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Sexo

Mi miedo al contacto físico está arruinando mi vida

AJ, un diseñador gráfico de 23 años, explica como la hafefobia (el miedo al contacto físico) ha afectado su habilidad de vivir y amar.
Foto ilustrasi via Flickr usuario Emily P.

La hafefobia es el miedo de tocar a alguien o de ser tocado. Ya sea por extraños, amigos cercanos, e incluso la pareja, las personas con hafefobia encuentran el contacto físico sumamente incómodo e incluso insoportable. No suele ser por miedo a los gérmenes o la contaminación —eso es misofobia—, sino por una obsesión por el cuidado del "espacio personal".

Para entender el día a día de alguien viviendo con esta fobia, decidimos hablar con un diseñador gráfico de 23 años llamado AJ. Él nos contó cómo se dio cuenta de su problema, cómo afecta su vida romántica, y cómo suele ofender a la gente al no permitirles tocarlo.

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Cuando alguien me toca, me duele. No puedo explicarlo de otra forma. Hasta hace poco, recordé todas las veces en las que alguien tuvo contacto físico conmigo en la vida: Dónde me tocaron y lo que debí haber hecho en ese momento para prevenirlo. Cada vez que alguien se hacía muy cerca, yo me ponía ansioso. Cuando me tocan, siento como si me quemara y la sensación de la mano en mi piel permanece durante mucho tiempo. Me siento violado y debo concentrarme en otra cosa para olvidarlo. Un amigo me dijo una vez que es chistoso verme caminar a través de grupos de personas porque me contorneo alrededor de ellos para estar seguro de no hacer contacto con nadie.

Me he sentido así toda mi vida, pero fue solo hasta el primer año de secundaria, cuando salió un video llamado "Free Hugs", que me di cuenta de que tenía un problema. Para ese entonces, estaba haciendo una investigación para una revista de psicología y conocí el término "hafefobia". Cuando lo vi quería enseñárselo a todos y decirles "¡Vean! Es real", y eso fue justamente lo que hice.

Mis padres se burlaron. Ellos dijeron que los seres humanos necesitan el contacto, aún cuando ellos no eran muy físicos en sus muestras de afecto. Sorprendentemente, mi bisabuela era llamada "la gran intocable" a sus espaldas. Y, como a ella, creo que mis padres me han abrazado solo unas cuantas veces en mi vida. Y nunca nos damos besos, ni siquiera en las mejillas. De hecho, cuando era niño, escuché sin querer a mi mamá hablando de lo desagradable que era que las familias besaran a sus hijos. Yo nunca dudé de su amor. Es solo que el contacto físico no era su estilo.

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La hafefobia ha afectado todas mis relaciones personales pero, sorprendentemente, las mujeres responden a este problema mucho mejor que los hombres. Creo que es porque entienden que no solo estoy interesando en tener sexo con ellas. Muchas incluso asumen que soy gay. Yo no sé que se siente ser mujer, pero pareciera que se sienten acosadas por cada chico que conocen, y eso debe ser un infierno.

Pero solo porque no me gusta que me toquen, no significa que no tenga un impulso sexual. Es solo que no actúo a menos que me sienta realmente cómodo con la otra persona. Una vez unos amigos me dijeron que llevaríamos una chica ebria del bar porque ella no podía manejar. En el momento no me di cuenta, pero querían que me acostara con ella. Para ese tipo de momentos cargo un anillo de matrimonio falso que me sirve para decirle a chicas como ella que soy casado. Ella durmió en el sofá esa noche y yo no pude descansar pensando que, de todas formas, ella podría entrar a mi habitación e intentaría tener sexo conmigo.

Hay algunas amigas cercanas por las cuales he estado interesado y con las que he intentado tener sexo. Mi corazón se acelera y termino sin sentir ningún tipo de satisfacción. Esto hizo que las mujeres con las que me acostaba se sintieran inseguras con ellas mismas en algunas ocasiones, así que empece a automedicarme con alcohol para calmarme. Ahora también podría culpar a la cerveza por mi inhabilidad de eyacular.

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Esta es una de las razones por las cuales caí en el alcoholismo…y luego conocí a una enfermera. Ella me tendía su mando, me decía que la tocara, que no me haría daño. Luego me hacía tocarle el brazo, o me tocaba la cara y me decía que no era malo. Era incomodo, pero ella encontró la manera de hacerlo divertido. Terminamos casándonos. No lo hubiese podido lograr sin su ayuda. Mi esposa tiene dos hijos. He vivido con ellos por dos años y nunca los he tocado, ni siquiera un roce accidental.

Una vez en un bar, vi a mi amigo poner su mano en el hombro de un tipo mientras pasaba y recuerdo haber pensado Eso fue lindo, desearía poder hacer eso, pero no puedo. Cuando voy a un lugar concurrido tiendo a emborracharme, y si no puedo hacerlo entonces termino murmurando con algún perro imaginario. No es que me agache a consentir alguna mascota inexistente, simplemente hablo conmigo mismo. No sé porque eso ayuda a calmarme, pero lo hace. He sido descubierto hablándole a mi perro imaginario por algunas personas y les digo que solo estoy cantando. Mis brazos casi siempre están cruzados pero intento sonreír y reírme de los chistes, pero siento que estoy actuando de manera contradictoria y que me veo como un psicópata.

Me he vuelto bastante bueno evitando contacto con otras personas, así que ya casi no tengo malas experiencias. Soy artista gráfico, pero estoy haciendo una transición para convertirme en programador porque el contacto con otros es menor. Además, he aprendido a pagar deliberadamente con tarjeta y no con efectivo. Si estoy lidiando con vueltas, solo les suelto las monedas en las manos e intento que hagan lo mismo por mi.

Sin embargo, no puedo controlarlo todo. Una vez mi jefe me dio una tarjeta de navidad e intentó abrazarme, pero yo inmediatamente retrocedí y le expliqué que no podía abrazarla. Ella obviamente se sintió mal, pero apenas abrí la tarjeta y vi que me había dado una gran bonificación, me sentí mucho peor.

Y hace unos días mi suegra estaba llorando y lo único que pude hacer fue acercarme un poco a ella. Intenté darle una palmada de ánimo en la espalda, pero lo único que logre fue tocarla con el dedo.

Ha sido un largo viaje. Si no hubiese hecho algunas cosas por rehabilitarme, seguramente tendría problemas de hígado a estas alturas, gracias al trago. Y hay veces que me siento como un intruso, pero mantengo algunas dificultades, ya que prefiero no ser tocado a ser incluido. Todavía estoy en los primeros pasos para superar esto y ya veremos a donde llego. Porque creo que mi papá tiene razón: Los seres humanos sí necesitan el contacto. Solo necesito una manera de sentirme más cómodo con eso.