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Las elecciones de Bogotá según un pastor cristiano

Si usted no es cristiano, tiene un primo cristiano. Y si no, su prima mas buena va a terminar casada con un cristiano. Así es la vida hermano.

Si usted no es cristiano, tiene un primo cristiano. Y si no, su prima más buena va a terminar casada con un cristiano. Así es la vida hermano. En realidad nadie sabe a ciencia cierta cuántos cristianos hay en Bogotá, pero según un estudio del sociólogo William Beltrán, un 13% de los estudiantes que se declaran creyentes pertenecen a alguna de las vertientes del cristianismo: evangélicos, pentecostales o protestantes. La tendencia muestra que el número solo aumenta. Existe una infinidad de diferencias sutiles entre estas tres vertientes, pero lo que tienen en común es que todos cambiaron al cura por el pastor, los cantos litúrgicos por la música alegre, los sermones cortos por los largos.

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Por eso, por la influencia creciente que tienen estas iglesias en la gente, me senté esta semana a hablar de política bogotana con Édgar Castaño Díaz, pastor de la Iglesia Bautista Central y presidente del Congreso Evangélico de Colombia, una organización que agrupa a 300 iglesias cristianas de todo el país. Nos reunimos en la sede de su iglesia, que está ubicada en la calle 31 con carrera Séptima.

Una puerta abierta y un pasillo decorado con afiche del candidato Ricardo Arias separan a la casa de Cristo de ese extraño cuello de botella por el que pasa casi toda la gente que quiere salir del centro hacia el norte de Bogotá. Al fondo, y separada por una reja, se encuentra la entrada a una guardería del Bienestar Familiar. A la izquierda hay dos entradas, una conduce a una papelería/miscelánea/café internet que es atendida por uno de los hijos del pastor, un muchacho vestido con pantalón de paño y una chaqueta de colegio que dice "2015 game over" en la parte de la espalda baja. Seguí al hijo del pastor a través de la segunda puerta, la cual conduce a la sede de la iglesia, a su cocina y al despacho del pastor Édgar Castaño.

