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Facundo Balve.
Música

Cazzu es la propuesta más punk de la música latina

Tuvimos una gratificante charla con Julieta Cazzuchelli, aka Cazzu.

"El machismo está en la industria y en las personas, o sea, es machista que alguien diga: 'guau, Cazzu le mete como un hombre, rapea cabrón', eso claramente es machista. No comparto la idea de que el reggaetón sea machista, porque el machismo siempre estuvo en el receptor y en el emisor. El género no es machista, machistas son las personas", me dice Cazzu por teléfono, propuesta obligada en la música urbana latinoamericana.

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En casi todos los medios nacionales e internacionales en los que he visto el nombre de Cazzu la nombran la "reina" de la música urbana en español. Y sí: Julieta Cazzuchelli, nacida en Argentina, es uno de los actos más relevantes en Latinoamérica, pero aún siente que no ha podido quitarse la etiqueta de "mujer" antes de cualquier adjetivo calificativo que la prensa le da en sus titulares: "No me siento la mujer más importante, pero es que tampoco somos muchas. Me encantaría ser la artista más importante, pero como soy la única mujer, es fácil ser la más importante. No le doy importancia a ese tipo de cosas porque siempre con que tengas el título de mujer seguido de cualquier título, pues esto va a valer menos. Porque las mujeres siempre somos las mujeres en todos los ámbitos", opina la originaria de Ledesma, Jujuy.

Cazzu fue parte clave del boom del trap argentino y ha contribuido a posicionar el género como uno de los más fuertes de Latinoamérica. "Loca", uno de los hits definitivos para el trap en su país que hizo junto a Duki y Khea, tiene más de 420 millones de vistas en YouTube. "Creo que 'Loca' fue la canción que representó un cambio importante en el trap argentino. Antes se había lanzado una canción que se llama 'La codeína', pero 'Loca' fue una canción que se popularizó en todo el país de una manera muy extraña, muy rápido, entonces creo que ese fue el inicio de una nueva etapa musical", dice la artista.

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Su disco Maldades (2017) apareció en un momento vital para la escena del trap argentino: aún no tenía el nivel masivo que tiene a día de hoy. Estaba empezando a viralizarse y Maldades fue parte importante en ese impulso. Hoy, en 2019, Cazzu consolida su discurso con Error 93, asegurando su posición como una de las caras y voces claves para entender la música urbana en español.

Hablé con ella sobre su posición en el género, la contracultura que pareciera representar el movimiento del que ella es parte clave, machismo, reggaetón, trap y punk.

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Foto por Facundo Balve.

VICE: Leí un comentario en el que decías que te faltaba un hit, ¿aún sientes que es así?
Cazzu: Sí, pero mi aspiración en la música no es tener hits. No es algo que me desvela, creo que es más importante que tu arte o tus discos sean un hit a que vos lo seas. Por lo completo de tu arte y que se venda entero. No que tengas una canción que todo el mundo conoce y ya. Prefiero siempre medir el éxito de mis canciones o discos con la gente en mis conciertos, porque por ahí el internet puede ser confuso y engañoso, entonces siempre la manera importante de medir cuan bien lo hiciste es cuánta gente lo canta.

La música urbana recibe críticas con frecuencia por el contenido de sus letras o el lugar de donde vienen. Tú tienes un discurso de empoderamiento. ¿Cómo lo ves desde adentro?
Sí, yo lo veo distinto. No comparto la idea de que el reggaetón sea machista, porque el machismo siempre estuvo en el receptor y en el emisor. A la gente le molestan mucho las mujeres que están libres y hacen con su cuerpo lo que quieren y se visten como quieren. Entonces siento que el concepto de reggaetón no es machista, es machista la gente que piensa que eso es machista. Si una canción de reggaetón dice: 'a ella le gusta que le dé látigo y le doy látigo', ¿qué tiene de malo si a ella le gusta? La sociedad siempre se empeña en que nosotras siempre tenemos que estar aplicadas y estar en una casa y cocinar, tener hijos, vestirnos con ropa larga. Todo lo demás está mal. Entonces creo que el concepto de machismo lo puso la gente y no el género. Y como no puedo ver el género como algo machista, no tengo la misma idea del género y de que voy en contra del género, en realidad yo hago lo mismo pero como soy mujer lo canto desde mi punto.

