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ESPAÑA

Si para el crimen organizado no es rentable minar Bitcoin en España, ¿por qué lo hacen?

La desarticulación de una organización dedicada a la distribución ilícita de contenidos de televisión de pago descubrió una de las infraestructuras de minado más importantes hasta la fecha en Europa. La policía tiene dudas sobre su rentabilidad.
Infraestructura utilizada para el minado de Bitcoin por una organización dedicada a la distribución ilícita de contenidos de televisión de pago. (Imagen vía Ministerio del Interior)

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Una operación de la Policía Nacional española contra la distribución ilícita de contenidos de televisión de pago resultó hace una semana en la intervención de uno de los mayores centros de minería de Bitcoin incautados hasta la fecha en Europa.

Fuentes cercanas a la investigación han contado a VICE News que entre los seis centros de minería Bitcoin, también conocidos como granjas, sumaban unos 250 dispositivos de minado cuyo precio rondaría los 3.000 euros la unidad. El precio del hardware de estos centros de procesamiento de datos (CPD) estaría en 750.000 euros, sin contar el coste de la electricidad, que tenían pinchada.

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El Bitcoin es una divisa digital no mediada por ninguna autoridad central. Es muy popular entre sus usuarios por el anonimato que garantiza. A efectos prácticos, es un código cifrado asociado a una dirección tras la cuál hay una persona jurídica. Cuando se efectúa una transacción el resto de usuarios de la red P2P (de par a par en inglés) deben validarla.

Estas transacciones se agrupan en bloques que, para ser procesados, requieren complejos cálculos matemáticos. Son los llamados mineros los que los ejecutan, y por ello reciben bitcoins. Estas cadenas de bloques o blockchain funcionan como una contabilidad pública compartida en la que se incluyen todas las transacciones confirmadas.

El minado produce las llamadas PW, o Proof of Work, que constatan que el cómputo se ha efectuado.

Para los que se dedican a ello hay más premios además de criptomoneda, aunque son colectivos: a medida que entran nuevos mineros los cálculos se tornan más complejos y con ellos se incrementa la seguridad de la divisa. Pero ello implica, también, el uso de más maquinaria y un coste mayor para sufragarla. De ahí la impresionante infraestructura que armó la organización desarticulada.

Antes podías minar con un procesador cualquiera, luego se hizo necesario introducir las tarjetas gráficas, que requerían mucha más energía y generan mucho calor.

Después entraron en juego dispositivos mineros comerciales que funcionan con los chips Application Specific Integrated Circuit (ASIC), pero hoy en día ni con estas: no son baratos, su coste se eleva a cifras de cuatro dígitos, y los mineros se organizan en los llamados pools; organizaciones de trabajo cooperativo en los que el beneficio en bitcoins se reparte entre los participantes, hecho que lo limita. Por no hablar de las fuertes subidas y bajadas a las que está sujeta la divisa, que problematizan mucho más la seguridad de la inversión.

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Y todo lo mencionado hace que en España el negocio sea más ruinoso.

Este país tiene el dudoso honor de ocupar el cuarto puesto en lo relativo al elevado coste de la electricidad en Europa, y sus condiciones climáticas no ayudan: el calor típico español obliga a invertir en más refrigeración, según fuentes conocedoras de la criptodivisa consultadas por VICE News. Ha sido precisamente esto lo que ha proyectado serias dudas de la policía sobre el porqué de esta apuesta.

El bitcoin, hoy mucho más que una moneda con la que comprar droga vía internet. Leer más aquí.

La única forma de que esto sea rentable es sustrayendo el flujo eléctrico de forma ilícita. Y según cálculos de la policía, el coste de la energía defraudada ascendía a 400.000 euros al año. En el operativo se incautaron 78,3 bitcoins, cuyo valor al cambio actual es de 31.320 euros. Es difícil ver dónde estaba el negocio en todo ello, teniendo en cuenta que la infraestructura costaba tres cuartos de millón de euros y que era una actividad accesoria y lateral dentro de la planificación de la actividad criminal.

Para la policía hay algo que no cuadra. El entramado era muy complejo: utilizaban el mejor hardware, de acuerdo a los agentes, y el cabecilla de la organización, de origen danés, era un ingeniero informático con amplios conocimientos de hackeo, aseguran. Tras la operación la red se reorganizó en Bulgaria y Alemania en tan solo dos días. No parece entonces un grupo que tome decisiones a la ligera.

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Un dato que puede darnos un porqué de esta incomprensible inversión en términos de coste beneficio es el hecho de que se han detectado transferencias de divisa a países del Este de Europa y a China, según la Policía Nacional. Es precisamente en este último estado donde se concentran las mayores granjas de minado de Bitcoin.

Documental de Motherboard, el canal de ciencia y teconología de VICE, en el que se muestra el funcionamiento de una granja de minado en China.

Una fuente conocedora de la materia expone a VICE News una hipótesis poco tranquilizadora. Una federación de grandes poseedores de Bitcoin podría comprometer al resto de los usuarios si ésta llegara a controlar más del 50 por ciento de la divisa.

La preferencia por esta criptodivisa se basa, sobretodo, en que no existe ninguna autoridad centralizada que pueda controlarla. La supervivencia del Bitcoin depende de su distribución en un gran número de usuarios.

Esto era factible cuando cualquiera podía minar desde un ordenador personal, pero la complejidad del cómputo reserva esta posibilidad para unos pocos privilegiados como la organización criminal mencionada por los niveles tecnológicos requeridos. La tendencia a la centralización es un hecho.

En el pasado esta posibilidad ya provocó que la divisa se devaluara cuando en 2014 corrió la voz de que los pools organizados en GHash.IO habían conseguido el 50 por ciento del poder computacional. Esto podría interferir en las transacciones y hasta gastar dos veces la misma cantidad de moneda, lo que pondría en duda todo el sistema.

Es una hipótesis. Y quedará en ello mientras estos colectivos criminales no desvelen sus secretos. En todo caso, parece que ahora mismo este es tan solo un problema más de la criptomoneda teniendo en cuenta que las discusiones que se tienen sobre su futuro al paraguas de la Escuela de Arquitectura y Planificación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT Media Lab, en parte cuestionan su viabilidad.

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