” a horas extrañas, que me pide “servicios adicionales” o que parece tener un currículum falso me da señales de alarma. Simplemente me rehuso a trabajar con esta gente y eso seguramente me ha ahorrado muchos encuentros negativos.

Aunque trato de usar mi mejor juicio, ocasionalmente sí termino en situaciones incómodas. Me han dado nalgadas, me han comido con los ojos y sacado fotos que muestran más de lo que originalmente fue acordado. Una vez en Los Ángeles, un fotógrafo quería que firmara una autorización que decía que no me había forzado a hacer nada que no quisiera antes que empezara la sesión. Cuando me negué, él me dijo que era exmilitar y que si quisiera lastimarme, podía bloquear todas las salidas. Por suerte estaba bromeando. Comparado con otras modelos, mis experiencias han sido bastante templadas. A pesar de los riesgos, amo mi trabajo y no lo cambiaría por nada en el mundo.

Por desgracia, sé que mi carrera tiene fecha de expiración. Aunque el modelaje freelance suele agrupar una variedad más amplia de looks y figuras, es generalmente importante tener una apariencia joven. Por esta razón, es prudente tener un plan de jubilación. Hasta hace poco pensé que volvería al trabajo social, pero me he acostumbrado demasiado a la libertad que conlleva ser tu propio jefe. Por fortuna, mis papás me enseñaron a ser responsable con mi dinero, así que estoy cerca de comprar mi primera propiedad de inversión. Mi plan es tener por lo menos dos o tres propiedades que me generen ingresos para cuando me jubile del modelaje a tiempo completo. Mientras tanto, planeo aprovechar al máximo los años que me sobran creando el mejor arte que pueda en el mayor número de lugares que pueda.

Visita a Sienna Hayes en su sitio web, Instagram, Patreon, y Model Mayhem.