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Esta respuesta que me acabas de dar, además de tu imagen y lo que siento al escuchar tu música, es algo bastante punk, que quizás es necesario en la música urbana. Porque al volverse tan, tan popular siento que perdió un poco esta actitud que había antes. ¿Lo ves así?
Sí, yo también lo veo así. Sobre todo porque está construida de una manera más desinteresada, más interesada en el arte y menos interesada en la industria. Si bien van de la mano, la intención siempre es de primero hacer música y luego ver si funciona o no, en vez de que sea al revés, como hacer música para que pegue o sea muy popular y ya.

¿Crees que el trap o el reggaetón pueden ser contraculturales hoy? Digo, por lo populares que son.
Sí, pero también dudo, porque igual es la nueva generación de personas las que están presentando atención a este tipo de música. En cuanto a la contracultura creo que todavía cuesta mucho porque acuérdate que apenas empezaron a montarse muchos artistas pop al trap y la gente se confunde, entonces piensan que tal artista pop hace trap y en verdad el trap tiene un concepto. No porque te montes en un beat de trap estás haciendo trap. Entonces ahí es donde tu pregunta se vuelve difícil de contestar porque los raperos y la gente que habla de la calle es la que hace trap en realidad, y eso sí puede ser la "contracultura". Hay mucho trap que no es trap.

Comenzaste haciendo cumbia; ¿ves similitudes entre la cumbia y el trap?
Sí, obvio, hablan de lo mismo, o se supone que así debería ser.

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Claro, yo creo que no hay nada más trap o rap que el folclore.
Obvio, y el concepto de calle también, porque yo creo que la cumbia en Argentina es de los estratos sociales bajos, como lo es el hip hop en los Estados Unidos.

Te vi hace poco en Rosarito, en el Baja Beach, y una de las cosas que más me llamó la atención es que aunque todo el line up era de artistas latinos, en el público casi nadie hablaba español. Casi todos eran gringos. ¿Qué opinas de que 40.000 personas que no hablan español hayan ido a un festival de música en español?
Sí, eso fue sorpresivo, no sabía que ese iba a ser el público. Me resultó raro, un poco extraño porque a veces siento que la cultura latina se volvió como una especie de zoológico para los norteamericanos. Como si fuéramos una especie rara y exótica, entonces no sé si me siento cómoda en ese tipo de festivales. Ahora, si la gente escucha nuestra música y le parece que es genial, es distinto. Pero en los festivales pasa algo como: "Ah, música latina, vamos". O "guau, mira, un latino, tómale una foto".

Creo que las razas, como la gente de color en Estados Unidos y los latinos, estamos dominando en todo. Entonces creo que a ellos no les queda demasiada opción, es aceptarlo matarlos a todos, es algo extremo. A pesar de que mis raíces más ancestrales sean italianas o europeas, yo soy argentina y Argentina es el último pedazo de Latinoamérica.

¿Sientes que cuando hablan de ti en Estados Unidos te dan este trato? Que dicen: "guau, es alguien que canta en español, hay que hablar con ella", así sea mala o buena tu propuesta…
Sí, a veces es como: "Guau, una latina que no parece latina, qué extraño". Como que a veces siento que es esa la apreciación, pero porque estamos siempre concentrados en eso. En mi mismo género a veces la gente dice "¡oh, una mujer que no parece una mujer normal!" o guau, mira ¡un rapero gay!" Siempre estamos etiquetando todo; si yo hago algo bien hoy, es impresionante porque "una mujer hizo algo bien" y no porque Cazzu hizo algo bien. Es algo que es muy difícil que lo comprenda la gente, porque las personas que menos lo comprenden son los comunicadores.

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Cuando hablo con otros periodistas la gente está concentrada en que el género es machista, por ejemplo. Por ahí es uno de los pozos ciegos más grandes que veo, porque siento que no hay una conciencia de lo que estamos escuchando. Cuando yo me siento a pensar y a analizar por qué algo me gusta o no, trato de hacerlo con bases sólidas. Si tú vas con alguien y le preguntas: "¿Qué es lo que te molesta del género? ¿Por qué lo consideras machista?", ¿tú qué crees que te va a contestar? Que hay muchas mujeres en poca ropa, las letras, etc.

