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El auge de opio en Afganistán: un fracaso de las políticas estadounidenses

El cultivo de amapola creció un 67 por ciento este año, lo que demuestra que los esfuerzos de Estados Unidos por terminar con el mercado de las drogas no han dado resultado.
Imagen vía Reuters/VICE News

Un nuevo elemento se suma a la lista de datos alarmantes que salen de Afganistán: se trata de un nivel récord en el auge de opio.

El cultivo de amapola creció un 63 por ciento en 2017, de acuerdo con un nuevo informe de Naciones Unidas publicado este miércoles. El informe despierta dudas sobre la capacidad del gobierno de Afganistán y la eficacia de los esfuerzos antinarcóticos en los que el ejército de Estados Unidos ha invertido unos 8.500 millones de dólares. Eso es además una señal de que el gobierno norteamericano está teniendo serios problemas para contener el resurgimiento Talibán.

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Desde 2002, el ejército estadounidense ha gastado miles de millones de dólares tratando de detener el comercio de opio en Afganistán, pero todo indica que de poco ha servido, ya que sólo diez de las 34 provincias están libres de amapola.


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"Los desafíos relacionados a la ley del país, como la inestabilidad política, la falta de control y seguridad gubernamental, así como la corrupción, han sido los principales impulsores del cultivo ilícito", señala el informe, y agrega que "las escasas oportunidades de empleo, la falta de educación de calidad y el acceso limitado a los mercados y servicios financieros continúan contribuyendo a la vulnerabilidad de los agricultores ante el cultivo de amapola”.

En la provincia de Helmand, la cual ha tenido fuertes enfrentamientos en los últimos meses, el cultivo de opio aumentó en un 79 por ciento respecto al año anterior, lo que representa aproximadamente la mitad del aumento total del país.

Por otro lado, en la provincia de Balkh, el cultivo de amapola aumentó casi seis veces entre 2016 y 2017. La provincia tenía bajos niveles de producción hasta 2017, y estuvo libre del cultivo de esta flor entre 2012 y 2014.


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Estos descubrimientos de la ONU son los últimos de una serie de preocupantes informes que ponen al descubierto los desastres que ha dejado la guerra en Afganistán. Este conflicto ya tiene 16 años, y los talibanes parecen ahora más fuertes.

Este grupo ha continuado creciendo en 2017, ampliando su alcance a nuevos distritos y realizando ataques más frecuentes y sofisticados.

El número de víctimas civiles alcanzó su punto máximo durante los primeros seis meses de 2017, contando hasta 5.234, según el más reciente informe de la organización SIGAR.

El secretario de Defensa James Mattis anunció en agosto que Estados Unidos enviaría 3.000 soldados más a Afganistán a finales de este año en un esfuerzo por combatir los recientes avances de los talibanes. Pero los expertos son escépticos de que esto inclinará la balanza a favor de Estados Unidos, considerando el estado de las fuerzas afganas y el dominio de los talibanes.

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