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delitos sexuales

Analizamos la app española que quiere evitar denuncias falsas por violación

iSex fue creada para acreditar el consentimiento de las relaciones y evitar las denuncias falsas por delitos sexuales.
Captura de pantalla de iSex

Mientras que algunos ponen en entredicho el respeto a la Igualdad de género en el proceso judicial de La Manada, #JusticiaPatriarcal se convierte en trending topic y se convocan manifestaciones al hilo de este asunto, José Luis Sariego, un abogado sevillano, ha decidido impulsar iSex, una aplicación para "evitar posibles denuncias falsas por agresión sexual".

El funcionamiento de la aplicación, que Google ha decidido retirar de la App Store (posicionándose así sobre ella), es sencillo: te la descargas, le pides a la persona con la que vas a tener sexo que haga lo mismo y ambos confirmáis a través de ella que la relación sexual que os disponéis a tener es consentida.

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Tu nombre, e-mail y número de teléfono quedarán registrados. No es la primera vez que se promueve la creación de una prueba que acredite el consentimiento sexual. Lo curioso de esta es que su finalidad sea "evitar las denuncias falsas por agresión sexual" en lugar de evitar las propias agresiones sexuales.

Su creador, que en su perfil de Twitter se define como "abogado de familias", declaró que la app también te permite que "si sufres una agresión por parte de esa persona que firmó el acuerdo, denunciarlo rápidamente y saber dónde encontrarlo", porque tu teléfono registra su número y mail.

Que el propio creador asuma que la aplicación no evita los delitos sexuales, sino única y presuntamente las denuncias falsas, ya dice mucho de ella. Firmar un acuerdo de consentimiento sexual previo nunca implica, efectivamente, que se produzcan delitos sexuales, máxime cuando en él no se contempla que sí y que no consentirán los firmantes.

Pero, ¿qué piensan los jóvenes a los que va dirigida esta aplicación o las asociaciones feministas? ¿Qué validez jurídica tiene como prueba iSex en caso de denuncia por agresión sexual? Se lo preguntamos.

Que el propio creador asuma que la aplicación no evita los delitos sexuales, sino única y presuntamente las denuncias falsas, ya dice mucho de ella

Desde el punto de vista jurídico, Julia Álvarez Martín, de la Cooperativa Jurídica Artigo 14 nos cuenta que la aplicación tiene escaso valor probatorio. "Las relaciones sexuales que respetan la libertad de los intervinientes tienen que ser consentidas, pero ese consentimiento no debe darse solamente al inicio de la relación, sino durante todo el tiempo que transcurre la misma para que sea considerado un consentimiento válido. Por lo tanto, es irrelevante jurídicamente que en un momento se acepte mantener relaciones sexuales si, posteriormente y por las razones que sean, el consentimiento es revocado.

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El delito de agresión sexual en el Código Penal viene tipificado como un atentado a la libertad sexual de las personas. Esta libertad es un derecho básico y está relacionado con la libre disposición del cuerpo, con la intimidad y con el derecho inalienable de autodeterminación personal.

La sensación que genera en una jurista la aparición de una app con estas pretendidas funcionalidades es que, lejos de proteger a las víctimas de las agresiones sexuales (bien jurídico protegido) se busca la exoneración penal del agresor."


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Pero la conversación sobre iSex no se reduce a si es válida o útil jurídicamente o no. La opinión pública ha juzgado, sobre todo, su intencionalidad y los valores machistas en los que se basa su creación.

"Esto es una cortina de humo, con la intención de desviar el tema pensando que los varones se tienen que cubrir las espaldas, como si las denuncias fueran un arma para desacreditar a los hombres inocentes y no una consecuencia de cómo actúan", dice Clara, de 25 años.

Patricia, de 26 años, comenta que esta aplicación le parece sacada de "un capítulo de Black Mirror. Para evitar denuncias de delitos sexuales lo único que hay que hacer es dejar de cometer delitos sexuales. El señor que ha creado iSex no ha tenido en cuenta que hay algo, que se da a veces en una relación sexual, que se llama cambiar de opinión. Y su invento se basa en una idea totalmente misógina y machista, y es la de que las mujeres nos inventamos las denuncias en general y las interpuestas por delitos sexuales en particular".

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Borja, de 24, piensa que la aplicación es "una soberana gilipollez, porque si una agresión sexual se ha producido o no puede acreditarlo un experto (un ginecólogo, un psicólogo), no una firma electrónica."

A Luis, de 27 años, le parece útil su creación "porque las denuncias falsas son una realidad demostrable. Y esa realidad se estudia en las facultades de Derecho (hasta tuve una práctica de procesal penal sobre eso). También creo que quien se la bajara y pidiera a la persona con la que se va a acostar que la firmara no follaba esa noche", añade.

A Luis, de 27 años, le parece útil su creación "porque las denuncias falsas son una realidad demostrable"

Las mujeres que pertenecen a colectivos feministas no piensan como él, quizá porque, en efecto, las denuncias falsas son una realidad demostrable: la Fiscalía señaló que solo el 0,01% de las denuncias por violencia machista pertenecen a este grupo.

Begoña, del colectivo feminista La Diana de la UAM piensa que "esta aplicación lo único que refleja es el miedo y el odio que se tiene hacia la mujer. Siempre nos quieren someter, por miedo. Nos llaman feminazis, cuando nos disparan en el patio de un colegio, delante de nuestros hijos. Nos cuestionan sistemáticamente al denunciar una violación, crean una aplicación para salir impunes de agresiones… No hacen otra cosa que mostrar, una y otra vez, el miedo que nos tienen a que hagamos con ellos lo que ellos hacen con nosotras; miedo a que les exterminemos como ellos hacen con nosotras."

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Marta, que pertenece a la Asamblea de la Casa Feminista de Valladolid, considera que "esta aplicación para evitar denuncias falsas responde a un rearme del heteropatriarcado respecto a lo que yo considero que es un auge del feminismo actual, que parece que está mucho más aceptado y visibilizado, en gran parte a los medios de comunicación online y herramientas 2.0 y la aparición de diversos feminismos. Me parece bastante absurdo que se genere una aplicación como ésta, para ese bajísimo tanto por ciento, que no llega al 1% de supuestas denuncias falsas por parte de mujeres. Y, si lo atendemos en términos incluso de mercado, me parece un número tan ínfimo que es, básicamente, un ataque ideológico el que se está produciendo con esta herramienta".

Y continúa "Por otra parte, me parece significativo el hecho de que aplicaciones de este tipo aparezcan, ya que creo que también responden a una falta de empoderamiento feminista tecnológico. Recientemente he participado en Akelarre Ciberfeminista, un proyecto que ponía en cuestión que las mujeres, y sobre todo las feministas, no nos hemos acercado a la tecnología a lo largo de la Historia en un sentido creativo. Esto hace que las apps sean creadas por hombres y por personas machistas".

"Aplicaciones de este tipo aparezcan, ya que creo que también responden a una falta de empoderamiento feminista tecnológico" — Marta, Asamblea de la Casa Feminista de Valladolid

"Vamos a poner un botón que avise directamente a la Policía para ayudar a la gente que sea agredida. Imagina que la chica de La Manada hubiese tenido esta app", ha dicho su creador, José Luis Sariego. Pero la sensación generalizada quizá sea que, si la chica de La Manada hubiera tenido esta app, se habría vuelto contra ella. Igual que se puede obligar o violentar a una persona para que mantenga relaciones sexuales, se la puede coaccionar para que presione una pantalla. O incluso hacerlo por ella. A Sariego se le olvida que a la chica de La Manada también le robaron el móvil.