Sí. Son las críticas más comunes. Quiero que sepas que eres la primera artista del género que me da esta respuesta. Siempre me dicen: "Sí, el género fue machista".
El machismo está en la industria y en las personas; o sea, es machista decir "qué buena es Cazzu, rapea como hombre". Eso es machista. Una actitud machista de la industria es, por ejemplo, separarnos entre artistas y artistas femeninas. Cuando hablan de J Balvin no dicen: "El artista masculino". Eso es uno de los rasgos machistas que tenemos en la industria, que quiere mujeres aunque no sean buenas y no canten bien, no puedan escribir. Con que se vean bien y vendan bien y hagan algo controversial, funciona. Eso es machista porque deja de respetar el arte.

Por ahí encuentro demasiado machismo en el género, pero en las personas, no en las letras o canciones. Aunque el otro día escuchaba una canción que decía: "Ella se la pasa con su falda corta pero no le gusta que yo le grite cosas"; eso sí es una canción machista, pero es solo una, sin importar el género. El machismo está, y lo sufrimos muchísimo, hoy está reflejado en la industria y que los empresarios quieran mujeres que estén haciendo cualquier cosa, ya sean buenas o malas. Ese es el verdadero machismo.

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En cuanto a letras, en realidad lo que más molesta es el conservadurismo: "Ay pero mira qué dijo, dijo que tiene el culo grande y le gusta mostrarlo". ¡Déjala que lo muestre, a ti que te importa! ¿En qué parte queda la libertad de esa persona que quería salir a mostrar su culo gigante? Siento que tampoco ellos [los hombres] lo entienden así, porque cuando tú les preguntas a los traperos o reggaetoneros por qué piensan que no es [el género] no saben qué contestarte.

Las respuestas que me han dado cada vez que trato de explicar este tema vienen más sobre las letras, y si nos vamos a eso, todos los géneros tienen letras que dicen eso. El rock también fue muy conocido por eso.
Sí, pero lo que yo siempre sentí del género, y quizás una de las cosas que me hizo elegirlo, es que cuando vos estás escuchando reggaetón o trap y están hablando de una mujer casi siempre están hablando de alguien que hace algo que tiene ganas de hacer y que muestra una realidad. Por ejemplo, le cantan a las strippers y a todo el mundo le parece que es una aberración, ¿pero y si a ella le gusta ser stripper? Siempre la crítica pasa por la cuestión conservadora, porque si a ella [la stripper] le gusta, es lo único que importa. Si ella quiere ser lo que es, es lo único que importa. Entonces ahí nosotros no tenemos potestad para decir si eso está bien o mal, a menos de que estén matando o violando a alguien, eso sí esta mal, pero que una mujer haga con su cuerpo lo que quiere, o muestre lo que quiera mostrar, mucho daño no le está haciendo a nadie. Y sobre todo, que las mujeres sean libres con su cuerpo no habilita a ningún hombre a hacer nada con el cuerpo de una mujer; siempre tiene que existir una aprobación, si no, pues se está ejerciendo una violación.

Este tipo de discurso yo lo asocio mucho más a lo que significó el punk y la idea del punk que a cualquier otra cosa. Por último, la primera vez que te vi, vi que en tu biografía decía "niña emo". ¿Sientes que la ola de la música emo de los dosmiles está en tu disco?
Sí, súper, un montón. De hecho también hubo muchos artistas contemporáneos a mí que revivieron cosas que todos escuchábamos en ese momento, creo que todos revivimos un momento que nos marcó un montón en cuanto a personalidad y adolescencia.

¿Por qué crees que estamos queriendo volver a vivir o encontrar eso?
Pienso que es una cuestión de que todo vuelve. No sé exactamente por qué, pero pienso que siempre estamos intentando volver. Sentimos que hacemos cosas nuevas, pero casi siempre ya las habíamos hecho previamente.

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