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Científicos expusieron esperma en microgravedad para ver si los bebés pueden nacer en el espacio

"En el futuro, tener gametos y embriones almacenados en un banco fuera de la Tierra será muy importante".
Un bebé en el espacio. Imagen: GokuArtz Photography
Un bebé en el espacio. Imagen: GokuArtz Photography 

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

La Tierra ha sido el lugar de nacimiento de todos los humanos en la historia, pero eso puede cambiar si nuestra civilización se expande aún más en el sistema solar.

Para evaluar la posibilidad de que nazcan bebés en el espacio, los científicos expusieron muestras de esperma humano congelado a condiciones de microgravedad para ver si un entorno similar al espacio afectaba negativamente su viabilidad.

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Montserrat Boada, embrióloga de Dexeus Women's Health en Barcelona quien dirigió el estudio, concibe que el experimento podría conducir a bancos de esperma espaciales que podrían permitir la procreación humana más allá de nuestro mundo.



"En el futuro, tener gametos y embriones almacenados en un banco fuera de la Tierra será muy importante, no solo para hacer posible la reproducción humana, sino también para garantizar la diversidad, que es muy importante para mantener la especie", le dijo Boada a Motherboard en un correo electrónico.

Boada presentó los resultados de la investigación de su equipo el domingo en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés) en Viena, Austria.

Los espermatozoides son extremadamente sensibles a la radiación, por eso algunos estudios dicen que los astronautas hombres pueden experimentar una menor producción y movilidad de espermatozoides debido a las mayores dosis de radiación en el entorno espacial. Pero hay incertidumbre sobre el efecto del ambiente de microgravedad en la fertilidad masculina.

Para ayudar a responder esa pregunta, Boada y sus colegas recolectaron muestras de esperma congeladas de 10 donantes y las llevaron en un avión acrobático especial que puede simular la microgravedad en ráfagas cortas. El avión realizó 20 maniobras, cada una de las cuales expuso las muestras a unos ocho segundos de condiciones similares al espacio.

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Cuando los investigadores compararon las muestras de vuelo con los controles que permanecieron en el suelo, no observaron diferencias significativas entre la concentración de espermatozoides, la movilidad o la tasa de fragmentación del ADN. Las pruebas que contaban con cinco muestras de esperma fresco sin congelar ofrecieron resultados similares, lo que sugiere que la microgravedad no representa una amenaza importante para la fertilidad masculina en períodos cortos.

Los hallazgos pueden ser alentadores para cualquiera que esté ansioso por comenzar a tener bebés extraterrestres, pero Boada advierte que se trata de un "estudio preliminar".

"Sabemos que la mejor opción será realizar el experimento en la Estación Espacial o usar vuelos espaciales reales, pero el acceso es muy limitado", explicó Boada. "Este es solo el primer paso de un gran proyecto y se requiere más investigación".

Hasta que eso pase, espera continuar la investigación con experimentos más largos que se realicen en órbita, similar al proyecto Micro-11 de la NASA, un estudio que involucra a espermatozoides humanos y toros que se está llevando a cabo en la Estación Espacial Internacional.

"Se están considerando diferentes plataformas para tratar de encontrar períodos más largos de microgravedad para una mejor evaluación de los posibles efectos de la microgravedad en gametos humanos", dijo. "También estamos pensando en ir más lejos y evaluar los efectos de la microgravedad no solo en muestras de esperma humano, sino también en ovocitos y embriones".