Me senté en un pasillo a esperar la llamada del pastor. Mientras tanto, leí unos cuantos recortes de la revista Hechos & Crónicas que estaban pegados en las paredes. Uno hablaba de los hijos tiranos. Otro se titulaba: "Orar no es conversar". Mi preferido advertía acerca de los peligros a los que nos exponemos al ver cine de terror. Alcancé a leer los tres artículos y a tirarme varios pedos antes de encontrarme cara a cara con el pastor Castaño. Pasamos a su despacho y cerró la puerta detrás nuestro, ya que la recepción estaba en remodelación. Me puse cómodo, encendí la grabadora y entramos en materia. Lo primero que le pedí al pastor fue una valoración rápida de los cuatro candidatos que puntean en las encuestas, ante lo cual me hizo una advertencia: "Lo que me preocupa a mí es que estas cuatro personas son de mucha tradición política y el político tiene vicios, tiene enredos, tiene compromisos. Creo que los cuatro son capaces de formar un gobierno, pero ninguno de hacer el cambio" Luego vinieron las opiniones con nombre y apellido. " Peñalosa hizo una muy buena alcaldía, con sus errores como todo gobernante, pero tuvo muchas cosas positivas. Es un hombre de ciudad, con perspectiva y conocimiento". Luego habló de Pardo, a quién ve como casi todo el mundo lo ve: "es un hombre que ha pasado por muchos espacios de gobierno, es preparado, conocido, pero no lo veo muy trascendental". A Francisco Santos lo blanqueó olímpicamente, como quien dice: '¿Quién te conoce Pachito?', pero para Clara López y su partido sí tuvo palabras: "Para mí el Polo es un partido que no está para gobernar, está para hacer resistencia, para hacer crítica, para cuestionar. Pero 'al lado de', no 'al frente de'". Sin embargo, y a pesar de lo que opine el pastor Castaño, la candidata del Polo selló hace algunas semanas una alianza con un grupo de cristianos que simpatizan con las ideas del partido y denominan "El Polo Creyente". Sin embargo, Castaño se mantiene escéptico frente esta alianza: "La verdad yo no veo una buena mezcla entre la gente del Polo y el pensamiento cristiano. La gente de izquierda simplemente no la va con la gente cristiana. Yo he hablado con gente que es del Polo cristiano y son gente respetuosa, gente que hay que entender. Pero están fuera de los límites de la iglesia ya que el cristianismo no es político. El cristianismo es vivir lo que se cree y la política es hablar acerca de lo que se cree". Sin embargo, los cristianos sí tienen un candidato y es, precisamente, Ricardo Arias, el mismo del afiche que estaba colgado a la entrada de la iglesia. Aún así, Castaño se abstuvo de manifestar abiertamente su preferencia por Arias o por cualquier otro de los candidatos. Para el pastor, Libres, el movimiento al que pertenece Ricardo Arias, no es un partido institucional en la medida que ninguna iglesia le ha pedido a sus fieles votar por Arias. Libres, afirma Castaño, es un movimiento para personas con valores cristianos, aun si no asisten a ninguna iglesia. La inscripción de Libres tuvo 265.000 firmas. Al igual que en esos debates a los que no invitan al candidato cristiano, ni al libertario, ni a lo que sea que represente Vernot, mi conversación con el pastor eventualmente llegó a Petro. Pero antes de despacharse contra el que pronto será exalcalde de Bogotá, el pastor Castaño hizo una segunda advertencia: "Primero que todo, tengo que decir que mi opinión frente a esta última alcaldía está sesgada por la posición que ha adoptado frente al movimiento gay". Ya con el terreno abonado, vinieron las quejas: "Lo que me ha incomodado es que ellos en sus tesis hablan mucho de inclusión, de democracia, de oír a todos, pero en la práctica no han escuchado a nadie y han hecho lo que se les da la gana. En esta alcaldía los cristianos hemos estado aquí abajo (señala al piso), golpeados. No ha habido diálogo. Con decirle que este año he hablado más veces con el Presidente, que nos hemos reunido tres veces, que con el Alcalde, que no me ha recibido ni una. A mí no me molesta que alguien sea de izquierda, a mí lo que me molesta es la incoherencia". Lo siguiente en la lista de cosas que le molestan a un pastor cristiano de un alcalde de izquierda son los subsidios: "lo regalado no es válido", me dijo Castaño, tan pronto como toqué el tema, "no es válido porque no produce identidad ni forma carácter, lo regalado solo trae más pobreza". El pastor habla por conocimiento de causa: "Yo tengo aquí un programa de niños con el Bienestar Familiar y el costo de 10 mil pesos mensuales. ¿Sabe que pasa? No pagan. Luego yo salgo en la noche aquí arriba a sacar mi carro y me encuentro a los papás de los niños sentados en una tienda con la mesa llena de cerveza. ¿Y qué me dice el Bienestar Familiar?: 'dígales que paguen, pero no los obligue, si no pagan está bien'.Yo no pienso así, yo pienso que hay que formar emprendedores, no gente que depende del asistencialismo del Estado". Pero ¿si no es la Bogotá Humana, cuál es la Bogotá que se imagina un pastor cristiano? "Lo primero que yo haría sería recoger a todos indigentes y llevármelos, pero no a una casa aquí en Bogotá, llevármelos a una finca y enseñarles a trabajar la tierra, a sostenerse. Eso sí es rehabilitar a la gente". En materia de orden público Castaño se imagina una ciudad en la que se recupere el orden, " yo todavía recuerdo una época en la que al policía se le respetaba, todos los niños decíamos de grande 'quiero ser policía o bombero'". En lugar de dar subsidios, al pastor Edgar Castaño le gustaría "formar emprendedores, no gente que depende del asistencialismo del Estado". Luego dialogaría con todas las comunidades, después solucionaría sus problemas, "como el presidente Uribe, pero no el de los últimos dos años", luego vías "que es lo que más le hace falta a esta" y después todos los lugares comunes de los que hablan mis tíos cuando se pasan de copas… en un momento fue sincero y me dijo: "Yo no sé, es que es tan difícil gobernar esta ciudad".